Decir que el discurso de Vox es vacío, torticero, que está plagado de mentiras y, en resumen, son falacias verbalizadas para parroquianos ultras, no entrañaría novedad alguna y no es el objeto de este artículo. Hoy nos adentraremos en las profundidades de sus propuestas. Desmenuzaremos el programa electoral con el que Macarena Olona pretende ganar las elecciones andaluzas del próximo 19 de junio. Avanzo que no hay mucho donde rascar, no ya porque son huecas y no aportan un solo dato fidedigno, que también, sino porque el programa se compone de apenas 10 puntos distribuidos en 25 páginas que ni se han molestado en corregir porque acumulan errores ortográficos identificables a simple vista. Por ponerlo en contexto, el programa del PP tiene 426, el del PSOE 95, 97 Por Andalucía y 256 Adelante Andalucía.

En las próximas líneas abordaremos uno por uno los puntos, evidenciando una preocupante falta de conocimiento de la estructura institucional y probando que hacen exactamente lo contrario de lo que dicen.

1. ¿Administración paralela y subvenciones? Vox dispara el gasto en asesores

La primera en la frente. En apenas una cara y media despachan uno de sus mantras más recurrentes: el gasto superfluo. “Acabar de forma real y efectiva con la red de organismos prescindibles, personal enchufado a dedo y subvenciones millonarias a sindicatos heredada de 40 años”.

Sobre el papel pudiera parecer encomiable. ¿Quién no querría una Administración eficaz con la corpulencia justa para funcionar productivamente y disponer de más recursos para servicios públicos? Ahora bien, sin entrar a valorar si el Estado español despilfarra en este sentido, cabe mirar hacia Castilla y León y lo que allí ha hecho Vox en cuanto han entrado en su primer Ejecutivo.

De entrada, Juan García-Gallardo, el candidato de Vox, fue designado vicepresidente con un sueldo de 80.000 euros (similar al del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez) pese a no tener atribuciones. Su predecesor, Francisco Igea (Ciudadanos), era vicepresidente, portavoz y consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior.

Pero, sin duda, lo más sangrante es que el desembarco de Vox en el gobierno autonómico de Alfonso Fernández Mañueco ha disparado el gasto en asesores un 20%, pasando de 93 a 99 y de 1,5 millones a 2 millones de euros. Y todavía faltan al menos dos salarios públicos por publicar.

El punto primero del programa también menta las subvenciones a partidos y sindicatos. La formación ultra insiste en suprimirlas. Eso sí, ellos las cobran religiosamente: 10,67 millones de euros anuales.

2. ¿Cómo pretenden pagar los servicios públicos?

En el punto dos apuestan por “rebajar radicalmente impuestos y mejorar los servicios públicos e infraestructuras”. Un auténtico oxímoron. Si se reduce la recaudación, ¿cómo se pretende sufragar esa mejora de servicios? ¿Pretenden financiar la Educación y la Sanidad, por ejemplo, mediante ese presunto recorte de gasto superfluo que disparan para colocar a sus asesores?

Siempre cabe la posibilidad de continuar las políticas de recortes que Juanma Moreno Bonilla ha aplicado a la Sanidad andaluza fulminando a 8.000 sanitarios. O marcarse un Isabel Díaz Ayuso y hacer lo propio, mermando las capacidades sanitarias, educativas, de Metro… Recortando, en definitiva, los servicios públicos mermando así su calidad.

En este apartado, Vox desliza algunas pinceladas sobre su siguiente punto, la materia migratoria. Los liderados por Santiago Abascal afean a Bonilla que “traiga médicos magrebíes” para trabajar en el SAS andaluz. El consejero de Salud, Jesús Aguirre, explicó que no había profesionales en bolsa para determinadas zonas rurales y por eso recurrían a ellos. ¿Médicos sí, pero si son inmigrantes no? ¿Aunque hagan falta?

3. Tintes xenófobos

“Luchar contra la inmigración ilegal y la creciente inseguridad en nuestros barrios y viviendas”, se titula el tercer punto. Varias cuestiones muy rápidas. La primera, es que alguien debiera informar a Macarena Olona y a su partido de que las competencias en materia migratoria son nacionales, es decir, del Gobierno central, no de las autonomías. Que uno de sus ya de por sí escuetas propuestas lo dediquen a algo sobre lo que no tienen competencias ya es relevante.

Son racistas. Abogan por las devoluciones en caliente, lo cual es ilegal según el Derecho Europeo; y vincular migración con delincuencia e inseguridad es algo que ya huele.

