Los niveles de tensión alcanzan cotas de lo más elevadas en el Congreso de los Diputados. Vox ha hecho de la Carrera de San Jerónimo su escenario preferido para expandir sus soflamas. Los ultraderechistas persisten en los insultos y meten una marcha más al tono guerracivilista iniciado por Carla Toscano en la sesión del miércoles. Víctor Sánchez del Real ha protagonizado su propio show desde la tribuna, jactándose de los improperios vertidos hacia la ministra de Igualdad, Irene Montero, y proclamando el “apocalipsis comunista lleno de sangre”.

Vox ha ampliado su catálogo de descalificaciones durante el superpleno de este jueves en el Congreso de los Diputados. Insultos, gritos sobreactuados y ni un ápice de autocrítica. Los ultraderechistas creen firmemente que se comportaron en consonancia a la solemnidad implícita de cualquier parlamento. “Somos superiores cualitativamente y moralmente”, proclamó desde la tribuna Onofre Miralles.

El parlamentario ultraderechista ha disparado los niveles de tensión, aunque su compañero de bancada Víctor Sánchez del Real también ha querido poner su granito de arena en la escalada de “violencia política”. Antes de que este último se subiera a la tribuna, Miralles ha proclamado, parafraseando a Javier Milei (líder de la extrema derecha argentina) la superioridad “cualitativa y moral” de su grupo frente al “zurderío”, avisando que a la izquierda “se le combate de cara”. “Esto no es para tibios”, ha resuelto el diputado de Vox, aludiendo al incidente de Toscano con Montero.

Miralles ha defendido la “valentía” de su compañera de partido por su ataque personal a la “libertadora de violadores”, por lo que hace el “su único mérito es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias”. Unas palabras que se toparon con la reprobación de la práctica totalidad del arco parlamentario, a excepción de Vox, por supuesto.

Histrionismo ultra

Vox no daba su brazo a torcer, manchando el debate parlamentario con insultos, griteríos y sobreactuaciones varias. La cerrazón escenificada por Miralles la ha acompasado, minutos después, el diputado ultra por Badajoz Víctor Sánchez del Real. La izquierda era el principal objetivo, pero sin perder de vista la “tibieza” que siempre atribuyen al Partido Popular.

La “violencia política” que denunció el miércoles Irene Montero es motivo de chanza entre las filas de Vox y así lo ha exteriorizado Sánchez del Real. El diputado ultra se ha mofado del aluvión de críticas que recibió Toscana tras las soflamas machistas vertidas contra la titularidad de Igualdad.

“Fascistas, herederos del régimen, abusadores, promotores de la violencia contra las mujeres, xenófobos, impresentables, machistas…”, ha declamado un Sánchez del Real que ha exagerado el tono teatral en los primeros compases de su intervención.

Esta retahíla de calificativos le ha valido a Del Real para cargar sus armas contra la Mesa del Congreso, concretamente a dos de los miembros de Podemos que la componen: Javier Sánchez Serna y Gerardo Pisarello. El diputado pacense les ha afeado los insultos vertidos hacia Toscano y reivindicó que su compañera “no se puso a llorar”. “Tiene más valentía y coraje una sola mujer de Vox que todos los diputados zurdos”, ha espetado.

El discurso del ultraderechista pivotó con vértigo hacia el Partido Popular, afeándoles su alineación con la ministra de Igualdad: “Ay, de los tibios, provocáis el vómito de mi boca”. De hecho, ha advertido que serán los “siguientes” porque el Excel no es un arma que pueda vencer al “comunismo”, que a la postre es, a su juicio, “el asesino masivo de personas”. A continuación, ha proclamado el “apocalipsis comunista, lleno de sangre, entre otros de comunistas, porque una de las aficiones de los comunistas es asesinar otros comunistas”. Asimismo, ha defendido que su partido no es fascista y ha aludido a Benito Mussolini al entender que su figura prueba que “la condición previa para ser fascista es ser socialista”.