El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, compareció en el Congreso según el guion diseñado por su partido para ‘salvar’ el compromiso de las explicaciones debidas por el escándalo del dedazo de José Manuel Soria para el Banco Mundial (BM) -después de haber dimitido por su aparición en los ‘papeles de Panamá’ y su posterior renuncia al puesto ante el escándalo suscitado. Guindos compareció como quería el PP y permitió la presidenta del Congreso, Ana Pastor: en la Comisión de Economía y no en el pleno, lo que limita la intervención de la oposición y sobre todo las respuestas que el ministro debe darles.

De Guindos aludió a la elección de Soria como candidato para detentar una dirección ejecutiva del BM con una retahíla histórica y técnica sobre la designación por parte de España “de candidatos a instituciones económicas internacionales”. El ministro subrayó como estaba previsto que la propuesta de estos candidatos compete al ministerio de Economía y “son designaciones de naturaleza técnica”. Insistió en que “no se trata de decisiones políticas” y que "el cuerpo de funcionarios de técnicos comerciales del Estado" al que pertenece Soria es el que tiene más conocimiento en la materia y el que desde hace 30 años ha nutrido ese tipo de puestos. Insistió en que fue una comisión presidida por el secretario de Estado de Economía el que evalúa a la persona más idónea y recordó los demás integrantes de la misma, todos altos cargos de su ministerio. 

Incapaz de justificar la nueva convocatoria tras la dimisión

El ministro también defendió que el proceso de España tiene “más competencia y concurrencia” que en países como Alemania o Bélgica. Uno de los puntos en los que se mostró más equívoco y difuso a pesar del parapeto de la jerga técnica fue a la hora de intentar explicar por qué el proceso se había retrasado, ya que se produjo una primera convocatoria en diciembre y después otra en julio, es decir, después de que Soria ya hubiera dimitido. De Guindos apenas esbozó en relación al aborto del proceso inicial que había momentos delicados políticamente como el intento de investidura de Pedro Sánchez y el ministerio de Economía es muy “prudente” con ese tipo de procesos. En cuanto a la nueva convocatoria solo apuntó que contaba con el aval de un informe encargado a la Abogacía del Estado.

En su narración de los hechos, De Guindos explicó que mandaron la convocatoria a la asociación de técnicos comerciales para que la difundiera entre sus socios y llegaron entre otras las candidaturas de Soria y de Fernando Jiménez Latorre -el elegido finalmente-. El ministro defendió que los criterios para el cargo eran la condición de funcionario, los años de experiencia en la Administración Pública, el dominio del inglés, las competencias en la materia o los conocimientos en las relaciones económicas internacionales, la experiencia en foros internacionales o la capacidad en gestión de personal y de presupuesto. Y apuntó que la comisión entendió que según esos criterios Soria era el más idóneo para el puesto y que no estaba inhabilitado para ejercer cargo alguno. Por último solo indicó que Soria había renunciado con una carta en la que denunciaba utilización política de su designación y que después de ello se volvieron a reunir, gracias a que el BM amplió el plazo para mandar al candidato, eligiendo a Fernández Latorre, que había quedado “segundo” en el proceso.