Al igual que Ciudadanos, Vox se ha negado a participar en la comisión de nombramientos que evalúa al candidato propuesto por el PP, Enrique Arnaldo Alcubilla. Edmundo Bal se ha plantado y, tras explicar que escuchará al candidato por educación, ha anunciado que se marchará porque “mi grupo no va a participar en este teatrillo”. En la misma tónica se ha movido Iván Espinosa de los Monteros.

El portavoz parlamentario de la formación ultra ha denunciado que este trámite parlamentario es solo la "culminación" de un proceso de "falta de respeto a las instituciones" y que, a su juicio, tiene el objetivo de "debilitar al Estado".

El portavoz de Vox no ha profundizado en el currículum de los candidatos, pero ha avisado de que han sido elegidos tras recibir "una llamada Ferraz o de Génova" -las sedes de PSOE y de PP- y les ha preguntado qué harán cuando también los partidos intenten condicionar sus actuaciones. "El tiempo será el mejor juez", ha advertido.

A su juicio, se trata de un paso más de un "proceso de degeneración democrática grave" y por ello es "urgente" blindar las instituciones y "protegerlas de las injerencias del Ejecutivo", que "ha hecho del deterioro institucional uno de sus principales objetivos".

Pese a todo, cree que el Estado de derecho "todavía funciona" y se ha convertido en "el mayor obstáculo" para "el cambio de régimen" que persigue el presidente Pedro Sánchez, como ha señalado que demuestran las últimas sentencias del Tribunal Constitucional contra los estados de alarma o el cierre del Congreso o los pasos del Tribunal de Cuentas contra los líderes del procés. Y precisamente por ello cree que esta renovación trata de "neutralizar" estas dos instituciones.

El dirigente de Vox ha reconocido que ya no espera "nada" de PSOE y de Podemos, pero ha lamentado que hayan encontrado al PP como "aliado" en un pacto "para la rendición de las instituciones y debilitamiento del Estado de derecho".