Ayer tuvo lugar la reunión extraordinaria del Comité Federal del PSOE. Es cierto que, siendo algo meramente interno, no debería tener mayor relevancia. Pero no es menos cierto que lo sucedido da señales muy claras de la situación por la que pasa una organización cuya dirección parece empeñada en arrojarse por un precipicio. 

Comentaba un socialista histórico que los Comités Federales de esta última etapa son un mero "paripé", un trámite absurdo para cubrir expediente. "Nada que ver con esas reuniones interminables que teníamos hace treinta años, donde podíamos estar un fin de semana entero, con broncas monumentales y debates políticos de calado", señala. 

Efectivamente los encuentros del máximo órgano de decisión entre congresos vienen resultando una escenificación que la mayoría de las veces (sobre todo últimamente) ha consistido en confirmar lo que de antemano ya estaba preparado sin dar lugar a plantear de manera real otras opciones distintas a las que el Secretario General tuviera en mente. Tal es la seriedad con la que se abordan estos encuentros que en la mayoría de los casos la secretaría de organización ha enviado con horas escasas de antelación a la reunión los documentos a tratar en ella: cualquiera que quisiera tomarse minimamente en serio su papel en este órgano, no dispone de las posibilidades necesarias para estudiar, debatir y plantear opciones con una cierta profundidad y el rigor necesario. 

Viene siendo habitual la ausencia de algunos miembros, pero la reunión de ayer parece haberse llevado el récord: apenas la mitad de los integrantes del Comité Federal acudieron a la cita. Es cierto que se trataba de una reunión extraordinaria, fijada en una fecha difícil de encajar por ser puente en algunos territorios y además, avisada con poca antelación. Pero desde luego no sería absurdo pensar que también las ausencias demuestran hartazgo, desánimo y falta de respaldo a la actual dirección socialista. 

También están los casos en los que la presencia se limita a la intervención en el atril y los comentarios a la prensa. La Presidente de Andalucía viene haciéndolo sistemáticamente durante el mandato de Pedro Sánchez: acude a la cita, deja algunas "bombas" para la prensa, escucha el discurso de apertura del Secretario General, da el suyo y se marcha. Además de suponer una muestra clara del poco interés que parece merecerle lo que los demás compañeros pudieran decir -entre otros  la réplica que se le pudiera realizar- marca claramente el camino de otros muchos compañeros que abandonan la sala tras ella, iniciando así el vaciado que va poco a poco prolongándose hasta quedar una cuarta parte de los que comenzaron para el momento del cierre. 

Ayer no hubo prácticamente ninguna intervención, cumpliendo así con la reunión más breve de este órgano en la historia del partido. Hora y media fue el tiempo suficiente para decir un "sí señor" por parte de los presentes. Quedó así aprobado el calendario para unas primarias a presidencia de gobierno a las que no está previsto que se presente nadie salvo Sánchez. En prácticamente ocho días quien quiera probar suerte deberá hacerse con un buen puñado de avales si quiere ser tenido en cuenta. Como no se prevé que queden militantes con tanta ingenuidad como para colaborar en este "intento" de proceso democrático, ya se da por hecho que el propio día 8 de mayo -día del recuento de avales- será el momento para la confirmación de Sánchez sin tener que esperar al 14 de mayo, que sería el día en el que debería realizarse la consulta si hubiera varios candidatos a elegir. Alguna voz ha planteado la injusticia de estos métodos, pero no ha tenido más atención que la estrictamente necesaria para dotarle de entidad a un irrisorio sector crítico que debe existir en todo partido que quiera llamarse "democrático", aunque en el plano real escuchar estas voces sea igual que oír llover.

El otro punto aprobado en el orden del día ha consistido en confirmar prácticamente las mismas listas para la concurrencia a las elecciones. Salvo algunos cambios como la marcha de Carme Chacón y su reemplazo por Meritxell Batet en Barcelona; la salida de Irene Lozano en Madrid y otros ajustes como el de Villarrubia en Palencia o el de Bellido por Guadalajara (que moverá a Luz Rodriguez a Madrid), no ha habido grandes cambios. El foco ha querido ponerse sobre Madina -uno de los ausentes- puesto que según parece volverá a ir en séptimo lugar por Madrid, lo que viene a significar que Pedro pretende volver a dejarle al borde para que caiga de nuevo. Está por ver si el vasco va a mantener con firmeza el tipo ante la repetición de la jugada de Sánchez. Sin duda, su respuesta inmediata ha sido la de quien, con fría calma, sonríe al ritmo de esas manidas palabras: "estoy a disposición del partido"; otra cosa serán los sables que ya se afilan y de los que Madina es muy probable que algo sepa. 

Ya ha avisado Díaz, que para eso ha ido al Comité Federal: la única salida de Sánchez será ganar las elecciones. De lo contrario, se considerará fracaso y su carroza se va a convertir en calabaza a toda velocidad. 

Por mucho que Sánchez le eche la culpa a Podemos de todo el circo que se ha montado estos meses, en el Comité Federal son conscientes de que si no ha habido pacto ha sido, principalmente, porque ellos mismos se encargaron el 28 de diciembre de gastarle la broma a Pedro. Él, por su parte, ha intentado jugar las cartas que tenía, tratando de dar a entender que iba a sudar la camiseta asegurándose de no pisar ninguna línea roja marcada ni por los barones, ni por el Comité Federal, ni por Podemos, ni por Ciudadanos... Con esa hoja de ruta era previsible que solamente un inocente pudiera creerse que había salida. 

¿Y cómo es posible que se llegue a estos callejones sin salida? Porque se ha perdido el sentido crítico, porque los aplausos son lo que se busca en estas reuniones donde todo está ya tejido, porque se ha dejado todo en mano de quienes confunden lo contingente con lo necesario. Lejos de demostrar haber aprendido la lección de estos meses, la reunión del Comité Federal del PSOE da claras muestras del descalabro más que previsible para los próximos comicios. 

Y ¿saben qué es lo peor? que todo apunta a que con este desastre cuentan algunos -y algunas- para poder hacerse un hueco tras el derrumbe. Una vez más, los intereses personales son capaces de hundir barcos enteros. 

Y quieren que confiemos en ellos para que nos gobiernen.