Hay que asaltar los paraísos fiscales. Estos oasis jurídicos de los poderosos y granujas con controles que no empujen a la carcajada. Abónense los impuestos que corresponden o los que deberían corresponder. Todo esto representa miles y miles de millones que no llegan al cofre público. Maquillajes a un lado, no hay verdadera voluntad política. Ni la hubo ni existe hasta que no se demuestre lo contrario con toda claridad.

Bien. Lúchese contra el empleo irregular y el fraude a la Seguridad Social endureciendo las leyes.... Y que aflore la economía subterránea. Póngase el énfasis especialmente en perseguir a los tipos de alto “standing”, no sólo al defraudador que trabaja en negro y sigue cobrando el paro. Ya saben que el puño fuerte golpea a la clase trabajadora y que la pleitesía apunta a los golfos de cinco estrellas.

Así son las normas de este juego genial donde encajan muy bien los populares. Mandan, en función de sus intereses y con sus siniestras siglas, los poderes económicos. El BCE, el FMI o la Alemania de Merkel. Ésta es la solidaridad de algunos para abandonar la crisis. El espíritu de sacrificio es propiedad exclusiva de una población a golpe de decreto y látigo. No, no está bien llevarse comida de los supermercados. Y qué me dicen de las barbaridades en cadena que soporta la gente…

El guerrero sin antifaz, Rajoy, usa el antifaz a veces y extrae de su manga el proyecto de Ley de Transparencia para despistarnos y crear falsa imagen de buen gobierno ante los numerosos casos de corrupción vinculados a un PP con esperpénticos personajes. Ahí mantienen sus puestos con la caradura y la puerilidad que definen al grupo de la derecha extrema.

Toda la amplia corte de truhanes con poderío en España y en la UE alimenta la delicada situación económica por la que atraviesa nuestro país. Quieren sacarnos del agujero hundiéndonos más en él y sacándole brillo al asunto en beneficio propio. El toro español lleva las banderillas en su lugar para que la corrida en la arena y el dolor de los ciudadanos perduren. Los opulentos sonríen en las gradas y lo celebran con música de pasodoble.

En tanto, en la cocina de la caótica Unión se cuece con regocijo el posible rescate a nuestra economía. La situación a la que estamos llegando es insostenible por obra y gracia de una serie de dirigentes torpes, manirrotos y arrogantes (mucho más destacados en las filas del PP), de unas instituciones europeas muy conservadoras y de un mundo financiero al que sólo le interesa hincar las uñas.

El balance del curso político no puede ser peor aunque Rajoy anuncie que las medidas son para salir de la crisis. Por supuesto, empeorarán las cosas con este rumbo fatal. No, aún no se han visto todas las repercusiones negativas de lo que se siembra. Cada vez que este hombre anuncia ajustes y reformas estructurales para cumplir el objetivo de déficit se derrumba más el pobre Estado social y democrático de Derecho. El fantoche y censor presidente sabe lo que tiene que hacer... "Que se jodan" los 4.526 profesores menos y toda la plebe. Y a vivir los privilegiados.

¿Para cuándo propuestas audaces, que no asfixien a la inmensa mayoría, y algunas dosis de esperanza? Es necesario que los socialistas tengan mayor pulso y suban en las estimaciones de voto, así como es preciso formalizar un frente común de progreso. El PP se tambalea y lo previsible es que se hunda más, incluso con el notable empuje de los arrepentidos que votaron a su verdugo en las últimas elecciones.

Marc Llorente es periodista y crítico de espectáculos