Desde que el Centro de Investigaciones Sociológicas, el famoso y popular acrónimo CIS, realiza estudios de opinión sobre la valoración de los ministros que han configurado los distintos gobiernos democráticos de España desde 1977 los titulares de Justicia e Interior siempre han sido los más valorados,  siempre han gozado de las simpatías de los ciudadanos, incluso por encima del propio presidente del Consejo de Ministros. Siempre, menos ahora, donde los responsables de esos ministerios son, con creces, los miembros peor considerados por la opinión pública. ¿Por qué? ¿Qué ha ocurrido para que los baluartes de un ejecutivo hayan caído en “desgracia”?

Los “ministros” de la secretaria general

No deja de ser chocante que los ministros del Gobierno de Mariano Rajoy peor valorados, con diferencia (además de Montoro), sean los que la secretaria general el PP y ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, impuso por cuota de poder cuando el gallego decidió formar Gobierno en el otoño de 2016. Es un secreto a voces que Cospedal requirió a Rajoy la designación del “mediocre” Juan Ignacio Zoido como ministro de Interior, cuando el sevillano de adopción y exalcalde de esta ciudad venía de perder, además de la alcaldía hispalense, toda influencia en Andalucía, incluido su apoyo a otro candidato del PP diferente al que finalmente designó Rajoy en territrio andaluz. Aún así, Zoido entró en Moncloa, “y como ya es su estilo... la montó”, reconocen a ELPLURAL.COM fuentes de la dirección nacional del PP.

“El ministro metepatas”

El caso es que Cospedal tenía que pagar la “traición” de Juan Ignacio Zoido, que de ser un fiel colaborador de Javier Arenas pasó a convertirse en “un hooligan de Dolores, hasta el punto de creer que Cospedal sería la designada por Rajoy para sucederle”, añaden nuestras fuentes. Sin embargo, Juan Ignacio Zoido, ha hecho bueno a su antecesor en el cargo, al opusino Jorge Fernández Díaz, “que nunca hubiese alcanzado la mediocridad de Zoido en aspectos tan importantes y fundamentales como es la movida catalana”, aseguran nuestros interlocutores, para seguidamente sentenciar: “Zoido nos está haciendo mucho daño; es difícil entender que después del 1-O no dimitiera y, además, continúe diciendo tontunas en radio, prensa y televisión”.

El valido de Cospedal

De ahí que en círculos populares genoveses no alcancen a entender por qué “Mariano nombró a este mediocre ministro”, sabiendo como sabia que fue uno de los grandes instigadores contra Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente y líder del PP andaluz, frente al candidato de Cospedal, el alcalde de Tomares, José Luis Sanz. Rajoy frenó en seco la conspiración contra Arenas, desautorizó a su secretaria general, apoyó a su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, algo más que enemiga íntima de Cospedal, e impuso la paz en Andalucía. A la actual ministra de Defensa, conocida en Castilla-La Mancha como una “agencia de colocación”, no le quedó otra que llevar a su valido hasta el Consejo de Ministros para compensar su seguidismo.

La labor realizada por Zoido es por todos conocida, y tampoco es necesario ahondar en el llamado procés, o en el escándalo de los atrapados por la nieve en la AP-6, ni en su obsesión por buscar a Puigdemont en los maleteros de los coches que atraviesen los pirineos gerundeses.

El cunero conquense

Pero no solo el discutido ministro del Interior está en la diana de la ciudadanía y de la oposición. El también “ministro” de Cospedal de Justicia, Rafael Catalá, se encuentra en el disparadero de la comunidad política por sus excesos, arbitrariedades y apoyos viscerales con los postulados defendidos por su madrina, María Dolores de Cospedal, que le impusó como “cunero” en Cuenca donde Catalá es diputado desde las elecciones de dicimbre de 2015. El madrileño, que nada tiene que ver con Castilla-La Mancha, a pesar de que Cospedal intentó  fallidamente que fuera candidato del PP a las autonómicas de 2019, ha superado, con creces, la polémica labor  llevada a cabo por su antecesor, el alucinado Alberto Ruiz Gallardón. Que eso es ya decir mucho.

Los dos ministros reprobados

Si a todo es cúmulo de despropósitos le añadimos que los ‘ministros’ de Cospedal han sido reprobados por el pleno del Congreso de los Diputados, entonces, no nos confundimos al asegurar que la secretaria general está perdiendo capacidad de captación y la batalla encarnizada que mantiene con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, que desde La Moncloa ve como los validos de Cospedal están cayendo en picado y son repudiados por la sociedad y, lo que es peor, por el CIS, mientras que sus colaboradores se afianzan en el poder, como lo prueba el nombramiento de su hombre de absoluta confianza, José Luis Ayllón, “Papi”, como jefe de Gabinete del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, frente al candidato de Cospedal, cuyo nombre no ha trascendido por temor “a hacer el ridículo”, concluyen nuestras fuentes.