La primera jornada de la sesión de investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno ha cumplido con las expectativas. Se sabía que Alberto Núñez Feijóo iba a estar durísimo con el candidato Pedro Sánchez y que su socio Santiago Abascal se quedaría sin calificativos para describir todos los males que acechan a España. El líder del PP abandonó cualquier posibilidad de moderación y entusiasmó a la bancada popular cada vez que atacaba a Pedro Sánchez, cuanto más duro era más le aplaudían. Mentiroso, ambicioso desmedido y un largo etcétera de descalificaciones jalonaron el discurso del líder del PP que tiró de hemeroteca para afear a Pedro Sánchez sus cambios de opinión sobre la amnistía. Feijóo tiró de hemeroteca para articular un discurso pensado y dirigido para sus votantes, pero toda esa efectividad se diluyó cuando Pedro Sánchez se subió a la tribuna para darle la contrarréplica. Y todo a cuenta de una cita del poeta Antonio Machado. "Es evidente que el marco legal vigente establece condiciones vinculantes, es así, pero eso no puede ser el único argumento a favor de una España unida. Necesitamos muchos más. Y si no están ahí, pues debemos tener la valentía para construirlos, porque es posible y porque como dijo el genial Antonio Machado, hoy es siempre todavía. Y puesto que hoy es todavía y el diálogo aún es posible, pues nosotros vamos a apostar por él", dijo Sánchez. Y la primera intervención de Feijóo fue: "Dice 'hoy es siempre todavía, toda la vida es ahora' y omite 'Y ahora, ahora es el momento de cumplir las promesas que nos hicimos'. Esta es la cita completa, señor Sánchez. Esta es la cita completa". En teoría había ridiculizado a Pedro Sánchez y la bancada popular no podía aplaudir más, pero el contra golpe fue letal porque el error de Feijóo fue mayúsculo: confundir la cita del gran Antonio Machado con los versos del cantante Ismael Serrano.    

Pasado el debate, el PSOE no ha parado de hacer sangre con el error de Feijóo (sobre todo en las redes sociales) al confundir al poeta con el cantaautor

En un discurso parlamentario de esta envergadura el arranque es fundamental, y una vez que has metido la pata con la primera frase las cosas solo pueden empeorar. Y Sánchez no desaprovechó la ocasión de lanzarse a la yugular de Alberto Núñerz Feijóo. Tiró de hemeroteca para reprocharle sus contradicciones sobre los partidos nacionalistas (y las de Bendodo y González Pons) le reprochó su oscurantismo, sus sobresueldos, le exigió saber quién, cuándo y dónde se reunió con Junts, le vaciló con las búsquedas de Google, se rió -literalmente- de la afirmación de Feijóo de que no era presidente del gobierno porque no quería. Feijóo estuvo duro, Abascal disparatado pero Sánchez los metió a los dos en el mismo saco para el resto de la Legislatura reiterando el argumento de que Feijóo se ha entregado en brazos de Vox y por eso no es presidente del Gobierno, porque el PP es el único partido dispuesto a pactar con Vox. "Yo tengo los votos y usted no", Sánchez no necesitó decir más pero se regodeó en el relato de todo los dicho y hecho por el PP desde las elecciones, desde pedirle a Sánchez sus votos "para derogar al Sanchismo" a elogiar a Junts, se rió (literalmente) de la afirmación que hizo el líder popular en su debate de investidura de que renunciaba a ser presidente y finalmente cuando le espetó: "señor Feijóo, si usted ha ganado las elecciones ¿por qué se empreña en repetirlas?".  Pedro Sánchez fue a la yugular en toda su primera réplica al líder del PP: "Usted es un falso moderado, un falso ganador y un real perdedor". Feijóo y la bancada popular mantenían la compostura a duras penas.

