Este jueves 24 de octubre se marcaba en los calendarios de gran parte de España como una victoria de la democracia. El dictador y genocida Francisco Franco, que mantuvo bajo su yugo a un país entero durante 40 años, salía por fin del injusto mausoleo en el que había sido enterrado. Pese a la creencia popular de que con su muerte los privilegios de la familia del caudillo desaparecerían, la realidad es que los Franco han seguido enriqueciéndose a costa de lo violentamente arrebatado y expropiado a los contrarios al régimen por parte de los franquistas durante y tras la Guerra Civil. 

Sí, es cierto que lo conseguido por el Gobierno de Pedro Sánchez supone una victoria y un paso más hacia el progreso de nuestro estado de derecho, pero el imperio de los Franco no debería ser otro que el de cualquier familia de cualquier militar. Sin embargo, el número de propiedades a su nombre es extenso, así como la fortuna de la que disfrutan.

Los Franco S.A.

Con los expolios de la Guerra Civil, los regalos durante la dictadura o la ingeniería fiscal que comenzaron a diseñar en los años 50 y que han desarrollado en la democracia, la familia Franco ha conseguido mantenerse como una de las más acaudaladas del país​, incluso aumentando su fortuna tras la muerte del dictador.

En el año 75 el patrimonio de la familia se estimaba entre 1.000 y 20.000 millones de pesetas. Actualmente se calcula que poseen entorno a 500 millones de euros. Decimos que esa fortuna se “estima” ya que no conocemos los activos de la estirpe en paraísos fiscales como Suiza

Esta anómala situación, impensable tras las dictaduras en otros países europeos o latinoamericanos, se hace posible en España gracias a una transición dirigida principalmente por altos cargos y exministros franquistas y que, aún hoy, se materializa en los cuadros de la derecha española donde encontramos a numerosos descendientes de la aristocracia del régimen.

Carmen Franco junto a su padre, el dictador, y su madre Carmen Polo.
Carmen Franco junto a su padre, el dictador, y su madre Carmen Polo.

Las joyas de la dictadura

La mujer del General Franco, Carmen Polo, era popularmente conocida como La collares por su afición de arrasar en las joyerías a las que frecuentemente acudía. Tal y como relata la periodista Carmen Enriquez en su libro “Carmen polo, señora de El Pardo”, los joyeros de Madrid acordaron costear de forma conjunta estos obligados regalos.

El número de joyas que la mujer del dictador pudo llegar a tener aún se desconoce. Lo que sí es sabido es que en la casa familiar había un cuarto de 40 metros cuadrados donde se guardaban guirnaldas, camafeos de perlas, aguamarinas, diamantes, brillantes de oro y plata, y otros objetos de valor atesorados a lo largo de las cuatro décadas de dictadura y que, al terminar, salieron de El Pardo en camiones y furgonetas para permanecer en su dominio.

Las propiedades que permiten su fortuna

Además de heredar la gran cantidad de dinero, la familia pasó a ser dueña de seis imponentes propiedades repartidas por toda la geografía española:

“El capricho” de Carmen Polo: se trata de una casa noble que la esposa de Franco mandó construir en el centro de A Coruña. La forma de conseguir este precioso palacio de Cornide fue fraudulenta, ya que se falsificó una subasta pública que solo tenía un comprador, quien le cedió las escrituras a Carmen Polo.

El Pazo de Meirás: era la finca de verano del dictador, le costó, tirando por lo bajo, alrededor de 75 millones de pesetas. En la actualidad, la familia ha intentado venderla por 7 millones de euros, ante la intención del parlamento gallego de recobrar la titularidad pública del pazo al hacerse público que el caudillo la obtuvo también de forma irregular "a modo de regalo".

El edificio de la calle Hermanos Bequer de Madrid: un total de siete plantas que suman 4.807m2 en pleno barrio de Serrano, una de las zonas más lujosas de la capital. Es tan solo uno de sus numerosos inmuebles con los que cuentan, pero es el que eligieron la mujer y la hija de Franco para instalarse tras su muerte.

Finca «La Piniella» en San Cucao de Llanera: ubicada en Asturias, cuenta con numerosos elementos de alto valor, como pueden ser multitud de obras de arte que los hijos intentaron tasar cuando falleció la hija del dictador Carmen Franco. Continúan intentando venderla actualmente. 

El Canto del Pico, en Torrelodones: se trata de la casa de fin de semana del "generalísimo". Su uso es muy polémico, ya que se utilizaba como trastero de todos aquellos regalos que recibían por parte de los "no ricos" y que no querían destruir. Fue vendida en 1988 por 5,3 millones de euros.

Valdelasfuentes, en Arroyomolinos: fue una de las fincas de caza del dictador y la que supuso el mayor pelotazo para la familia. Ocupa 10 millones de metros cuadrados, de los cuales se recalificaron 3,3m2. Los terrenos dejaron de ser rústicos y permitieron la construcción de 2700 viviendas y dos polígonos industriales. La venta de esta finca supuso unos ingresos aproximados de 35 millones de euros para los herederos.

