El pasado martes, ELPLURAL.COM informaba del significativo silencio de Aznar sobre la decisión de Israel de intercambiar más de 1.000 presos palestinos por un soldado hebreo secuestrado, un mutismo aún más clamoroso ante la insistencia del expresidente en criticar la Conferencia de Paz de San Sebastián y cualquier tipo de diálogo con la banda. Apenas un día después, uno de los más estrechos colaboradores del expresidente, Rafael Bardají, con el que trabaja en el lobby Friends of Israel y en FAES, se veía obligado a abordar el asunto.

"Vivir bajo presión"
Bardají, que también es el fundador del grupo de propaganda neocon GEES y escribe en La Gaceta, difundía un día después desde estas dos plataformas un artículo en el que tachaba el canje de "injusto" y hablaba de "asimetría", pero a continuación se mostraba muy comprensivo con las razones de Israel para actuar así. Así, aseguraba que este país "se ha visto forzado hacerlo así porque vive amenazado y sitiado por enemigos irreconciliables". "Vivir bajo la presión constante de tener que luchar por existir cambia todos los cálculos y por eso este acuerdo, como tantas otras decisiones en Israel, es tan difícil de entender desde la confortable distancia de nuestros hogares", dice el fundador de GEES, un think tank que se mostró muy crítico en su momento con el diálogo del Gobierno socialista con ETA y ahora con la Conferencia de Paz de San Sebastián e incluso con el comunicado de la banda anunciando que abandona la violencia tras décadas de sembrar muertes.

"El pueblo judío ama como nadie la vida"
El articulista, que fue el principal asesor en Defensa de Aznar en los tiempos de la guerra de Irak, insiste en que no es la primera vez que "Israel realiza un canje de esa naturaleza" y deja caer que "el pueblo judío ama como nadie la vida y está comprometido en preservar la de los suyos a cualquier precio". Tras repasar algunos canjes históricos, subraya que "Israel cuenta con mucha experiencia en estos tragos amargos" y "no siempre positiva" porque "el 50% de los dejados en libertad retornan a sus actividades terroristas". A pesar de ello, no desliza ni una crítica al Gobierno de Netanyahu, sino que se limita a concluir deseando que "ojalá este nuevo canje no produzca más dolor y destrucción" porque considera que "Israel ya ha tenido bastante". ¿No valdría también esta comprensión neocon para el terrorismo que padece España?