El tiempo apremia. El Gobierno de coalición espera que el Congreso de los Diputados apruebe la reforma laboral pactada con sindicatos y patronal a principios de febrero; pero las negociaciones con el resto de grupos parlamentarios permanece encallada y sin visos de desbloquearse. Mientras Unidas Podemos, con Yolanda Díaz al frente, tienta al bloque plurinacional; los socialistas no se cierran puertas y apelan al conjunto del hemiciclo. Pese a que el Partido Popular entiende que no se derogan los pilares impuestos por Mariano Rajoy en 2012,  -el propio expresidente habla de “mínimos retoques”-, se cierra en banda. Así las cosas, las bazas con las que cuenta el Ejecutivo a día de hoy son que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), PNV y EH Bildu recapaciten y que Ciudadanos haga las veces de bisagra.

Según afirman fuentes del Grupo Socialista a ElPlural.com, los contactos se han intensificado en las últimas semanas. El portavoz parlamentario socialista, Héctor Gómez, se vio este miércoles con UGT y CCOO, y desde la última semana del año 2021 se ha reunido físicamente y vía telemática “con casi todos los portavoces”. Las conversaciones se han incrementado en la última semana, pero no hay avances porque el PSOE no está dispuesto a ceder un palmo.

“Queremos que tenga el máximo respaldo”, por lo que “se habla con todos los grupos”, pero “la directriz es que se tiene que respetar el acuerdo y que todos deberían entender su importancia”, argumentan las mismas fuentes.

El PSOE rechaza la condición de Ciudadanos y seguirá hablando con ERC, PNV y EH Bildu

Ciudadanos, que pretende reflotar su imagen regresando al centro del tablero [gesto aún más que tímido], se ha abierto a respaldar la reforma laboral y sopesa prestar su bancada para el ‘sí’. No obstante, impone una condición: que el Ejecutivo se comprometa a no introducir modificaciones pactadas con ERC, PNV y/o EH Bildu. Así lo expuso el portavoz naranja en el Congreso, Edmundo Bal, quien ratificó la idea vertida por Inés Arrimadas: “Va a depender de si las conversaciones que el Gobierno está llevando con sus socios van a llegar a buen término o no. No queremos que empeore. Entendemos la política como una política útil para los españoles y hay que defender la reforma laboral en este sentido, a pesar de que no nos gusta”.

Preguntados por si los socialistas sucumbirían a los designios de Arrimadas, desde el partido insisten en que “se va a seguir hablando con todos porque queremos que salga con cuantos más votos mejor”.

El pasado miércoles se produjo una reunión entre EH Bildu y Trabajo: "Fue cordial, les trasladamos nuestras propuestas, pero no hubo avances"

Bloque fragmentado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, logró engrasar el bloque de formaciones que le invistió; logrando aprobar unos Presupuestos Generales del Estado con un total de 11 partidos y 188 síes (hubieran sido 189 de no ser por la retirada del acta de diputado a Alberto Rodríguez, a quien Podemos guarda luto y espera que pueda volver). Incluso, sus socios apreciaron una nueva estrategia negociadora más cercana. Sin embargo, poco duró la luna de miel. A día de hoy, ni ERC, ni PNV, ni EH Bildu darán su apoyo a la reforma laboral.

Los nacionalistas vascos pretenden que Sánchez acepte incorporar, al margen de lo ya pactado, que prevalezcan los convenios autonómicos. Por su parte, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, insiste en que ERC está “muy lejos” de apoyarla porque consideran que es insuficiente y “no vamos a dejar de ser ambiciosos”. De hecho, su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, ha negado que el Gobierno haya hablado con su formación sobre la reforma laboral durante los nueve meses de negociación y ha apuntado que el Ejecutivo se ha limitado a "presionar" al entorno de su partido.

Desde EH Bildu confirman que el pasado miércoles se produjo una reunión en el Ministerio de Trabajo. Fue un encuentro "cordial" pero en el que "no se produjeron avances". La izquierda abertzale trasladó sus propuestas para modificar la reforma laboral y, por el momento, se mantienen en el no ya que el Ejecutivo las ha descartado.

El margen para que reciba el visto bueno del hemiciclo se estrecha. A PNV, ERC, EH Bildu y el voto obvio de Vox y PP habría que sumar el de la CUP, el BNG, Junts y Foro Asturias. Todos ellos suman un total de 172 diputados, a tres de la mayoría suficiente de 175 para derogar el decreto ley en el Congreso. El Gobierno apura las negociaciones con Compromís y Más País. Ambos han lamentado que la reforma es insuficiente y tiene poderosas carencias, como la de no tocar la indemnización por despido.