Inés Arrimadas encara probablemente el año más complicado de toda su carrera en Ciudadanos. 2022 será el año del estertor naranja. Susto o muerte. Albert Rivera dejó un partido lastrado por sus decisiones estratégicas de acercamiento a PP y Vox. Los naranjas besaban la lona y aún no se han levantado. En marzo, Arrimadas cumplirá dos años al frente de la formación naranja y el desafío es de aúpa. Han perdido en apenas 10 meses la representación que tenía en tres gobiernos autonómicos: primero fue Murcia con una moción de censura fallida marcada por la compra de diputados del PP; el efecto dominó llegó a la Comunidad de Madrid, donde Isabel Díaz Ayuso convocó elecciones anticipadas amparándose en el episodio murciano; y por último, la treta de Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León. Además, los naranjas son fuerza extraparlamentaria en la Comunidad de Madrid y las encuestan no invitan precisamente al optimismo.

La líder del partido se queda sin margen de maniobra. La fuga de cuadros orgánicos y de militantes es constante. Ciudadanos se desangra a marchas forzadas y en 2022 la única pregunta que cabe hacerse es si agonizará un año más. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insiste en que acabará la legislatura, por lo que no está previsto que haya elecciones hasta 2023. En consecuencia, Arrimadas y sus ocho compañeros (serían nueve de no ser por el tránsfuga Pablo Cambronero, que se pasó al Grupo Mixto) mantendrán su asiento hasta entonces. Sin embargo, los naranjas ya son fuerza extraparlamentaria en la Comunidad de Madrid, se han convocado comicios para febrero en Castilla y León y en Andalucía resuenan tambores de campaña. El tiempo corre y pocos indicadores arrojan esperanza.

El destino en manos de Igea, su rival

El ya exvicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, se presenta como el único capaz de dar un golpe de efecto que pudiera encarrilar al partido. El otrora rival de Arrimadas en las primarias será el candidato. Su perfil gusta, pues es mucho más combativo con el Partido Popular y, por supuesto, con Vox. De hecho, su reacción al adelanto electoral no guardó semejanza alguna a la de Ignacio Aguado cuando Ayuso hizo lo propio: “Quien hace esto no es un hombre de bien. A mí me ha dado su palabra personalmente de que no convocaría elecciones. Lo han dicho en público y también en privado. Estoy muy decepcionado. Esto desbarata toda la política sanitaria ¿Qué cojones piensas de tu población? Haces saltar el Gobierno… ¿Qué categoría humana es esta?”.

Los sondeos no le dan más de un diputado en Castilla y León. Habida cuenta de que el Parlamento castellanoleonés tiene 81 escaños y al PP las encuestas le dan mayoría absoluta, Ciudadanos perderá su relevancia e influencia. Con todo, Igea lo tiene claro: morirá matando.

Un nuevo rumbo

Todos los análisis coinciden en que Ciudadanos comenzó su declive al hacer seguidismo del PP y Vox. La foto de Colón fue su epitafio. Arrimadas ha tardado, pero ya ha asumido el error. En una entrevista publicada recientemente en El País, admitió que “nos equivocamos al regalarle al PP todas las presidencias autonómicas”.

“El pecado original de todo esto fue en 2019, cuando se le dio todo el poder al PP. Esto ha provocado que el bipartidismo pueda utilizarlo para sus beneficios”, explicó. En otras palabras, que lo de ser la marca blanca o la muleta de Génova, como quieran llamarlo, no funciona.

La líder naranja compareció el pasado 29 de diciembre para hacer balance del año y esbozó las líneas maestras de su receta con la que pretende reflotar el partido. Arrimadas cargó contra el PSOE porque “mientras los españoles han dado ejemplo nuestro Gobierno lo que ha dado es vergüenza”. Y también lo hizo contra el PP: “Como guinda en todo este año terrible de pandemia los únicos pactos que ha habido entre el PSOE y el PP ha sido repartirse RTVE y los carguitos del Tribunal Constitucional y de Cuentas. O ayer mismo vimos como los PGE volvían al Congreso gracias al PP pero no para bajar impuestos a los autónomos o reforzar la atención primaria, sino para aumentar el dinerito que se van a llevar algunos partidos nacionalistas para seguir con su procés identitario”.

Frente a eso, presentó a Ciudadanos como un “partido responsable que ha defendido la ideología liberal y de centro”.

¿Está a tiempo de reconducir la agónica situación? Las encuestas arrojan lo contrario. Según el observatorio demoscópico de ElPlural.com, La madre de todas las encuestas, no obtendrían más de dos escaños en el Congreso. Pobre resultado para un partido que a día de hoy cuenta con grupo propio.

Pero Arrimadas atesora una baza que, probablemente, desconozca. Fuentes de la dirección del Grupo Socialista admiten a este periódico que, tras el desplante y consecuente humillación del PP a Ciudadanos en Castilla y León, esperan que los naranjas reconduzcan su estrategia de pactos y se abran a negociar con el PSOE. No obstante, no es más que una quimera, pues por el momento, ese escenario parece bien lejano.