A día de hoy, la principal fuente de ingresos para la familia son los más de cinco párkings repartidos por la ciudad de Madrid. Poseen aparcamientos en zonas tan céntricas como Ríos Rosas, Princesa, Atocha, Alcalá, Ponzano o Lavapiés. Estos negocios se gestionan gracias a dos empresas: Estacionamientos Urme SL y Aparcamientos Atocha 70. Valoradas entre dos y tres millones de euros.

El prior con los familiares de Franco. EFE
El prior con los familiares de Franco. EFE

 

Los escándalos de los "nietísimos"

De los siete hijos que tuvieron Carmen Franco y Polo y su marido, el Marqués de Vilaverde, Cristóbal Martínez-Bordiú, cuatro han sido protagonistas de escándalos que han puesto en el punto de mira a la familia Franco. Sus comportamientos legalmente cuestionables dejan mucho que desear, más aún teniendo en cuenta que se les han mantenido sus privilegios a pesar de no merecerlos.

La primogénita, María del Carmen Martínez-Bordiú, aprovechó descaradamente la prensa del corazón para continuar aumentando sus ingresos a la espera de recibir la herencia familiar. Utilizando su posición de poder y controversia para enriquecerse vendiendo entrevistas exclusivas y sesiones de fotos de todo tipo. Hace apenas un año, la Audiencia Nacional condenaba a la nieta de Francisco Franco, a pagar medio millón de euros por impuestos impagados a la Agencia Tributaria después de declarar en el IRPF una ganancia patrimonial de 57.000 euros, una cifra que distaba bastante de su beneficio real, cifrado en más de 6,7 millones.

El líder del clan, Francisco Franco y Martínez-Bordiú, popularmente conocido como Francis Franco, optó por poner el apellido de su abuelo en primer lugar. Siempre es noticia con sus polémicas declaraciones sobre la dictadura franquista además de haber sido condenado en 2018 a una pena de 18 meses de prisión por el delito de atentado y 12 meses de prisión por el delito de conducción temeraria, privándole del derecho a conducir vehículos a motor durante dos años y medio. Y es el que nieto del caudillo huyó de la Guardia Civil y acabó embistiendo a una patrulla el 30 de abril de 2012. Finalmente fue absuelto de todo cargo al considerar que no había "prueba de cargo suficiente para condenarle".

La segunda hija de los Marqueses de Villaverde, María de la O Martínez-Bordiú, participó activamente en calidad de consejera en un burdel situado en el paseo de las Delicias, en Madrid. Fue El Periódico quien arrojó el dato, además aseguró que dos de los hijos de Mariola -nombre por el que muchos la conocen- eran el consejero delegado y el apoderado de la inmobiliaria CM16, la propietaria del edificio. Para más inri, el marido de ésta, Rafael Ardid, era también consejero delegado y presidente. El clan familiar adquirió el edificio en el año 2007, y desde entonces lo alquilaban a un ciudadano italiano, según apuntó el citado medio. Los vecinos llevaban meses denunciado lo que ocurría en el prostíbulo hasta que en 2018 la Policía Nacional desmanteló el lugar liberando a 23 mujeres que ejercían la prostitución.

El menor de los siete, Jaime Martínez-Bordiú, acumula en su historial varios antecedentes violentos. En 2010 fue juzgado por presuntamente disparar contra un conductor con el que sufrió una colisión en la M-503, aunque el caso fue finalmente archivado. Ese mismo año, fue sentenciado a un año de prisión por la Audiencia de Barcelona por maltratar a su exnovia Ruth Martínez y en mayo del mismo año fue imputado por el Juzgado de Instrucción número 2 de Requena por su presunta relación con un alijo de droga encontrado en un coche durante un control de tráfico. La Policía halló documentación suya entre las pertenencias de los supuestos responsables del paquete con seis kilogramos de cocaína.

Dignos hijos de su padre

El "yernísimo" que tanto adoraba Franco, pudo haber vendido por una cifra astronómica una fotografía del caudillo agonizando pocos días antes de morir: intubado y enchufado a las máquinas del Hospital de La Paz en el que se encontraba ingresado.

Aunque esta teoría nunca se ha confirmado, Jaime Peñafiel publicaba en La Revista en 1984 dicha imagen. Según asegura el periodista, la fotografía fue comprada por entre 6 y 15 millones de pesetas, lo que se traduce en euros como 36.000 o 90.000, a una fuente que se hacía llamar "Garganta Profunda" y que decía ser "un hombre muy próximo a Franco" que le había servido durante, al menos, tres décadas.

El informador sí que pudo asegurar a Peñafiel que la imagen había sido capturada a conciencia por el Marqués de Villaverde, Cristóbal Martínez-Bordiú, y que al revelarse estas fotografías, "Garganta Profunda" presuntamente robó una para filtrarla a los medios.

En la actualidad se desconoce hasta qué punto las fotos se tomaron con un objetivo comercial o si el Marqués de Villaverde estaba en el ajo de esa transacción, quizás para engordar aún más su patrimonio.