Seguir con la cantinela del PP de que el actual Gobierno ha sido el culpable de la crisis no sólo es una memez, sino también una villanía. Pero la actitud permanente de Rajoy de refugiarse en la ambigüedad le va a servir de bien poco, si como todo indica llega a la Moncloa. No se puede, en medio de una crisis abrasadora, continuar instalado en los chascarrillos y los tópicos ambivalentes.

El contertulio de casino
Ayer, El Mundo publicó otra extensísima entrevista con Rajoy. Preguntado sobre si iba a haber “congelación de los salarios de los funcionarios”, su respuesta fue como siempre equívoca: “Eso no está decidido todavía. Depende de cuál sea la situación de las cuentas públicas (…)”. Las respuestas del líder de la derecha fueron en general tan inocuas como inconsistentes. “Lo peor ahora para España es un Gobierno que no haga nada”, dijo con su acostumbrada solemnidad de contertulio de casino provinciano.

El último trienio
Quien no “ha hecho nada” durante el último trienio ha sido precisamente él. Lo explicaba hace unos días el diario británico The Guardian: “No ha dado a conocer en profundidad sus políticas porque eso le supondría perder posibles votantes”. Rajoy no ha hecho más que “esperar pacientemente que la crisis hundiera a Rodríguez Zapatero.” Desde ELPLURAL.COM hemos dicho en diversas ocasiones que el jefe popular ha aplicado de forma minuciosa la teoría leninista del “cuanto peor, mejor”.

Enorme eficacia
Electoralmente, es verdad que su estrategia ha funcionado con enorme eficacia hasta el extremo de que está en condiciones evidentes de derrotar con estrépito extraordinario al PSOE. Será probablemente una gran victoria de los conservadores. Pero puede acabar siendo un desastre para este país. Y, lo que es peor, para los ciudadanos españoles. Pasar de estas elecciones decisivas es jugar con fuego o también puede ser un boomerang que se volverá contra aquellos votantes potencialmente socialistas que insisten en castigar al PSOE acogiéndose a la abstención o cambiando de voto. Que España esté de arriba abajo, en todas partes, en manos de la derecha es un ejercicio de irresponsabilidad manifiesta.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM