El ataque machista de la diputada de Vox Carla Toscano contra Irene Montero no quedará impune. El Congreso ya fragua una respuesta formal. Según ha podido confirmar ElPlural.com, Podemos está preparando un documento que remitirá a la Mesa para censurar la abyecta escena protagonizada por la ultraderecha y evitar que vuelva a producirse.

Según fuentes, los morados ya tenían redactado un primer borrador que ha circulado entre varias diputadas. Se informó de la iniciativa en la noche del miércoles al resto de grupos parlamentarios. Las fuerzas progresistas no tardaron en plegarse. Unidas Podemos contaba con el respaldo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), EH Bildu, Más País, Compromís y compañía; pero pretendían una condena que aislara a Vox y esperaban que otros partidos como PSOE y PNV se pudieran sumar.

El escrito sería “simbólico”, de repulsa hacia la violencia política que sufren las mujeres y, en concreto, la que tuvo que soportar la ministra de Igualdad. Se esperaba un comunicado conjunto a lo largo de la mañana, pero finalmente, no se producirá. El PNV lo habría frenado no porque no compartiera el contenido, sino porque aboga por un redactado más genérico.

Aitor Esteban, portavoz parlamentario de los jeltzales, ha denunciado que los métodos de Vox, lamentablemente, son ya habituales: “Lo estamos viendo constantemente. Es inaceptable. Fue un auténtico exceso y una vergüenza. Una falta de decoro y mi más absoluta solidaridad. Estamos acostumbrados a ver esto una y otra vez y el 98% de las ocasiones es Vox. Agresividad, insultos, provocaciones al resto… Es algo generalizado”.

En este punto, ha confirmado la existencia de “un documento” y ha razonado que “no nos podemos fijar solo en la dialéctica machista” porque “muchos hemos sido agredidos aquí”. En consecuencia, “si se saca un documento, hay que abordarlo así”, de manera más amplia.

Según fuentes, en estos momentos se está retocando el escrito para atraer al PNV y sería elevado la semana que viene a la Mesa.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, ha urgido a los grupos parlamentarios que deliberen y se comprometan para no permitir "insultos" y ataques “machistas”. En declaraciones a los medios en los pasillos del Congreso, ha expresado su "absoluta condena a los ataques machistas" que sufrió ayer Montero, al recalcar que "en política no vale todo”. "Las mujeres tenemos derechos a hacer política sin ser insultadas. Basta ya"", ha enfatizado la también ministra de Trabajo para, a continuación, reiterar que lleva años diciendo que "los insultos" y el "ruido en política" deterioran la democracia.

¿Y el PP?

El discurso más putrefacto se coló en pleno debate de Presupuestos, condenando a las cifras a un rol subalterno. Ya el lunes el Partido Popular abrió boca llamando “inútil” y “soberbia” a Irene Montero. Minucias en comparación con los insultos que tuvo que soportar la ministra de Igualdad. Tras defender las partidas del Ministerio que dirige, la diputada de Vox Carla Toscano deshonró la sede de la soberanía nacional afirmando que el único mérito de Montero es “haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias”. Un asqueroso y despreciable ataque machista que provocó una bronca monumental en el hemiciclo. La propia ministra tomó la palabra para exigir que tan abyecta intervención quedara reflejada en el diario de sesiones para que quede constancia “de la violencia política” contra las mujeres y “para que después de mí no venga ninguna otra”.

Montero, visiblemente emocionada, abandonó posteriormente el pleno con lágrimas en los ojos, conteniéndose para no romper a llorar mientras su equipo la abrigó con numerosos abrazos y besos. Un cariño que se trasladó también a las redes sociales. Todas las ministras socialistas, Yolanda Díaz, diputadas, el presidente Sánchez e incluso líderes de gobiernos latinoamericanos le dedicaron unas afables palabras. Un cierre de filas al que se unió hasta la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, cuyo grupo también había insultado a la dirigente morada: “Nadie tiene derecho a ofenderla ni entrar en su vida personal”.

No obstante, los morados no han recibido de buena gana el gesto del PP. Irene Montero ha admitido estar “muy preocupada” por “el nivel de violencia política que estamos viendo”. Si bien “ayer se pasaron unos límites”, ha recordado que “desde hace diez días y desde muchos sectores se estaban rozando con una campaña de desinformación y de violencia política fuerte”. “Estoy deseando que podamos concretar toda esta indignación en que cese esa violencia y en no dar más oportunidad a la derecha y a la extrema derecha para que sigan con esa campaña de bulos, mentiras, difamación y violencia política”, ha zanjado.