Pablo Gómez Perpinyà (Madrid, 1989) ha multiplicado su campo de acción en la política madrileña y, tras encabezar la portavocía de Más Madrid tras la marcha de Íñigo Errejón al Congreso de los Diputados y convertirse en una de las piezas más importantes dentro de las listas que lidera Mónica García, asumió, tras las elecciones de la Comunidad de Madrid del pasado 4 de mayo, su nuevo papel como senador de Más Madrid.

Su llegada a la Cámara Alta ha coincido con la tensión del debate interno que se ha producido en el Gobierno de España respecto a la derogación de la reforma laboral del Partido Popular. Algo que considera "una línea roja", porque Pedro Sánchez se comprometió a ello en su acuerdo de investidura: "Somos imprescindibles para la gobernabilidad del país y la estabilidad del Gobierno".

Ante las discrepancias internas y tras amenazar con no apoyar los Presupuestos Generales del Estado, Perpinyà celebra los pasos adoptados en los últimos días con la reforma laboral y muestra su confianza en que el Ejecutivo central "cumpla con su palabra": "Pedro Sánchez no es presidente por un voto de confianza en blanco, es un voto sujeto a una serie de compromisos".

Unas críticas al Gobierno de España que van en aumento cuando es preguntado en ElPlural.com por la "guerra armada" que se está produciendo en el Sáhara Occidental. Una zona a la que viajó hace unas semanas y por la que ha exigido al Ejecutivo de Sánchez que haga "un cambio drástico" y "no claudique ante las peticiones de Marruecos": "La política exterior de España no puede ser dictada desde Rabat".

En su nuevo asiento en el Senado tiene por objetivo "defender los derechos de los madrileños" a nivel estatal, pero también lo hace a nivel autonómico, frente a un Gobierno regional al que acusa de ser el principal causante de "dañar el prestigio de la política madrileña". Una polémica de la que culpa a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quién cree que "encarna a la perfección la agenda ultra" y se ha convertido en la "delegada de Donald Trump en España".

A falta de menos de dos años para que los madrileños se encuentren ante las urnas, Pablo Gómez Perpinyà destaca el único objetivo que tiene su partido y en el que centrarán su futura campaña electoral: "Más Madrid tiene que ser una fuerza política capaz de presentar una candidatura que esté a la altura del reto de desalojar a Isabel Díaz Ayuso de la Puerta del Sol".

Pregunta: Ha exigido al Gobierno de España que si no derogaba la reforma laboral su partido no le apoyaría en los Presupuestos. Después de conocer el anuncio de acuerdo en el Gobierno, ¿Apoyarán las Cuentas públicas o esperarán a que se apruebe definitivamente?

Respuesta: Hemos logrado un objetivo muy importante en el Senado, y también del PSOE, a una moción en la que establecíamos dos objetivos, que la reforma laboral se hiciera antes de final de año y que esa reforma laboral incluyera la derogación de la reforma laboral del PP de 2012. Ambos objetivos son fundamentales y, desde luego, son una línea roja, son parte de los acuerdos de investidura. Es decir, Pedro Sánchez no es presidente por un voto de confianza en blanco, es un voto sujeto a una serie de compromisos. Nuestra democracia es madura y es razonable que quién se presenta y pide la confianza, tenga que cumplir con los objetivos marcados. Lo único que le pedimos al presidente del Gobierno es que cumpla con su palabra y esté a la altura de los compromisos que había adoptado.

Confiamos que el Gobierno vaya a cumplir con su palabra y confiamos que podamos discutir sobre los contenidos concretos de esa reforma, que yo creo que es lo más importante. Hemos hablado de acabar con la temporalidad, de acabar con la precariedad, pero eso hay que aterrizarlo con medidas concretas y ahí es dónde esperamos al Gobierno.

P: ¿Debe el Gobierno interesarse más por cuidar a sus apoyos de cara a mantener la mayoría necesaria para continuar con la legislatura?

R: No tengo ninguna duda. Pedro Sánchez, en estos momentos, es presidente por dos votos de diferencia. No es una mayoría muy holgada, aunque es el tipo de mayoría a la que nos tenemos que acostumbrar porque el bipartidismo ha terminado. Por tanto, en estos momentos, todos los grupos que formamos parte del bloque de investidura somos imprescindibles para la gobernabilidad del país y la estabilidad del Gobierno. Nosotros estamos cumpliendo con nuestra parte, ahí está la Ley Rider, la Ley de Cultura, el tema de la eutanasia… Hemos cumplido con el papel que la sociedad nos estaba pidiendo. Ahora se trata de que el presidente del Gobierno cumpla con su palabra. A tu pregunta mi contestación es muy clara, sí. El Gobierno debe esforzarse en cuidar al bloque de la investidura.

P: Al frente, en la oposición está un PP que se encuentra en un difícil momento con la tensión que se vive con Ayuso y Almeida, ¿Cree que estos problemas pueden terminar repercutiendo en la ciudadanía?

