A lo largo de cada campaña electoral se produce un juego de seducción entre la política y la ciudadanía. Tal ejercicio de persuasión se puede hacer de varias maneras. Desde actos tales como visitar una fábrica, ir a los toros o cocinar, a vestirse con el traje popular de una determinada región o estrechar en sus brazos a una mujer de color, tal y como hizo Esperanza Aguirre. Lo que sea para abrazar el populismo y conseguir arañar algunos votos a través de artimañas propagandísticas que en numerosas ocasiones, rozan lo ridículo. 

Todo sirve en momentos como este. Y más aún en elecciones autonómicas y municipales, donde la precariedad de los medios publicitarios lleva el producto final hasta la cutrez en su máximo esplendor. Da que pensar si ese es el objetivo. El uso de juegos de palabras o utilizar un lenguaje más próximo a la juventud son dos clásicos de este tipo de periodos. Y este año le ha llegado el turno al Trap y los Youtubers. 

Estas elecciones de 2019 nos han dejado momentos gloriosos: un candidato balanceándose en un columpio infantil, otro emocionando a David Lynch en un surrealista corto en el que se lanza con ropa al mar, Almeida borrando pintadas, el reggeaton de Más Madrid o el 'power' de Ada Colau. 

Nos han regalado momentos 'maravillos'. Solo cabe disfrutarlos:

La sastería del PP de Fuerteventura

Julio Reboso, de El Hierro, se lanza con ropa al Atlántico

Antonio Alarcó(PP): senador, catedrático, cirujano, como 'El Cid'

Al final es lo de siempre

Ni Curro Jiménez

Tenía que haber sido candidato en Cabezón de la Sal

El PP de Güímar no saben que los flashmob dejaron de estar de moda en 2011

  

Almeida, con la Policiía

Los atascos de Ayuso; una de tantas 'Ayusadas'

¿Nadie le ha dicho a Ignacio Aguado que no es el mejor momento para homenajear a Michael Jackson?

El esperpéntico Chotis de Vox

Una 'flexy' Colau que dice "power"

Errejón, a lo Bad Bunny