Según el diario Levante, Barberá, que ayer reclamó de la dirección nacional del PP la consideración que tiene con otras comunidades autónomas, llevaron una velada crítica a Mariano Rajoy por no haber apoyado suficientemente a Francisco Camps, de quien dijo que es “un magnífico presidente y una persona honrada que necesita tener mucha cercanía y mucho cariño en estos momentos".

El coleguita
En el mismo sentido, J. Torrent, en El País, coincide en interpretar estos reproches y recoge unas palabras de Barberá cuando refiriéndose a Alberto Fabra, sucesor de Camps, dijo que se trata de “un coleguita mío como alcalde, que tiene que entrar ahora en el cargo de presidente de la Generalitat".

El pulso con Rus
El diario Levante habla de un pulso interno entre Rita Barberá y Alfonso Rus, presidente provincial del PP y de la Diputación de Valencia. Rus, que manifestó en su momento su malestar tras no haber sido consultado sobre el nombramiento de Alberto Fabra al frente de la Generalitat, busca ahora tutelar al nuevo president. Algo que incomoda a la alcaldesa valenciana, que durante mucho tiempo ha tenido una gran influencia sobre el predecesor de Fabra, Francisco Camps.

La debilidad política de fabra
Las declaraciones de Barberá de ayer en las que amonestó a Génova por no dar al PP valenciano el peso que ella cree debe tener dentro del partido es interpretado como un pulso a Rus por el control de la formación regional, y al mismo Fabra. En el entorno de este último, según fuentes consultadas por Levante, no ha sentado bien que la alcaldesa se erigiera en “defensora” de la organización cuando ese papel le corresponde al president, a quien ha expuesto a una imagen de debilidad política.