El año 2021 ha consagrado a Yolanda Díaz como una de las principales líderes de la política nacional. La más valorada, de hecho. La marcha de Pablo Iglesias tras el fracaso electoral del 4M en la Comunidad de Madrid precipitó el ascenso de la gallega. Desde la vicepresidencia segunda ha engrasado su relación con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su influencia en Moncloa; y desde el Ministerio de Trabajo ha logrado uno de los mayores éxitos de la legislatura (si no el mayor) al rubricar un acuerdo por la reforma laboral que integra a la patronal y los sindicatos. Tal es su alargada sombra que Unidas Podemos le ha fiado su supervivencia. Iglesias le cedió el cetro morado y esta lo asumió, pero a su modo. Díaz tiene sus propios planes. A lo largo del 2021 ha deslizado que su hoja de ruta pasa por articular una plataforma transversal de frente amplio que desborde Podemos e interpele a más gente. La pregunta es: ¿Este nuevo proyecto será el fin de la formación morada?

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Antes de comenzar cualquier análisis, cabe recordar que en numerosas ocasiones se ha vaticinado el deceso de Podemos y el partido ha demostrado una encomiable capacidad de adaptación y supervivencia. Sobrevivió al acoso mediático, a los bulos, a la presión en los tribunales, a Vistalegre II, al envite de Iñigo Errejón… Nació en enero del 2015 y sin apenas estructura llegó a la Moncloa en cinco años. Además, mantiene una corpulencia parlamentaria envidiable y un suelo de votantes estable. Por todo ello, cabría concluir que, sea como fuere, Podemos subsistirá.

En apariciones posteriores a su salida del Gobierno, Iglesias admitió que su figura ya estaba muy quemada y se requerían rostros nuevos. Asimismo, el desgaste morado es más que evidente y la formación requiere de un impulso. Aire fresco. En Podemos acostumbran a ser escrupulosos con el uso de su marca, sin embargo, conscientes de que Díaz es su única esperanza, están dispuestos a diluirse para sobrevivir.

El reto de Belarra es que Podemos continúe siendo el principal actor del nuevo ente político

La ministra de Trabajo anhelaba un proyecto propio construido en torno a ella y alejado de las siglas de Podemos. Éstos aceptaron. La plataforma aspira a aglutinar bajo el mismo paraguas a todo lo que se sitúe a la izquierda del PSOE. He aquí el primer reto que deberá afrontar Ione Belarra como secretaria general: que Podemos continúe siendo el principal actor del nuevo ente político.

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030 trabajará para que Díaz no disuelva por completo el morado en una amalgama de colores indescifrable. ¿Cómo? Por el momento, le deja espacio y esperará a ver los primeros trazos en 2022. Y es que, hasta la fecha, poco o nada se sabe de lo que pretende Díaz más allá de que está en un impasse, una suerte de proceso de escucha, y que la plataforma será lo que ella quiera que sea.

La única pista que ha facilitado es que pretende ser mucho más transversal; no en vano, en una entrevista en Radiocable, dijo aquello de “ni de derechas ni de izquierdas": “Yo no quiero estar a la izquierda del PSOE, eso es muy marginal. Le regalo al PSOE esa esquinita”. De hecho, Díaz ha mostrado una cara mucho más amable a los socialistas. Un tono sereno, mucho menos bélico que el de Pablo Iglesias y que bien le ha servido para ganarse algunas críticas internas. Existe cierto descontento entre algunos sectores del partido por la camaradería de Yolanda Díaz con el PSOE. Consideran que se equivoca y que debería marcar distancias, dibujando un perfil más propio.

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También se sabe que será eminentemente feminista, y lo demostró con el famoso acto Otras políticas que protagonizó junto a Ada Colau, alcaldesa de Barcelona; Mónica Oltra, vicepresidenta de la Generalitat Valenciana; y Mónica García, coordinadora general de Más Madrid y portavoz en la Asamblea.

Contenidos, pilares ideológicos, demandas concretas… Muchas son las incógnitas. Se desconoce absolutamente todo sobre la plataforma, pero la melodía suena a una evolución del Podemos pre Vistalegre II. Incluso, aspira a forzar el regreso a casa de un viejo conocido, Íñigo Errejón, quien por el momento, aplaza la decisión -aunque todo apunta a que rehusará la oferta-

La plataforma de Yolanda Díaz será una especie de partido con propuestas eminentemente de izquierdas, pero con un discurso que permita la construcción de un sujeto popular (un electorado) muy diverso. Así nació Podemos de la mano de Pablo Iglesias y así morirá. Porque sí, 2022 constatará la muerte de la formación originada en 2015, al menos tal y como la conocemos.