Vuelven a atacar a los menores extranjeros no acompañados exigiendo que sean repatriados de forma inmediata a sus países de origen. Niños y niñas desamparados. También hablan de cerrar “mezquitas fundamentalistas”. La inteligencia española (CNI) ya monitoriza e investiga la radicalización islamista y desarticula redes yihadistas, proponer el cierre preventivo de mezquitas atenta contra la libertad religiosa, recogida en el Artículo 16 de la Constitución Española.

En este apartado también abordan el empadronamiento instrumental de Olona: “La izquierda ha pretendido organizado una campaña de manipulación”. Sí, así figura escrito y así lo hemos reproducido. Está mal. Como se ha citado con anterioridad, no se han molestado en leer y corregir las 25 páginas de su programa. Esgrimen que su candidata ha sido atacada por “no haber nacido en Andalucía”. No es verdad. Se censuró que se empadronara en una casa que ni era suya, ni alquilaba, ni habitaba simplemente para presentarse a unas elecciones. Macarena de Salobreña no pasó por Salobreña. La vivienda es de Manuel Martín Montero, presidente de Vox Granada y concejal del municipio, quien reconoció que lo hizo por amistad. Por cierto, aprovecho estas líneas para recordar que la maniobra se ejecutó el 5 de noviembre y, desde entonces, Abascal ha estado mintiendo a su electorado asegurando que “nosotros no elegimos candidato hasta que se convocan elecciones”. Evidentemente, era una falacia.

Mentiras y contradicciones a golpe de tuit

Los puntos que van desde el 4 al 10 se despachan rápido, por lo que seguiremos una estructura sencilla: nombre de la iniciativa, pregunta y respuesta.

Punto 4: Impulsar la reindustrialización y proteger a los trabajadores. ¿Proteger a los trabajadores? Se posicionaron en contra de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) argumentando que destruiría empleo. A la vista está de que no ha sido así, pues los datos de empleo son sobresalientes: el paro ha bajado de los tres millones por primera vez desde 2008, se ha reducido el paro juvenil, hay récord de afiliados y de contratos indefinidos con casi uno de cada dos. Votaron en contra de la reforma laboral que ha facilitado estas cifras y abogan por abaratar el despido. Permítanme, por tanto, dudar de su protección.

Punto 5: Combatir el paro estructural que expulsa a los jóvenes de su tierra y condena a todos a una vida de subsidios. ¿Combatir el paro estructural? Son incapaces de admitir que la reforma laboral que denostaron ha facilitado la creación de puestos de trabajo con sueldos y condiciones más dignas, como para fiarse de sus propuestas. ¿Subsidios? Los subsidios son para proteger a los más vulnerables, no para vivir de “paguitas” como dicen. Por otra parte, igual ese asunto lo manejan bien, ya hemos analizado lo ocurrido con el gasto en asesores en Castilla y León.

Punto 6: Defender el mundo rural, sus tradiciones y el valor ambiental de la caza. ¿Defender el mundo rural? Vox calló cuando Donald Trump defendía los aranceles que condenaron al aceite español; votaron en contra de prohibir que el campo vendiera a pérdida y llaman ilegales y quien expulsar a los temporeros migrantes de Huelva.

Punto 7: Defender nuestro producto frente a la burocracia, el ecologismo radical y la competencia desleal extranjero. Aquí podemos repetir que su modelo es Trump y sus aranceles a los productos españoles. ¿Ecologismo radical? Esto sí es coherente. Niegan la evidencia científica y el cambio climático. Coherentes, pero insensatos.

Punto 8: Derogar las leyes ideológicas socialistas mantenidas por el PP ¿Leyes ideológicas? Todo lo que no les gusta, como la Memoria Histórica, les parece aberrante. No quieren derogar “leyes ideológicas”, sino sustituirlas por las suyas, reaccionarias, trasnochadas y de corte franquista. Les repugna la diversidad y gobernarían en consecuencia. Por supuesto, la violencia de género sería llamada violencia intrafamiliar, negando la estructura machista que subyace a esta lacra.

Punto 9: Promover la riqueza y variedad de nuestras provincias. ¿Variedad de provincias? Quieren cargarse las autonomías y odian el uso de cualquier lengua que no sea la castellana. Atentan contra el catalán, el gallego, el euskera... ¿Y hablan de diversidad de provincias?

Punto 10: Poner a la familia en el centro de las políticas públicas. ¿Familia? Demasiado limitada tienen su idea de familia. Abogan por suprimir el matrimonio igualitario y creen que las parejas homosexuales no tienen el mismo derecho de adoptar que "un matrimonio de un hombre y una mujer", tal y como dijo el propio Abascal en una entrevista en El Hormiguero.