Desde los aplausos entusiastas de los diputados populares a un Rajoy, que iba pormenorizando en el Congreso las medidas a poner en marcha para la consecución de nuestro postrer viaje, hasta el “quesejodan” pronunciado por la hija de “o terror do Organismo Nacional de Loterías y Apuestas del Estado” al tiempo que su presidente anunció el recorte de la prestación económica a los desempleados. Por cierto, son tantas las víctimas que espera se produzcan con estos recortes -perdón, reformas- que no quieren desaprovechar esta oportunidad de recaudación y el IVA de los servicios funerarios pasará del 8% al 21%; de golpe 13 puntos de incremento que se cargarán sobre el muerto y que servirá para que algún “vivo” se lleve a su casa una indemnización supermillonaria por haber tenido el honor de llevar su Caja a la quiebra.

Pero de todas estas manifestaciones quisiera destacar una que, a pesar de no haber tenido en los medios de comunicación el eco que se merecía, ha sido protagonizada por uno de los pesos pesados de esta formación política: María Dolores de Cospedal. Ha sido en el Congreso de la organización andaluza celebrado en Granada y que consumará el relevo del hasta ahora presidente, Javier Arenas, por el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido.

La presidenta de Castilla-La Mancha ha reivindicado ante los militantes y cargos del PP de Andalucía la actitud de su partido, que es la “de mirar de frente y decir la verdad”. Pero no se ha quedado ahí y ha continuado afirmando que “nunca nos hemos escondido y siempre hemos dado la cara para sacar a España de la crisis y no sólo para ganar las elecciones”.

Estoy convencido de que ustedes no pueden creerse que la secretaria general del PP haya tenido la jeta de pronunciar estas palabras pero “o sea, les juro por Snoopy y que se hunda Opening si miento” que ha dicho, palabra tras palabra, las que aparecen entre comillas en el párrafo anterior y que voy a reproducir de nuevo porque son muy fuertes, muy fuertes: los dirigentes del PP “nunca nos hemos escondido y siempre hemos dado la cara para sacar a España de la crisis y no sólo para ganar las elecciones”.

Que nada, que por mucho que las repita cada vez me parecen más alucinantes. ¿Estaría de Cospedal afectada por el embrujo de la ciudad de Granada? ¿Habría presenciado la noche anterior desde el mirador de San Nicolás aquella puesta de sol que obnubilara al mismísimo Bill Clinton? ¿Habrá vuelto a fumar y algún colaborador le ha pasado confundido un pitillo con efectos no deseados?

Como quiera que sea y cualesquiera que hayan sido los motivos de este desvarío vaya semanita que nos están dando entre unos y otros. Rajoy, Saénz de Santamaría, Montoro, Guindos, Cospedal y Fabra, por favor se lo pido ¡tómense unas largas vacaciones y déjennos con nuestra paguita de Navidad, prestación de desempleo y renta mínima de reinserción! Pero, antes de hacer las maletas, anulen la amnistía fiscal, potencien la plantilla de inspectores para meter mano a los defraudadores y acuérdense de la Iglesia, pero no para confesar sus pecados -que también-, sino para que, al menos, paguen el IBI de sus ingentes propiedades inmobiliarias. ¡Que así sea, amén!

Gerardo Rivas Rico es Licenciado en Ciencias Económicas