Es habitual que la ultraderecha se abone a la teoría de la conspiración, especialmente en el plano electoral. Durante la campaña de las últimas municipales y autonómicas, las informaciones y bulos sobre presuntas compras de votos proliferaron por todo el país, agitadas en buena parte por Vox. La formación que dirige Santiago Abascal ha vuelto a agitar el fantasma del fraude electoral. Esta vez, desde el Congreso de los Diputados, donde han registrado una proposición de ley para reformar la legislación electoral para que los sufragios emitidos por correo se cuenten por separado, en una urna específica. Así, estiman desde la formación de extrema derecha, se evitaría el riesgo de fraude intrínseco a las papeletas enviadas por correspondencia.

Vox saca a debate la reforma de la ley electoral, inflamando la controversia del fraude electoral al que se aferraron en las campañas electorales del 28 de mayo, y en menor grado del 23 de julio. A juicio de los ultraderechistas, las sospechas de compra de votos recaen en su mayoría en el sufragio por correspondencia. Concretamente en la redacción del artículo 88.2 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), la cual estiman “susceptible de mejora” y cuestiona que los votos emitidos por correo se mezclen en la misma urna que los que se depositan presencialmente ante la mesa del colegio electoral.

A su modo de ver, este proceder, que lleva vigente desde hace cuatro décadas, hace imposible la “detección del presunto fraude o manipulación en la emisión” de las papeletas enviadas por correo. Todo ello con escasas acreditaciones de potenciales estafas electorales, sustentadas en parte por bulos vertidos desde las órbitas ultraderechistas, por ejemplo, en las campañas electorales del pasado 2023.

En cualquier caso, la formación liderada por Santiago Abascal propone una alternativa que parte de una “reforma sencilla, pero sumamente eficaz” de la LOREG para establecer que el recuento de votos por correspondencia se acometa desde una urna específica e incluso que su resultado se refleje en el escrutinio de manera independiente. De este modo, “se logrará una mayor transparencia y trazabilidad del voto por correo para evitar el fraude electoral”. “Una contabilización separada e independiente del voto por correo permitiría detectar, de forma sencilla, si se produjese, la existencia de fraude o manipulación”, explican desde el Grupo de ultraderecha.

No contamina la urna general

A juzgar por el escrito registrado por los ultraderechistas, consideran que el “recuento separado del voto por correo y su reflejo independiente en el acta de escrutinio de cada Mesa Electoral permitirán evidenciar la manipulación del voto por correspondencia en caso de producirse, cuando la distribución de los sufragios emitidos por correo no guarde ninguna relación de proporcionalidad explicable con respecto a los resultados arrojados por el voto presencial”.

En la proposición de ley de Vox precisan que “la modificación contribuye a neutralizar posibles riesgos de corrupción electoral durante el escrutinio de los votos” y apuestan por extender su aplicación a las elecciones de corte autonómico.

Los de Santiago Abascal han trufado sus narrativas pre y post electorales en base a una suerte de estafa en el conteo de los votos emitidos. En 2019, tras las primeras elecciones generales en las que se presentó Vox, la formación de ultraderecha solicitó la revisión del escrutinio en toda España al aparecer presuntamente numerosos votos nulos, según advirtieron entonces desde la fuerza de extrema derecha, apelando a la transparencia del sistema. Mismos argumentos que blandieron tras el batacazo del pasado 23 de julio, cuando, tras conocer los resultados de los comicios, el secretario general del partido, Ignacio Garriga, pidió que se contabilizaran “todos y cada uno de los votos sin excepción y sin ningún tipo de sospecha”.

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