La dicotomía de Sánchez: coalición o derecha retrógrada

El candidato a la Presidencia del Gobierno basó toda su intervención inicial en plantear una dicotomía a los ciudadanos: o avance y derechos sociales o extrema derecha; crispación frente a diálogo y perdón. Y en este contexto colocó la amnistía como una solución democrática y pacífica a la crisis provocada por el gobierno de Mariano Rajoy en Cataluña. La primera frase de Pedro Sánchez fue de respeto a las manifestaciones que se han desarrollado estos días de forma pacífica, una forma de contraponer lo que en su día dijo el PP de las manifestaciones de "rodea el Congreso" contra Mariano Rajoy. La tensión precedente a este debate de investidura alentada por las protestas convocadas por Vox y el PP, llevaron a que la jornada se desarrollara con un férreo protocolo de seguridad, los accesos al Congreso de los Diputados blindados y un despliegue policial sin precedentes para controlar a unos centenares de manifestantes que se concentraron en los accesos al Congreso. No hubo incidentes graves en éstas manifestaciones en las que las iras de los manifestantes se dirigieron mayoritariamente contra los periodistas.

Al tiempo que el todavía candidato a revalidar su cargo en la Moncloa ha defendido la futura administración, las negociaciones con el resto de fuerzas y la ley de amnistía, también ha evidenciado la relación del Partido Popular con Vox así como la soledad del dirigente popular en el Hemiciclo. 179 votos a favor en la cartera que, a falta de la votación de este jueves, le han valido a Sánchez para avanzar algunas medidas que impulsarán en la legislatura frente a una derecha y ultraderecha "retrógrada". Vox, en su línea, le ha comparado con Hitler.

La larga jornada ha comenzado con la defensa del aspirante a la presidencia de, precisamente, su candidatura al frente el futuro gobierno que va a echar a andar previsiblemente este jueves. Pedro Sánchez se ha enfrentado al primer día de la sesión con una intervención inicial marcada por la defensa de la democracia, reivindicar los avances frente al retroceso que pretenden el Partido Popular y Vox así como presentar dos opciones: gobierno de coalición o el empuje de una deriva reaccionaria. "Tenemos que elegir camino entre una derecha retrógrada o seguir el que iniciamos hace cinco años", ha sostenido.

Desde el estrado, el secretario general del PSOE ha dibujado una Europa conquistada precisamente por la ultraderecha, y en nuestro país ha culpado a Alberto Núñez Feijóo de haber sido la puerta de entrada de Vox en las instituciones. Un argumento que ha sido la columna vertebral de un alegato sobre su programa de Gobierno junto a Sumar con sendos anuncios en materia de mejora del Estado de Derecho y una justificación tenaz de la ley de amnistía bajo "dos motivos de interés general": "consolidar avances logrados estos dos años y seguir avanzando en la senda de la convivencia y del progreso".

Ha cargado contra las "derechas retrógradas" que dice "rezuman clasismo, reniegan de las conquistas de derechos, rechazan el Estado del bienestar, desprecian a quienes aman de forma distinta", pero fundamentalmente incisivo ha sido con Feijóo, al que ha acusado de, no solo no parar a los ultras, sino de haber sido su puerta de entrada. "El 28 de mayo el PP tuvo que elegir ser derecha responsable para frenar a la ultra derecha o irresponsable que blanquea y legitima. Feijóo pudo elegir ser Macron, Tusk o Von der Leyen, pero se adentró en el camino de perdición que empezó en Castilla y León", ha afirmado.

Feijóo equipara la investidura con "corrupción política"

El encargado de reanudar la sesión tras el discurso de Sánchez ha sido Alberto Núñez Feijóo, quien ha comenzado su turno con fuerza y en tono bronco para contestar al presidente en funciones. "Parece que alguien se arrepintió de no responder en mi sesión de investidura con un añadido: las circunstancias son las que son. Buena explicación de la ley de amnistía", ha comenzado asegurando el líder del PP, que ha amenazado con seguir movilizando a la sociedad en las calles así como a sus diputados en el Congreso antes de lanzar una lista de “noes” no solo a la investidura de Sánchez.

