Si los mítines de Vox ya nos parecían sorprendentes, ahora, descubrimos cómo es lo que hay detrás de las cámaras, cómo celebran sus triunfos de forma privada: brindando al grito de: “¡Por España! Y el que quiera defenderla, honrado muera y el traidor que la abandone, no tenga quién le perdone. ¡Por España! ¡Viva España!”, con una copa de vaca en la mano.

El mitin de Vox en Trapiche, un núcleo rural agrícola, perteneciente a la localidad de Vélez-Málaga fue, cuanto menos, indignante. En él, se pidió que la Guardia Civil tenga más potestad para usar sus armas contra musulmanes y narcoterroristas; pero también que se modifique la Ley de Violencia de Género para proteger a los hombres contra las mujeres que les denuncian falsamente.

Después de difundir estas ideas y recibir a cambio grandes aplausos, los de Vox se siente ganadores y qué mejor que celebrarlo en petit comité, con los suyos, y un buen brindis. Es aquí cuando descubrimos que los de ultraderecha han rescatado el brindis de los Tercios de Flandes, una fórmula también usada por La Legión.

"Este es un brindis que hacemos los de Vox, que no es nuestro, pero que lo hacemos por toda España. Allí donde nos reunimos, lo hacemos. Si hay una comida o un desayuno, en fin. Cuando hay un poco de tal, pues lo hacemos”, dice el iniciador del brindis con amplia soltura en un vídeo al que ha tenido acceso ElPlural.com.

“Vamos a brindar como se brinda en las grandes ocasiones”, anuncia demostrando que es ya un ritual, “y esta es una gran ocasión, porque estamos en Málaga con un puñado de valientes españoles dispuestos a defender la patria. Y lo hacemos con el brindis de Acuña, poeta y capitán de los viejos Tercios de la Infantería española”.

Estos son los versos que reproducen antes de chocar sus copas:

“No os preguntarán por mí, que en estos tiempos a nadie le da lustre haber nacido segundón en casa grande. Pero si pregunta algunos, bueno será contestarle que, español, a toda vena.

Amé, reñí, di mi sangre, pensé poco, recé mucho, jugué bien, perdí bastante.

Y porque esa empresa loca que nunca debió tentarme. Que perdiendo ofende a todos, que triunfando alcanza a nadie, no quise salir del mundo sin poner mi pica en Flandes.

¡Por España! Y el que quiera defenderla, honrado muera y el traidor que la abandone, no tenga quién le perdone. Ni en Tierra Santa cobijo, ni una cruz en sus despojos, ni la mano de un buen hijo, para cerrarle los ojos".

¡Por España! ¡Viva España!"

Vox asume como propio un poema que dicen pertenece al poeta y capitán de los Tercios, Diego Hernando de Acuña. Pero están equivocados pues, en realidad, en un texto que reza un personaje de nombre parecido, Diego Acuña de Carvajal, de una obra de Eduardo Marquina, de En Flandes se ha puesto el sol.

Sin embargo, asumen como cierto su error y usan este brindis en cualquier situación que les parezca importante: