El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, comparece este jueves ante el pleno del Congreso de los Diputados a petición de varios de sus socios parlamentarios para explicar el espionaje con Pegasus a más de 60 líderes independentistas catalanes y vascos. Un software del que también ha sido víctima el propio Sánchez y varios de sus ministros. El líder del Ejecutivo ha tomado la palabra a las 09:00 horas y se ha tomado un tiempo para unas deslizar “unas consideraciones previas” antes de atajar el asunto nuclear: Pegasus.

Los primeros minutos de su intervención en el monográfico los ha dedicado a censurar la corrupción del Partido Popular. En este sentido, ha lamentado que “hace cuatro años” que la moción de censura motivada por la sentencia de la Gürtel desalojó a Mariano Rajoy de la Moncloa. “Entonces, la corrupción se situaba como una de las máximas preocupaciones”, ha criticado Sánchez.

Y he aquí el mensaje para el exlíder del PP, Pablo Casado: "Si las instituciones les pertenecen a la derecha lo aprovechan para financiarse irregularmente. Cuatro años después de la moción ha desaparecido la corrupción de entre las preocupaciones principales. Pero cuando entre sus filas aparece algún dirigente que denuncia un caso, y no diré su nombre, le desalojan”.

Pedro Sánchez se ha referido así a la guerra fratricida entre Casado y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que se cobró el cargo del primero, depuesto a la postre por Alberto Núñez Feijóo. Casado utilizó el las comisiones durante la pandemia de coronavirus del hermano de Ayuso, Tomás Díaz Ayuso, durante la pandemia de co para presionar a la dirigente madrileña y la batalla fue cruenta.

Con respecto a Pegasus, Sánchez ha deslizado que el Gobierno que preside jamás ha dado órdenes a los servicios de inteligencia para pinchar los teléfonos de líderes independentistas: “Quizá con otro Gobierno, perro no con este”. Así, ha circunscrito la acción del CNI a la estricta legalidad, al menos, durante su mandato.