R: Lo que tengo claro es que los madrileños y las madrileñas tenemos mucha más información de cuáles son las comidas que celebra Isabel Díaz Ayuso con el alcalde Almeida, o cuáles son los compañeros de partido que tiene bloqueado la presidenta de la Comunidad de Madrid en el WhatsApp, que, por ejemplo, sobre el destino de los fondos europeos. Tenemos gran incertidumbre sobre algunos aspectos que son estratégicos y centrales de la política de la Comunidad de Madrid que son del interés de los madrileños. No sabemos si el dinero de Europa va a servir para la digitalización y la transición ecológica, que es lo que nos está pidiendo Europa o, sin embargo, va a servir para lo que Lasquetty anunció hace algún tiempo, que era rescatar los antiguos proyectos megalómanos de Esperanza Aguirre. Este tipo de guerra de guerrillas en el que lleva inmerso el PP desde hace mucho, pues aumenta, seguramente, la preocupación de la gente.

P: El Gobierno regional prevé aprobar los Presupuestos con Vox en las próximas semanas, ¿temen la influencia que pueda tener?

R: Creo que, en algunas ocasiones, sobrevaloramos el papel que tiene Vox en la política madrileña. Creo que Isabel Díaz Ayuso no cuenta todavía con el apoyo favorable de Vox. Pero, sin embargo, Isabel Díaz Ayuso ya ha anunciado a través de Lasquetty que va a derogar aspectos importantes de las leyes LGTBI. Es decir, todavía Vox no le ha dado el apoyo, que por otra parte es previsible, e Isabel Díaz Ayuso no ha tenido ningún inconveniente en incorporar esas políticas ultras a sus políticas. Mi conclusión es que, no es tanto que Vox influya en Isabel Díaz Ayuso, como que Isabel Díaz Ayuso encarna a la perfección la agenda ultra.

En algunas ocasiones, algunas izquierdas caen en el error de exculpar a Ayuso de encarnar ella misma la agenda ultra y nosotros durante la campaña electoral lo decíamos con absoluta claridad. La mejor candidata de Vox en la Comunidad de Madrid es Isabel Díaz Ayuso y en la negociación de los Presupuestos, lo estamos viendo, y en el desarrollo de las políticas públicas fundamentales en la Comunidad de Madrid, lo estamos viendo.

P: Usted ha expresado en alguna ocasión que "Ayuso es Vox" ¿Cree que representa al extremismo?

R: Yo creo que Isabel Díaz Ayuso ha sido muy clara en sus objetivos. Ella pretende ser la referente en un espacio político más o menos amplio que aspiramos a disputar, pero que, en todo caso, incluye, bajo su mando y el liderazgo que pretende desplegar, muchas de las ideas que secunda Vox. No es casualidad que Vox haya pasado a un espacio irrelevante en la política madrileña. Tiene que ver con que la Comunidad de Madrid ha asumido el liderazgo de ese espacio. No es tanto una cuestión de que Vox le dicte a Ayuso las políticas que debe poner en marcha. Si solo fuera eso, el problema sería mucho más sencillo. El problema es que la presidenta de la Comunidad de Madrid y sus consejeros aplican una agenda ultra y no lo hacen necesariamente condicionados por las votaciones con Vox. Se ha convertido en la presidenta de una agenda ultra que está suponiendo un gran problema en Europa y se está dejando por el camino muchos problemas sociales y demandas de la ciudadanía. No trabaja para la inmensa mayoría de los madrileños.

“Sobrevaloramos el papel que tiene Vox en la política madrileña”

P: ¿Podría ser una posible estrategia de Ayuso para que en las próximas elecciones aproveche el espacio de Vox?

R: Supongo que Ayuso intentará mejorar sus resultados, del mismo modo que lo intentaremos el resto de las formaciones políticas. Aquí entra en juego un factor que ha sido determinante en la política española, que es el de la credibilidad. Cuando tú te presentas a unas elecciones anunciando libertad y resulta que las primeras medidas que adoptas son ataques a los derechos civiles y derogaciones de las leyes LGTBI, a lo mejor tu credibilidad va en retroceso. Y yo creo que eso es lo que está pasando. Estoy, absolutamente, convencido de que hay gente que le dio su apoyo a Isabel Díaz Ayuso en un momento difícil por la pandemia y estoy seguro de que muchas de ellas se están replanteando su decisión como consecuencia de este tipo de ataques a los derechos civiles, que retrotraen a la Comunidad de Madrid a un tiempo en blanco y negro y al que la inmensa mayoría de los madrileños no quiere volver.   

P: Como ocurre en el Congreso de los Diputados, en la Asamblea de Madrid también hay una crispación política que acaba derivando en insultos. ¿Son necesarios los ataques personales en política, cómo ha sufrido Mónica García o, usted mismo, con las bromas de Ayuso con los videojuegos?

