Este lunes el Congreso de los Diputados pone el broche final a la comisión de investigación sobre el Operación Kitchen tras más de una veintena de sesiones y 40 interrogatorios. Y quién mejor para poner la guinda al pastel que el expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien comparece tras sendos informes de la Fiscalía y la Policía Nacional que proyectan que su Ejecutivo y su partido fueron los responsables del espionaje al extesorero del PP, Luis Bárcenas, a quien pretendían sustraer documentación sensible para la formación.

Según el último informe policial, desvelado por El País, las autoridades recogen llamadas telefónicas así como anotaciones en la agenda del excomisario José Manuel Villarejo. De ellas se desprende que Génova y Moncloa, con Rajoy a la cabeza, conocían detalles judiciales del caso Gürtel así como todas sus ramas.

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La pasada semana, tras la sesión en la que María Dolores de Cospedal se acogió a su derecho a no declarar, el expediente del Gobierno aseguró que “nunca” conoció nada acerca de la Operación Kitchen, como, según dice, tampoco sabía de Villarejo. Con todo, responderá a las preguntas de los diputados, a diferencia de lo que hizo la exsecretaria general popular: “Yo voy a responder a lo que se me pregunte”.

No obstante, Rajoy defendió a la que fuera su número dos a nivel orgánico: “Ejerció un derecho constitucional. Y si ella consideró que no debía responder, hizo muy bien.

Ante la posibilidad de que en su comparecencia le pregunten por lo que dijo Villarejo acerca de que en una reunión que tuvo con Cospedal apareció el expresidente para saludar, algo que interpretó como una manera de hacerle saber que estaba al tanto: "Sí, realmente dijo eso, que no me conocía y que se había reunido cuatro veces y que teníamos unos intermediarios e interlocutores, que cita a varios de formas diversas. Lo único cierto es que yo no he visto a ese señor en mi vida. Esa es la única verdad. Y naturalmente lo voy a decir. En mi vida", aseveró.

En este sentido, Rajoy subrayó que es "absolutamente falso" que él tuviera un teléfono para enviarle mensajes al comisario. Al ser preguntado si sabía algo de Villarejo en aquel momento, ha indicado que él no sabe cuándo supo de su existencia. "He sido ministro del Interior y, desde luego, siendo ministro del Interior ni la más remota idea. Y luego, en el Gobierno, pues supongo que en un determinado momento debí enterarme de que existía, igual que luego he visto los nombres de todos los demás”, insistió. Y zanjó: “Nunca conocí que existiera esa operación. No voy a elucubrar porque está precisamente sub iúdice pero tengo muy serias dudas de qué es realmente lo que pasó ahí”.

Con el interrogatorio a Rajoy se pondrá fin a las comparecencias que arrancaron el pasado mes de marzo con Luis Bárcenas. Los comisionados tienen de plazo hasta final de mes para aprobar sus conclusiones en la comisión que después habrán de elevar al Pleno para su ratificación.

Pruebas, pero ni rastro de Rajoy

El juez Manuel García-Castellón, en el sumario Kitchen, da por acreditado que el Ministerio de Interior activó en el año 2013 una operación policial al margen de la ley para espiar a Bárcenas y robarle la documentación que pudiera comprometer al PP. No obstante, el juez atribuye toda la responsabilidad al entonces ministro, Jorge Fernández Díaz, descartando que recibiera mandato alguno o se impulsara bajo las órdenes de Génova. Así las cosas, hasta ahora, ni la Fiscalía ni el juez instructor han planteado la imputación de Rajoy por la operación. De hecho, el sumario no contiene indicios directos contra él, solo referencias de terceros.