El culto al conservadurismo puro y duro era una evidencia. Como norma esencial, la rendición estaba a la orden del día. Y la emigración de la débil clase trabajadora. Las corridas de cuernos y la tele tonta divertían mucho a los súbditos. La misma cosa podemos decir de la fiesta nacional del balón.

Soñé con la anacrónica costumbre de la caza del jabalí con lanzas y jinetes en una finca. Una de las actividades de ocio perfecto para los cuadrúpedos señoritos. Los vítores a la enseñanza segregada en esta fatal vuelta al pasado, la discriminación por razón de sexo y, en suma, la regresión social en todos los sentidos fueron las piezas de esta pesadilla de una noche de verano muy caliente. Sólo un insoportable sueño. Menos mal. Da gusto residir en los albores del siglo XXI. Tú sí que vales, Mariano.

Ya ven que los políticos dominantes, haciendo gala de su infinita bondad, rezan para que puedan resolverse los problemas derivados de la crisis que no saben o no les da la gana resolver eficazmente con su desastrosa gestión. Solicitan con cinismo e ingenuidad a todos los santos que éstos sean la cura de los trabajadores y los desempleados, y la esperanza de los enfermos sin tarjeta sanitaria y de los adscritos a la insegura Seguridad Social.

Todo ello debido a los recortes que tienen el gusto de patrocinar y con los que cercenan a la población. Una solicitud de quienes utilizan las tijeras a su favor y en beneficio de sus más cercanos amiguetes. Reclaman la paz ante el otoño y el invierno calentitos que se vislumbran por la falta de trabajo, vivienda, certidumbre económica o dignidad. Que la ciudadanía disfrute con los ajustes y las reformas, y que las lágrimas tengan consuelo junto al sepulcro de la precariedad latente.

Piden a las santas alturas que los parados se levanten y anden aunque no sepan adónde van. Salud, dinero y amor a pesar de la triunfante crisis que nos llega a las cejas, así como alegría para la gente que cae por el precipicio de nuestro aconfesional Estado. Quieren que seamos felices sin comer perdices pero comiendo goles. Y que se sea de hierro con el fin de aguantar los malos tragos en sesión continua.

Rezan para que el cielo nos dé unidad de cara a combatir la recesión. Es decir, callen ustedes, amigos y amigas, obedezcan y no piensen tanto en lo material. Dicho de otro modo, sumisión, incultura y encorsetamiento. Ésta es la buena voluntad ético-religiosa que les conduce a los políticos dominantes a la hora de agravar nuestros problemas. Afortunadamente, los sacrificios tienen galardón. Unas cañas, obsequio del PP, servidas por la señora Botella. Tú sí que vales, Mariano.

Por cierto, Rajoy vuelve al cole político y va a inaugurar el nuevo curso. Hace un año realizó un esbozo del programa con el que se presentó a las elecciones generales. Dijo, como presunto líder del partido de los trabajadores, que el déficit no se ataja subiendo impuestos ni con recortes sociales. Bien. Defendió un proyecto sin exclusiones y con el objetivo de afrontar la crisis creciendo económicamente y creando empleo.

Mantuvo que sólo eliminaría el gasto superfluo. Ahí están los resultados con la excusa de la crisis y de la herencia recibida. ¿Qué legado podrá recibir cualquier otro partido que gane en las urnas? Han subido el IRPF, el IBI, el IVA, con lo que ello conlleva, los medicamentos… Se han excluido 417 de la SS.

Recorte de prestaciones a los parados, cuidadores y dependientes… Se gana menos, se paga mucho más por todo y no existen perspectivas serias de futuro. Atacan a la clase trabajadora sin tregua, a la cultura, a las artes, al periodismo independiente, a los jóvenes, a los pensionistas y a la democracia. Sólo dan aliento a los que esgrimen alguna forma de poder reaccionario.

Los ERE aumentan el desempleo cada día. El camino tomado nos conduce a la miseria. Un año después, Rajoy se presenta fumando un puro y con un ojo cubierto. Provisto de trampas, estafas gordas y una hoja de servicios llena de aromas integristas y alemanes. Ganó a base de mentir. Pero no es ninguna sorpresa. Ya lo decíamos entonces.

Sigan apoyando a la derecha extrema por su propio bien. Aplaudan a los altos sujetos internacionales si no quieren caer en la ruinosa tentación del mal. El auténtico progreso temido por los grandes personajes oscuros que manejan los botones del mando y del mundo para volver a zancadillear cualquier peligroso avance de los trabajadores.

La equilibrada gestión del señor Rajoy y del resto de los populares ha conseguido que el fantasma del rescate global de nuestra economía no revolotee sobre nosotros. Tú sí que vales, Mariano.

Marc Llorente es periodista y crítico de espectáculos