R: Lo que más daño hace al prestigio de la política en la Comunidad de Madrid es el ninguneo por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Es que Isabel Díaz Ayuso se niegue a rendir cuentas ante el poder legislativo autonómico. Aquí estamos diputados y diputadas que representamos a todos los madrileños, no solo a los que nos han votado. A todo el cuerpo electoral. Y es evidente que la actitud del Gobierno, de negarse a negociar con la oposición de elementos importantes, no viene bien a Madrid. Si eso viene acompañado de una estrategia importada de Estados Unidos, del trumpismo… Parece que Isabel Díaz Ayuso se ha convertido, más que en la presidenta de la Comunidad de Madrid, en la delegada de Donald Trump en España. Con esos ataques personales, ese ejercicio de la política sin códigos, sin respeto, toda esa educación que lo ha hecho saltar todo por los aires y que está generando zozobra en electorado y en la sociedad madrileña.

P: Y mientras tanto, la Cañada Real sin luz o Ayuso negándose a aplicar una posible ley de Vivienda propuesta por el Gobierno...

R: Es evidente que Ayuso pilota una nave que va a hacia ninguna parte. La situación en la Cañada Real es lamentable, no ha habido solución desde hace mucho tiempo, pero no ha sido el único. Tenemos, por ejemplo, el caso del sistema sanitario en la Comunidad de Madrid. Hemos sido los que menos han invertido antes, durante y después de la pandemia. Aquí parece que nadie aprende absolutamente nada.

Ayuso se ha declarado en rebeldía, en el caso de la Cañada Real, que se ha convertido en un problema de derechos humanos, pero en rebeldía también al negarle a los madrileños la posibilidad de aplicar, una ley muy importante, que viene a resolver un problema importante para los madrileños, aunque es insuficiente, como es la Ley de Vivienda. Nosotros tenemos matices a esa ley, pero es un intento por mejorar una situación que es muy grave en la Comunidad de Madrid. Ayuso se ha declarado en rebeldía, no aplico la ley de Vivienda, la ley de interrupción del embarazo, la ley de eutanasia, en una deriva absolutamente incomprensible para los que no la hemos votado, pero me puedo imaginar que para los que la han votado pueden llegar a pensar lo mismo. Porque no tiene ningún sentido que de lo que se vayan a beneficiar el resto de los españoles, los madrileños estemos excluidos. Hemos exigido al Gobierno que dirija la estrategia económica y global en todo el país.

P: ¿Temen que Ayuso pueda utilizar los fondos europeos para sus intereses particulares?

R: Tememos desde el primer momento que Ayuso intente utilizarlos para cometer los recortes sociales que forman parte de su programa electoral y, sobre todo, para premiar y compensar a las redes clientelares, que llevan dirigiendo la Comunidad de Madrid desde hace tanto tiempo. Tengo que mencionar el caso de la Ciudad de la Justicia, que lleva judicializado mucho tiempo, pero que luego no forma parte de los objetivos de Europa con esos fondos. Estamos preocupado con este objetivo y cada día que pasa estamos convencidos. Ayuso va a usar el dinero de los madrileños para pleitear al Gobierno de España por la llegada de los fondos europeos. Es decir, enfrentar a Madrid con el resto de las comunidades autónomas. Eso no forma parte de la esencia de Madrid, pero tenemos una presidenta que está dispuesta a usar el Gobierno como lo gestionarían desde la calle Génova.

P: ¿Qué papel debe ejercer Más Madrid para intentar conseguir un mayor rédito político en las próximas elecciones?

R: Más Madrid tiene que ser una fuerza política capaz de presentar una candidatura que esté a la altura del reto de desalojar a Isabel Díaz Ayuso de la Puerta del Sol. Nosotros siempre lo hemos tenido claro, este es nuestro objetivo número uno, nuestra prioridad. No hay ningún elemento que nos pueda distraer. Esa es nuestra prioridad.

P: Hace unas semanas viajó al Sáhara Occidental y conoció de primera mano cómo se encuentran los ciudadanos, ¿Cuál es la situación allí?

R: En el Sáhara Occidental hay una guerra, es lo primero que hay que decir. Una guerra que Marruecos quiere invisibilizar, pero que es evidente. Hace unos días un dron marroquí lanzó una bomba contra un camión de mercancías argelino. Lo que pude comprobar es que hay un conflicto armado a las puertas de Europa. Los elementos en discusión tienen mucho que ver con decisiones que se han tomado en Europa y, en concreto, que se han adoptado en España. La posición del Gobierno de España de claudicar ante las peticiones de Marruecos y asumir que la política exterior puede ser dictada desde Rabat, en lo que tiene que ver con el Sáhara Occidental, hace que su posición sea incomprensible. Es un atentado contra los derechos humanos y contra la conciencia progresista más básica. Le exijo al Gobierno de España es un cambio drástico y que no se repitan episodios tan lamentables como la petición de los periodistas de RTVE de acudir a los campamentos saharauis a poder documentar el drama humanitario que allí se está produciendo.

Marruecos con la ayuda de las grandes empresas españolas y europeas están desarrollando un proceso de expolio de un territorio sobre el que no tienen soberanía. Es muy grave. Es decir, lo que está pasando en el Sáhara Occidental con el consentimiento del Gobierno, es de una gravedad extraordinaria. España no puede permitirse el lujo de que a su territorio lleguen mercancías que vienen de un expolio ilegal. Ahí es donde hay que tomar medidas. Si España quiere extraer recursos naturales, tiene que pagarles a sus legítimos poseedores.