Cada vez que la realidad no conviene, la derecha saca a ETA a relucir. A pesar de que el 20 de octubre de 2011, durante el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la banda terrorista anunció el cese definitivo de la actividad armada, el Partido Popular sigue jugando la carta del terrorismo en pleno 2023. Además, teniendo en cuenta que el PP es un partido que ha formado parte de negociaciones con ETA, ha lanzado mensajes públicos a favor de la integración de sus herederos en el sistema democrático español e incluso su candidato al Gobierno de Navarra en las elecciones de 1991 se entrevistó con Herri Batasuna días después de que la banda terrorista asesinara a cinco menores para evitar que la comunidad foral cayera en manos socialistas.

Esta vez ha sido a raíz de conocer que 44 integrantes de listas de Bildu de cara al próximo 28M tienen condenas por pertenecer a ETA y siete de ellos por asesinato. De esta manera, la derecha se ha unido para criticar al Gobierno de Pedro Sánchez, siendo el PP una de las formaciones que con más inquina se ha dirigido al Ejecutivo nacional. El vicesecretario de Política Institucional del PP, Esteban González Pons, ha asegurado que Pedro Sánchez muestra su "verdadero rostro" ya que no le importa pactar con "asesinos". También ha hablado sobre esta cuestión Cuca Gamarra, secretaria general del PP: "Estos son sus socios, este es el cartel electoral con el que se presenta el PSOE".

Lejos quedan los mensajes integradores del PP sobre ETA y su futuro. O la ya conocida definición de José María Aznar de "Movimiento Vasco de Liberación". También sus negociaciones con la banda terrorista en los años de plomo: "Si los únicos que han sido inflexibles, inmovilistas e irracionales tomasen la decisión de dejar de serlo, de dejar la violencia, yo sabría ser generoso", señaló. El propio Aznar se dirigió a los españoles en los siguientes términos durante una rueda de prensa conjunta con Yasir Arafat durante una visita a España del líder de la Autoridad Palestina: "Yo he querido que los ciudadanos supieran y tengan muy claro que el Gobierno, y yo personalmente, ha autorizado contactos con el entorno del Movimiento Vasco de Liberación. Lo he autorizado personalmente y quiero que los españoles lo sepan". Un día después, Aznar aseguraba que, si ETA renunciaba a las armas, él estaba dispuesto "al perdón y a la generosidad".

Pero no solo eso. Con el fin de ETA, miembros del PP no han ocultado su apoyo a Bildu y su integración en las instituciones. Su actual portavoz de campaña, Borja Sémper, ha sido una figura importante dentro de Génova que nunca ha ocultado su posición sobre Bildu. Y han sido varias las ocasiones en las que se ha mostrado más que dialogante con los herederos de ETA: "El futuro de la sociedad vasca, guste o no en determinados sitios, se tiene que construir también con Bildu", expresó en una entrevista con Jot Down en 2013. También Javier Maroto en su época de alcalde de Vitoria abrió sus brazos a la negociación con Bildu: "No me tiemblan las piernas para llegar a acuerdos con nadie. Y creo que eso es bueno. Ojalá  sucediese en más foros. Ojalá cundiese el ejemplo", señaló.

¿Qué paso entre UPN y Herri Batasuna en Navarra?

Pero el acercamiento más plausible a la rama política de ETA la hizo UPN junto al PP. Era 1991. Días después de que ETA hiciera estallar en la casa cuartel de la Guardia Civil en Vic un coche bomba que mataría a nueve personas, entre ellas, cuatro niños, Herri Batasuna y los conservadores negociaron el gobierno navarro.

El 26 de mayo de aquel año, se celebraron elecciones autonómicas y en la comunidad foral ganó Juan Cruz Alli, quien se presentaba por UPN-PP, en una ajustada victoria ante el socialista Gabriel Urralburu. En tercer lugar quedaría Herri Batasuna con Patxi Zabaleta al frente. Y este último tendría la última palabra sobre quién gobernaría navarra. 

Durante en el intento de investidura al candidato conservador, precisamente días después de la mascacre en Vic, Herri Batasuna no emitió voto. En total, 20 síes de UPN y 24 noes de PSOE, Izquierda Unida y Eusko Alkartasuna. En el segundo intento, el candidato socialista Gabriel Urralburu obtuvo los votos a favor de su partido y EA, las abstenciones de IU y los noes de UPN y HB. De esta manera, Herri Batasuna y UPN-PP se aliaron para votar en contra del socialismo y, por ende, entregar la Comunidad Foral de Navarra a la lista más votada. En este caso, UPN-PP. 

Tras confirmarse la victoria de Cruz Allí, el líder del partido “Nacionalistas Navarros” y exparlamentario de UPN, Luis Medrano, aseguró que UPN se había reunido con Patxi Zabaleta. Asimismo, en declaraciones para InfoLibre, el propio candidato proetarra confirmó que negoció con los conservadores tanto en 1991 como en 1993.