Todos los rumores indican que Pablo Casado quiere que su número dos en la directiva nacional del PP sea una mujer. Las quinielas hablan de que está deshojando la margarita entre Dolors Monserrat, Isabel García Tejerina y la ex alcaldesa de Fuengirola, Esperanza Oña. La ahora vicepresidenta segunda del Parlamento andaluz desde que dejó el sillón de regidora de Fuengirola en 2014 por incompatibilidad de cargos, ha sido uno de los baluartes de la campaña de Casado y ahora, con ese triunfo del diputado por Ávila, resurge de sus cenizas y está llamada a jugar un papel importante en el nuevo organigrama de Génova 13.

Oña, una ariete contra Moreno Bonilla

Parece claro que la nueva secretaria general del PP nacional saldrá de ese trío compuesto por las dos últimas exministras de Sanidad y de Agricultura de Rajoy más Esperanza Oña. De no ser la malagueña, la ex alcaldesa de Fuengirola ocupará con toda seguridad una importante secretaría de área en política municipal o autonómica. Además de ello Oña será la persona de más confianza de Casado cara a reconvertir y controlar el PP andaluz.

Cabe recordar que Moreno Bonilla y la dirección regional del Partido Popular no han sido neutrales durante el proceso de primarias del PP. Se situaron desde el primer hasta el último día indisimuladamente al lado de Soraya Sáenz de Santamaría haciendo intensa campaña por la ex vicepresidenta. El PP andaluz y sus actuales dirigentes han sido los grandes derrotados del Congreso nacional y más temprano que tarde, posiblemente tras una sonora derrota en las próximas elecciones autonómicas andaluzas, Casado querrá pasar factura y controlar el PP andaluz con militantes de su confianza. En ese proyecto de cortar cabezas, Oña tendrá un papel clave que realizará con sumo gusto por sus conocidas y antiguas desavenencias con Javier Arenas y con la actual dirección encabezada por Juan Manuel Moreno Bonilla.

Oña además tiene motivos ideológicos para haberse alineado con Casado. Es una personalidad política muy conservadora dentro del Partido Popular y posee un sesgo claramente derechista. A ello une cierto carácter autoritario que encajaría bien dentro del nuevo PP surgido del Congreso nacional de la pasada semana.

14 de abril, Día del Perro

A lo largo de sus casi treinta años de actividad política -alcaldesa desde 1991 hasta 2014 con un lapsus solo de cuatro años- la actual parlamentaria andaluza dejó para la historia política numerosas “perlas” que hablan de su talante, o mejor dicho, de su mal talante. Para los anales del municipalismo histriónico pasará el hecho de que siendo regidora de Fuengirola declaró el 14 de abril, aniversario de la II República, "Día del perro”.

Oña no tuvo mejor ocurrencia que otra cosa que hacer coincidir el aniversario de la II República con el "Día del perro" en su ciudad. Una decisión que la oposición calificó de premeditada pues celebrar el Día del Perro en fecha tan señalada cuando nunca hubo una fecha determinada para celebrarlo, supuso toda una ofensa no solo a sus vecinos de ideas republicanas sino toda una provocación a las familias de represaliados por el régimen franquista. Ella se defendió recordando que Zapatero eligió el 20-N para celebrar las elecciones generales.

Llamó falangista´a Blas Infante y se negó a colocar la bandera andaluza

Pero Oña ha dado más muestras de su carácter cuando comparó con los falangistas al "Padre de la Patria andaluza", Blas Infante, fusilado por el fascismo por sus ideas republicanas y autonomistas. El nivel de provocación política que tanto gusta a este personaje del PP más rancio también se pudo mostrar con su radical negativa a que ondease la bandera andaluza en el castillo de Sohail, monumento y emblema de la ciudad de Fuengirola, de propiedad y competencia municipal, y visible desde cualquier parte de la ciudad.

Con esos rasgos antiautonomistas como las críticas a Blas Infante o el rechazo a la enseña autonómica, cuesta trabajo pensar como en la actualidad ostente el cargo de vicepresidenta segunda del Parlamento Andaluz, responsabilidad muy representativa de la autonomía y a la que fue enviada por el PP andaluz como una especie de retiro que evitara veleidades de política orgánica en ella.

Hasta tres coches oficiales

Otra circunstancia que exhibió sin pudor su displicencia fue cuando, en plena crisis económica, aprobó la compra de un segundo vehículo oficial por valor de 54.000 euros cuando disponía de otro que tuvo un coste para el Ayuntamiento en el año 2008 de 108.000 euros.

La oposición tildó de ‘inmoral’ que en tiempo de crisis, y con una deuda de 96 millones de euros del ayuntamiento, Oña aprobase un gasto innecesario: “Menos tele y coches oficiales” fue lo que reclamaron desde la oposición. En ese momento fue la alcaldesa de España con más vehículos oficiales, en total tres. La oposición denunció el uso que Oña hacía de los vehículos: “Utiliza hasta para hacer la compra, ir al cine o desplazarse por la ciudad en una tarde de ocio el coche oficial”.

Aprobó una subida de hasta un 60 % del sueldo a sus concejales

No fue la austeridad económica el aspecto más propio en la gestión municipal de Oña. En 2011 subió los sueldos a sus concejales del equipo de gobierno de forma escandalosa. En concreto los elevó entre un 22 y un 60 por ciento. La decisión fue justificada por Oña porque las retribuciones de los ediles de Fuengirola eran de "las más bajas" de los ayuntamientos con una población similar. Los sueldos "bajos" a los que se refería Esperanza Oña, estaban estipulados en 2010 en cantidades bastante altas ya que los ocho ediles de la junta de gobierno tenían un salario de 42.470 euros anuales y el resto de 27.013 euros.

Así se podría seguir mostrando más y más perlas de la mujer que tiene muchas posibilidades de convertirse en la mano derecha -nunca mejor dicho lo de “derecha”- del nuevo líder del PP, Pablo Casado. Un perfil que explica mucho porque el nuevo líder derechista la haya elegido como su embajadora en el Sur y que el futuro desvelará si le ha encomendado alguna “operación especial” para el futuro de su partido en Andalucía.