Francisco Camps bailó la Macarena, de Los Del Río, y ahora danza el baile de San Vito. El trío Las Ketchup nos regaló un endemoniado Aserejé. La salsa fuerte la ponen ahora ciertas circunstancias. Y es que, señoras y señores, aquí hay presunto tomate. O La bomba, de King África, latiendo aún en las filas del PP por presuntas corruptelas.

A quién le importa, gritan González Pons y compañía recordando a Alaska y Dinarama. Suena la gresca y uno evoca aquello de Amigos para siempre, la rumba de Los Manolos, refiriéndonos a Zapatero y Rajoy. O Alfredo y Mariano. Yo quiero cantar, decían Sonia y Selena. Trincar en el caso de algún que otro personaje. No rompas más mi corazón, cantaba Coyote Dax. A nosotros nos lo parten siempre entre unas cosas y otras.

Retumba en nuestra memoria el Ave María, de Bisbal. Precisamente, a la virgen le rezan todas las noches los supuestos granujas. A la espera de un milagrito de última hora. Azúcar Moreno interpretaba Sólo se vive una vez. Por eso los listos exprimen al máximo a los tontos y esperan, como Lalo Rodríguez hizo con su canción; que canten alegres Ven, devórame otra vez.

El tiburón, de Proyecto Uno, fue una bobada veraniega. Sí hay que tener mucho cuidado con los tiburones financieros que nos atacan. El Probe Miguel era cosa de Triana Pura. Probes ciudadanos con la que cae. Y lo que falta por caer. Gloria, de Umberto Tozzi, e infierno para quienes abonan facturas ajenas. Qué difícil es hacer el amor en un Simca 1000, según el viejo título de Los Inhumanos. Lo fue. Ya ven que “el más difícil todavía” se convierte en realidad por obra y gracia de los poderosos.

La escoba, de Los Sirex, debería seguir sirviendo para barrer la basura que nos invade de diferente tipo. Entran ganas de pedir socorro. Tony Ronald lo pidió en su momento con Help!, ayúdame. Siempre podremos interpretar Canta y sé feliz, de Peret, o decir Saca el whisqui, Cheli, evocando al grupo Desmadre 75.

Karina nos lanzaba Las flechas del amor. Amargas flechas lanzadas en este caso contra la gente de a pie. Échame a mí la culpa, dicen los mercados, los organismos nacionales e internacionales y los pecadores de turno en recuerdo de Albert Hammond. La población replica diciendo ¿Qué pasa contigo, tío?, tema de Los Golfos que obtuvo mucha popularidad.

La boca del lobo es la de los grandes depredadores que acechan con mal aliento. Hace falta una Caperucita feroz como aquella de la Orquesta Mondragón con Gurruchaga al frente. Es necesario resistir y contrarrestar pese a todo. El Dúo Dinámico lo dijo con Resistiré para que no repitamos permanentemente La vida sigue igual, de Julito Iglesias, y busquemos La felicidad que un día, en el verano del 71, encontró Palito Ortega.

Los poderes económicos celebran la crisis recordando El baile de los pajaritos al compás de los polvorientos acordeones de María Jesús y de los familiares políticos de la derecha extrema. Georgie Dann cantó La barbacoa y más de uno está chamuscado desde entonces. Hoy más. O Mecagüentó. Pues eso dicen más de cuatro. Actualmente interpreta El veranito. Caliente, caliente está el paisaje…

Ya sabemos que las elecciones son para el 20-N, fecha que recuerda la frase “Españoles, Franco ha muerto”. ¿Podrá oírse “Españoles, Rubalcaba ha ganado”? ¿Asistiremos a la resurrección socialista gracias a una coyuntura más favorable? En fin. Los indignados del 15-M no quieren ser marionetas en manos de políticos y banqueros.  

El mismo rey de la canción del verano, Georgie Dann, interpretó, entre otras, El negro no puede. ¿Podrá el candidato del PSOE? Rajoy sueña con residir en La Moncloa, espacio donde quiere montar El chiringuito. No debemos refugiarnos en el ayer, pero a veces uno añora las lejanas Vacaciones de verano de los chicos de Fórmula V.

Marc Llorente es periodista y crítico de espectáculos