“No a la amnistía, no a ignorar las víctimas del separatismo, no a mediadores internacionales, no a sesiones pagadas con 100.000 millones de euros, no a Bildu, no a darle la espalda a la mitad de los españoles, no a una democracia recortada, no a la desigualdad. No a Pedro Sánchez para seguir diciendo sí a una nación de ciudadanos libres e iguales", ha reivindicado desde el estrado para acusar a Sánchez de no pactar, sino de “comprar” los apoyos así como de sus “incoherencias” tanto en el discurso como en las líneas de actuación ya acatadas y prometidas.

En consonancia con sus protestas -tanto a viva voz como literalmente en las calles- el líder del PP ha apelado a la "ambición personal" de Sánchez sin "límites éticos ni políticos". De hecho, ha sostenido que la investidura “nace de un fraude” y por lo tanto es "un ejercicio de corrupción política". "Es una humillación. No ha conseguido el apoyo de nadie, lo ha comprado", ha sentenciado para cargar contra ERC, Junts y la ley de amnistía. "La amnistía no mejora la convivencia, la destruye", ha respondido a las palabras del socialista, advirtiéndole que, "cuando fallen los independentistas", no cuente con él.

Feijóo acusa a Sánchez de insultar a Fraga y a los presidentes autonómicos

Sánchez ha respondido a estas palabras con momentos de retranca y denunciando el cuestionamiento que ha realizado el líder popular sobre el resultado electoral, la propia investidura o de un Gobierno "completamente legítimo" pero sobre la falta fe propuestas. "No ha hablado de economía, vivienda, derechos sociales, emergencia climática... Esas lagunas demuestran la ausencia total y clamorosa de un proyecto político", ha sostenido para pedirle que en vez de pedir la repetición de elecciones "se respete el resultado" del pasado 23 de julio. "Lo siento, pero no tiene los votos necesarios", le ha recordado.

En su contraréplica, Feijóo le ha acusado de "insultar" incluso a "los que ya no viven", por Fraga, y a sus presidentes autonómicos, "especialmente a Ayuso y su familia", haciendo alusión a las menciones que ha realizado sobre los casos de corrupción del hermano de la lideresa con las mascarillas. "Como no son capaces de ganar en Madrid no la soportan", ha dicho minutos después de que, a colación de lo anterior, se hiciera viral un vídeo de la presidenta pareciendo dedicar un "hijo de puta" a Sánchez desde las filas superiores del Hemiciclo. "No soy presidente porque no me vendo ni vendo a los españoles", ha reiterado el líder popular.

Abascal denuncia un "golpe de Estado"

El socio prioritario de Feijóo, Santiago Abascal, ha subido al atril para denunciar la suerte de "golpe de Estado" que dice está dando Sánchez con la amnistía, "el camino que ha emprendido el PSOE al firmar un pacto infame". "Es el inicio de una tiranía", ha dicho el líder de Vox sin retroceder pese a la llamada al orden de Armengol. "El Parlamento no puede derogar la Constitución ni atentar contra la unidad de la nación y nuestra convivencia en paz y libertad", ha añadido para tildar la medida de gracia de "aberración democrática" y acusar al presidente de "corrupción", dirigir un futuro gobierno "ilegal" y ser igual a Hitler.

La intervención del líder de Vox ha sido de tal gravedad que la presidenta del Congreso, Francina Armengol, le interrumpió en varias ocasiones y le advirtió que si no retiraba la acusación de que en el Congreso de los Diputados se estaba perpetrando un golpe de Estado, retiraría ella esas palabras del diario de sesiones. Abascal acusó a la Presidenta del Congreso de no respetar la libertad de expresión, aseguró que lo que estaba ocurriendo era lo mismo que cuando el Parlamento alemán encumbró a Hitler y lanzó gravísimas acusaciones contra Pedro Sánchez. El portavoz del PSOE Patxi Lópz, pidió la palabra para criticar con dureza las gravísimas acusaciones de Abascal quien, junto con todos los diputados de Vox, abandonó el hemiciclo nada más terminar su intervención. Al salir del Congreso el líder de extrema derecha se dirigió a los manifestantes que estaban concentrados frente al Congreso y que en ese momento insultaban a los trabajadores de los medios de comunicación.