Hace unos días dos jóvenes con síntomas de fuerte embriaguez irrumpieron de forma violenta en el patio de un inmueble del madrileño barrio de Malasaña, una zona común a partir de la cual se podía acceder a las puertas de diferentes viviendas, entre ellas las de la presidenta Esperanza Aguirre. La guardia civil que vigilaba el inmueble de la presidenta intervino entonces y puso a los asaltantes a disposición judicial, comprobando entre otras cosas que no llevaban elementos peligrosos y sí señales que hacían pensar que venían de ver el el partido de fútbol del Real Madrid.

Intento de Aguirre de politizar el incidente
Pero todos estos elementos no impidieron que la presidenta de la Comunidad denunciara anta los medios la "indefensión" de los ciudadanos en materia de seguridad y pidiera la dimisión de la delegada de Gobierno, María Dolores Carrión entre otras cosas según ella debían de ser "dos indignados de los que protege" la delegación. También apuntó que los dos individuos habrían sido interrogados en caso de que hubieran intentado acceder a casa de Alfredo Pérez Rubalcaba.

Los jóvenes confirman los primeros indicios
A los jóvenes se les tomó declaración, pero no fueron interrogados porque cometieron un presunto delito de faltas, por lo que el proceso ha seguido el curso habitual en estos casos. Ha sido este lunes cuando han sido llamados a declarar en la comisaría de Centro, y han confirmado lo que apuntaban los primeros informes policiales. En la comisaría se han reconocido autores de la patada que rompió la puerta de entrada al inmueble explicando que no fue un acto premeditado, sino fruto de una gamberrada, después de varias horas bebiendo alcohol. Tampoco sabían que a partir de ese patio se pudiera acceder a la vivienda de Aguirre.

Indignación no, gamberrismo sí
Así lo explica la COPE, que recoge datos de la declaración, cómo que los jóvenes explicaron que habían estado bebiendo en los alrededores del estadio Bernabéu y más tarde continuaron en Chueca y en Malasaña. Ya en ese barrio, patearon un cubo de basura por "diversión" y luego patearon la puerta del bloque de Aguirre, penetrando en su interior por curiosidad, y según confiesan sin intención de acceder a ninguna vivienda, hasta que salieron corriendo al ver dos siluetas, que resultaron ser los dos guardias civiles. "No sabíamos quién vivía ahí", han declarado.

Bebidos y sin signos de agresividad
Los dos guardias civiles que dieron el alto a los jóvenes y les alcanzaron tras su intento de huida también han declarado en la comisaría para atestiguar los evidentes síntomas de embriaguez y el olor a alcohol de los asaltantes, explicando también que en ningún momento se mostraron agresivos.