El juez detalla la existencia de 12 indicios que corroboran la presunta actividad delictiva de los tres procesados, entre los que se encuentra la confirmación de la presencia junto al bar 'Faisán' de Irún (Guipúzcoa) del inspector Ballesteros en los minutos previos a la llamada telefónica mediante la que supuestamente se produjo la delación.

El chivatazo se produjo el 4 de mayo de 2006 en el bar Faisán de Irún (Guipúzcoa) e impidió el desarrollo de una operación policial contra el aparato de extorsión de ETA.