Este jueves bien podría definirse como un día de alta actividad y reuniones enfrentadas. Todo, concentrado en un único edificio: el Congreso de los Diputados. A lo largo de la mañana se han reunido Pedro Sánchez y Albert Rivera con la intención de poder llegar a algún tipo de acuerdo que sume apoyos a la investidura del líder socialista. A pocos metros de distancia, hacía lo propio el solitario Mariano Rajoy, pero éste no se ha reunido con miembros de otras formaciones, sino con sus propios diputados para informarle de los pasos a seguir ahora que el mando no lo tiene él.

Y, en medio de todo, el CIS anuncia que en caso de repetirse las elecciones Podemos se convertiría en segunda fuerza política consiguiendo el ansiado sorpasso. Datos que Sánchez no ha querido comentar al asegurar que ya están caducados porque no se ha tenido en cuenta que "han pasado muchísimas cosas".

Éste es el escenario en el que se han desarrollado las posibles negociaciones de la jornada. Con un Pedro Sánchez que encuentra coincidencias con Ciudadanos y con ganas de acercarse a Podemos, frente a un Albert Rivera que pide que se limen asperezas con el PP. En definitiva, las exigencias de cada uno hacen que todo sea aún más enrevesado.

Los espacios comunes de PSOE y Ciudadano
No a los vetos y conseguir un Gobierno "lo más representativo posible". Estas son las máximas que Pedro Sánchez quiere seguir a lo largo de sus contactos con otras formaciones políticas y hoy era el turno de Ciudadanos.

El líder del PSOE se ha encontrado con “una buena disposición” de Albert Rivera hasta tal punto que ya han anunciado que este mismo viernes sus equipos negociadores empezarán a trabajar para presentar medidas conjuntas en materia de empleo, la agenda social o la regeneración democrática.

“Hay espacios comunes donde PSOE y Ciudadanos se pueden entender. Hemos hablado de lo que nos une, no de sillones, sino de la solución a los problemas de los españoles", ha subrayado Sánchez. Pero no todo puede ser amor a primera vista. El ansia de consenso de Rivera podría poner todo en peligro, pues ha mostrado su deseo de que PSOE y PP acerquen posturas, una idea que recuerda al planteamiento deseado por Mariano Rajoy de un gran Gobierno de coalición PSOE-PP-Ciudadanos. Rivera ha recordado que los números no dan y que "nadie va a poder gobernar sin el apoyo mínimo de tres partidos".

Frente a esto, Sánchez ha vuelto a mostrar su “no” rotundo a los populares incluso pidiendo la dimisión de Rajoy para que "pase a ser pasado en la política española". Solo con el PP en la oposición, la formación podrá regenerarse y "renovar sus liderazgos", ha aconsejado. "Todo mi respeto a los votantes y a los militantes del PP, pero son víctimas de una cúpula que en los últimos años ha convivido con la corrupción y que solo puede ser limpiado en la oposición", ha señalado.

Por el momento, Sánchez no ha querido despejar si finalmente optará por un Gobierno en solitario con apoyos para la investidura o por uno en coalición. La única pista que ha dado es que su deseo es que haya "un Gobierno lo más representativo posible con convicciones progresistas”.

Rajoy tiene suficiente con lo suyo
En otra sala del Congreso, Mariano Rajoy ha reunido a los suyos para explicarles cuál es el plan a seguir ahora que Sánchez tiene el deber de intentar formar gobierno. Parece que el PP tiene suficiente con pensar en sus problemas y en intentar desligarse de las corruptelas.

En cuanto al futuro Ejecutivo, Rajoy sigue en sus trece y repite que lo que, en su opinión, necesita el país es “un Gobierno fuerte y estable que no estuviera sujeto a hipotecas que permitan romper la unidad de España” y, como no, "presidido por el PP, que es quien ha ganado las elecciones" aunque tiende la mano a PSOE y Ciudadanos. ¿No recuerda a lo que quiere Ciudadanos?

De no ser así, el Gobierno resultante de la unión de PSOE, Podemos y los partidos independentistas estaría “hipotecado” y al ser radical “no podría gobernar porque el PP tiene la mayoría absoluta en el Senado. Sería un lastre y una amenaza para la economía y la recuperación", ha señalado el presidente en funciones”, ha advertido.

Por ello, el presidente en funciones ha garantizado que el PP "ya no pasa ninguna". "Todo el mundo, sea quien sea, desde el presidente nacional del partido hasta el militante más modesto tendrá el mismo trato", ha asegurado en una clara alusión al caso Imelsa, último escándalo que ha llevado a la detención del pleno del grupo municipal del PP del Ayuntamiento de Valencia.