Las palabras que pronunció este viernes en RNE el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, se hacen complicadas de creer dada la situación actual del partido. En la radio pública, el dirigente de extrema derecha aseguró que "el partido está en su mejor momento desde su fundación". Sin embargo, las últimas semanas están siendo muy complicadas en Bambú: un mal resultado electoral, la salida de Iván Espinosa de los Monteros o la tromba de exdirigentes del partido que están dando entrevistas en las que ponen a caer de un guindo a Santiago Abascal no es lo que se suele acostumbrar a definir como un buen momento. A todo ello hay que añadir una información que publica este mismo sábado El Español: la formación prepara una "reestructuración general que se llevará a cabo durante las próximas semanas".

La abrupta fuga del portavoz parlamentario ha supuesto una importante brecha en el seno de la extrema derecha. Mientras fuentes del entorno del partido aseguran que la pérdida de Espinosa es muy sensible dada la importancia de su perfil, la línea oficial de la formación es hacer como que nada pasa: "No existe ninguna guerra entre facciones, son fabulaciones y ficciones de terror de la prensa, que no para de demonizarnos", señalaba Garriga. En la sede ultraderechista gustan más términos como "proceso de reflexión" o "reestructuración". 

Sin embargo, lo cierto es que la salida de Espinosa de los Monteros estuvo motivada por una serie de tensiones con Santiago Abascal y con el ala más dura del partido. Los motivos que fueron expuestos a ElPlural.com fueron los siguientes:

1. Pese a ser fundador del partido, Espinosa de los Monteros y Abascal no han tenido contacto directo, y ni siquiera han hablado en los últimos dos meses. "Su relación se limitó a algún intercambio de mensajes", admiten desde el partido. 

2. La nueva dirección de Vox ha llevado a cabo acciones encaminadas a arrinconarle políticamente, y causarle malestar personal. De hecho, la cúpula del partido ultra le llegó a proponer abandonar la portavocía del partido en el Congreso e incluso enviarle a Bruselas como eurodiputado.

3. Abascal también habría proporcionado un “injusto” trato a su mujer Rocío Monasterio, aceptando una operación política para relegarla paulatinamente del liderazgo del partido en Madrid y enviarla a la fundación Disenso.

El segundo motivo de esta lista, la propuesta de relegarle a eurodiputado, es un ofrecimiento que sigue en vigor tras su marcha del partido: si quiere regresar, la formación le da la posibilidad de hacerlo en esta posición, según publica el citado medio, previo proceso electoral en el que salga elegido.

Al ser preguntadas sobre si el adiós de Espinosa ha supuesto un efecto en cadena, fuentes internas de Vox aseguran que "Iván no ha precipitado nada". "La reestructuración general que quiere acometer el partido se quiso activar justo después del 28-M, pero las elecciones generales no lo han permitido", argumentan.

Esta reestructuración pretende ir encaminada hacia las "caras nuevas", para darles un mayor peso y que asuman "nuevas responsabilidades" con una estructura que, por un lado, "conecte y empatice mejor con las bases" y, por otro, garantice una mayor autonomía de las direcciones provinciales, con el objetivo de "acabar con la mano militar anterior", en referencia a la etapa en la que Javier Ortega Smith era el comandante de la estructura interna del partido.

Esta etapa de reestructuración pretende, en palabras de las fuentes internas del partido que aporta El Español,  otorgar una mayor relevancia a los cargos que ya han asumido "nuevos roles" tras las elecciones autonómicas. Personas como Vicente Barrera (vicepresidente valenciano), Llanos Massó (presidenta de las Cortes valencianas), Gabriel Le Senne (presidente del Parlamento balear), Alejandro Nolasco (vicepresidente aragonés) o Marta Fernández (presidenta de las Cortes de Aragón) serán importantes en la nueva estructura que se está cocinando en la sede de la extrema derecha. 

En cuanto a la suplencia del hueco que deja Espinosa de los Monteros en el Congreso, los nombres más sonados para tomar el poder de la portavocía que deja vacante son los de José María Figaredo, Rocío de Meer, la exsenadora Pepa Millán, el también exsenador Jacobo González-Robatto o el de María Ruiz Solás.

En su despedida, Espinosa aseguró que iba a seguir siendo militante y transmitió que estaría "a disposición de los dirigentes del partido". Desde Bambú tienen fe en que esta renuncia sea algo temporal y que vuelva a las primeras filas de la política, y una de las maneras en las que creen que eso sería posible es a través del Parlamento Europeo. Sin embargo, no es posible saber las ganas que tendrá Espinosa de acceder a esta vía, debido, principalmente, a que el ofrecimiento de este cargo fue una de las razones de su abandono, al ser un rol mucho menor que el de portavoz parlamentario que atesoraba. Vox, pese a ello, lo mantiene en la mesa.