Macarena Olona no necesita aprender a ser granadina. El tópico más extendido aunque algo fantasioso sobre los granadinos es la célebre ‘mala follá’, pero, al contrario la mayoría de los nacidos la ciudad, la levantina Olona ya trae de fábrica ese rasgo de personalidad. Eso que tiene adelantado.

Y no solo ella: se diría que Vox es el partido de la mala follá por antonomasia. Sus dirigentes tienden a mostrarse faltones, camorristas, deslenguados, y cuando no se muestran así los cesan de forma fulminante, como le ocurrió al mesurado portavoz parlamentario Alejandro Hernández, cuyas buenas formas se ve que no gustaban en Casa Santiago y Cierra España.

Macarena Olona nació en Alicante, vive en Madrid y está empadronada en Granada. Lo de Alicante fue porque sí, lo de Madrid por ser diputada y lo de Granada por España. Por España porque Olona no se presenta a las elecciones andaluzas para mejorar Andalucía, quia, ella se ha sacrificado bajando al sur para salvar a España, que no sabía que tenía que ser salvada hasta que vino Vox y se lo dijo. Andalucía es solo un apeadero; la estación término es La Nación Española.

Debe pensar Olona que no tendría por qué haber una ley que obligara a los candidatos autonómicos a empadronarse en el territorio por el que se presentan a las elecciones. Leyes como esa, que dividen a los españoles, se van a acabar cuando Vox llegue al poder. ¿Acaso no debería bastar con estar empadronada en España y, en último término, hasta en cualquiera de las naciones hermanas de la América Española? ¿Acaso América no es América gracias a España?

Con Macarena la Granaína como salerosa capitana de la nao Plus Ultra rumbo al puerto del 19-J, las encuestas le dan a Vox entre el 14 y el 21 por ciento de los votos y entre 15 y 27 diputados, pero, vista la tendencia demoscópica a ponderar a la baja las simpatías electorales hacia Vox, es muy probable que su cosecha electoral se sitúe en el entorno del 20 por ciento más que en el del 15.

Lo significativo políticamente, en todo caso, es que a los votantes andaluces de Vox se la trae al fresco que la lista de su partido favorito la encabece alguien de Alicante, de Madrid o incluso del mismo Bilbao. Para sus simpatizantes, los políticos de Vox son todos de Bilbao, que es, como se sabe, un sitio célebre porque la gente de allí nace donde le da la gana.

Empadronarse en un municipio en el que no resides es, ciertamente, hacer trampa, sí, pero ¿qué es un poquito de trampa comparado con salvar a España? Dejémonos de minucias. Ese bendito empadronamiento le permitirá a nuestra heroína concurrir a las elecciones andaluzas del 19 de junio con el nombre artístico de Macarena de Graná. Casi na.