Este viernes a las 14:00 horas vence el plazo presentar las enmiendas a la totalidad a los Presupuestos Generales del Estado 2023, el primer gran obstáculo del Gobierno. PP y Vox han confirmado que presentarán sendas enmiendas para devolver las cuentas, lo que era de esperar; mientras que Más País, Compromís, Teruel Existe y PRC no lo harán. Son los socios habituales del Ejecutivo, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), EH Bildu y PNV los que amagan con tumbarlos. A esta hora, no han descartado ese escenario y siguen negociando, apurando las horas para desvelar sus cartas: “Hay mucha tela que cortar”.

Moncloa lleva días conversando con sus aliados parlamentarios, aunque los contactos no han prosperado. Las reuniones y llamadas discretas, que han sido la tónica habitual de toda la semana, se han intensificado en las últimas horas. Fuentes parlamentarias socialistas consultadas por ElPlural.com confirman que siguen negociando, aunque desde el otro lado de la mesa se apunta que “no hay avances relevantes”, lo que acerca la decisión al precipicio del deadline.

Desde la izquierda abertzale afirman que “en estos momentos seguimos en el intercambio de propuestas, negociando y dialogando”. “Todavía queda mucha tela por cortar. Lo que estamos planteando no es extraño conociendo nuestro recorrido esta legislatura. Proponemos medida sociales y económicas que beneficien a los sectores más desfavorecidos y partidas e inversiones concretas para el País Vasco”, remachan fuentes parlamentarias de EH Bildu.

Tampoco hay progresos en el flanco catalán. Esquerra insiste en vincular las cuentas para 2023 a avances en la mesa de diálogo y en la desjudicialización del conflicto. “Es importante que todo avance a la vez”, afirmó este lunes la secretaria general adjunta y portavoz, Marta Vilalta. En consecuencia, “estamos muy lejos”; máxime cuando el otro gran reclamo es el desbloqueo de la ley de Vivienda, enquistada desde hace más de ocho meses.

Pese al sombrío panorama, en el Grupo Socialista reina la calma. Alegan que “seguimos hablando” y “no entenderíamos que, con la situación que tenemos y las ayudas e inversiones que recogen los Presupuestos” las fuerzas progresistas presentaran enmiendas a la totalidad.

Tinta morada para engrasar el bloque

El ala socialista del Ejecutivo es el que pilota las negociaciones, centralizadas en la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien se apoya en el portavoz parlamentario, Patxi López. No obstante, los morados permanecen al quite para facilitar el entendimiento. El portavoz del espacio confederal de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, aseguró el martes que su grupo se está “volcando para que los Presupuestos puedan salir adelante en tiempo y forma”.

“Entierran la receta fracasada de la mal llamada austeridad neoliberal. Es importante para el Gobierno de coalición sacarlos adelante con una mayoría lo más amplia posible”, remachó en una rueda de prensa en el Congreso. Asimismo, urgió a los socialistas a replantearse su postura en lo relativo a Vivienda porque “hay muchas medidas para mitigar la factura del gas, energía, transporte público… Pero una de las facturas fundamentales es la de la vivienda y el Gobierno tiene que hacer más”. De igual forma, espera que “el PSOE negocie con nosotros enmiendas para reducir las hipotecas de tipo variable y para que los inquilinos puedan prorrogar los contratos de alquiler como se hizo en la pandemia”.

Con respecto a los reclamos concretos de ERC, Echenique cree que son perfectamente asumibles por el Ejecutivo, incluida la reforma del delito de sedición -si es que la han solicitado-. El dirigente morado admite desconocer si ese punto en concreto forma parte de la terna de peticiones de los republicanos catalanes, como tampoco sabe cuáles son las de EH Bildu y PNV.