La guerra avanza. A veces a pasos minúsculos, inapreciables prácticamente, y a veces con pasos que solo el tiempo dirá si ha sido hacia delante o hacia atrás. Superado ya holgadamente el año desde que las tropas rusas decidieran invadir Ucrania, con Occidente anunciando un sinfín de sanciones contra Rusia como principal castigo, todos los ojos se centran en China y el papel que pueda jugar el gigante asiático –que se mantiene en una postura de equidistancia total- en las negociaciones de la paz.

Un alto a la guerra que hoy en día parece bastante lejos, pero que en buena medida depende de lo que salga de la visita de Estado que el presidente chino, Xi Jinping, va a realizar a Rusia. Un viaje que ha arrancado este mismo lunes y que terminará el miércoles, y que incluye como plato fuerte un cara a cara con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, que ya viajó a Pekín a principios de febrero de este año.

Una visita de Xi Jinping que, como se señalaba en las líneas anteriores, ha generado una gran expectación en todo el planeta por las repercusiones que puede tener para la evolución de la relación política entre las dos potencias y, por extensión, para la situación bélica en Ucrania. En este sentido, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, anunciaba que la guerra saldrá “inevitablemente” a coalición “de una manera u otra” en las conversaciones entre el presidente chino y su homólogo ruso. Además, el dirigente ruso añadía que Putin ofrecerá “explicaciones exhaustivas" y “de primera mano” sobre la invasión iniciada hace más de un año, que Rusia sigue catalogando como una "operación militar especial".

Por su parte, las primeras reacciones de Xi Jinping no se han hecho esperar, puesto que el mandatario chino, que ha elegido Rusia para su primer viaje al extranjero tras iniciar su tercer mandato, se ha mostrado confiado en su llegado a Moscú en que la visita sea “fructífera” y que sirva para sentar las bases para “un nuevo impulso” en las relaciones bilaterales entre ambas potencias -desde el estallido de la guerra China se ha convertido en un socio fundamental para Rusia, absorbiendo gran parte de sus exportaciones-.

De esta manera, según ha sostenido Xi, la buena relación entre Pekín y Moscú no solo beneficiaría ambos países, sino que contribuiría “al progreso del mundo entero”. Además, a su llegada al aeropuerto de Vnúkovo, al que finalmente no ha acudido Putin, Xi ha afirmado que China está “lista para guardar, junto con Rusia, el orden mundial basado en la legalidad internacional”.

Asimismo, el presidente chino se ha mostrado mucho más cauto a la hora de hablar sobre la guerra de Ucrania, limitándose a reafirmar el compromiso de su gobierno de estar al lado de Rusia para defender un sistema "basado en el Derecho Internacional" y en la Carta de la ONU, "en un mundo que está lejos de ser pacífico".

El Gobierno de China propuso hace ya varias semanas un plan de paz para Ucrania –rechazado tanto por Kiev como por Estados Unidos- compuesto por doce propuestas en un esfuerzo por dar una solución política a la invasión rusa de Ucrania, en el que pedía un alto el fuego de ambas partes y defendía la integridad territorial de todos los países.

Ucrania aprovecha la visita de Xi Jinping para reclamar la retirada de las fuerzas de "ocupación"

Una visita de Xi Jinping que Ucrania no ha dejado pasar para volver a reclamar al Gobierno de Rusia, a través de su secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, Oleksi Danilov, que se rinda o al menos retire las tropas de "ocupación" del territorio ucraniano. 

Xi ha llegado a Moscú con su plan de paz para Ucrania bajo el brazo, si bien Danilov ha advertido en Twitter de que dicha iniciativa carece de sentido si no se respeta el Derecho Internacional y la Carta de Naciones Unidas, lo que pasaría por la retirada de los militares rusos.

Danilov ha llamado en su mensaje, en el que alude directamente al viaje de Xi, a "restaurar la soberanía, la independencia y la integridad territorial" de Ucrania.

“Cuando el pueblo ucranio pueda defenderse a sí mismo, cuando la fuerza de la Carta de Naciones Unidas y fuerza de la justicia sean restauradas en su país, esto garantizará también la paz para muchas otras partes del mundo”, se ha limitado a escribir, por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en su cuenta de Telegram.

China denuncia el “doble rasero” del TPI tras la orden de arresto contra Putin

Por otra parte, la visita de Xi Jinping en Rusia también ha coincidido con la denuncia del gobierno chino contra el “doble rasero” del Tribunal Penal Internacional (TPI), después de que la corte, con sede en La Haya, emitiera este viernes una orden de arresto contra Putin.

En concreto, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Wang Wenbin, ha instado al TPI a “evitar la polarización y los dobles raseros” en la persecución de los crímenes, subrayando que el tribunal debe tener una postura "objetiva e imparcial".

Wang ha llamado a "respetar la inmunidad de los jefes de Estado", según la cadena BBC. La corte considera a Putin responsable de la deportación forzada de niños ucranianos, si bien a efectos prácticos la posibilidad de que sea detenido en algún momento por la orden del viernes es escasa.

En cuanto a la vista de Xi a Moscú, Wang la ha enmarcado en un “viaje de amistad, cooperación y paz”. “China mantendrá su posición objetiva y justa sobre la crisis ucraniano y desempeñará un papel constructivo en la promoción de las conversaciones de paz”, ha sentenciado.

Borrell alerta de que sin acuerdos será difícil para la UE mandar más munición a Ucrania

Por su parte, también este lunes el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, ha urgido a los ministros de Exteriores y Defensa de la UE a cerrar el plan para mandar municiones a Ucrania de sus propios arsenales y avanzar en un marco de compras conjuntas, insistiendo en que de otra forma la UE se encontrará con "dificultades" para mantener el suministro de armamento a Kiev.

“Seamos prácticos; no entremos en una batalla de competencias y egos. Tenemos que proveer de munición a Ucrania rápido, en grandes cantidades y en buenas condiciones financieras para nosotros. De eso va la discusión”, ha señalado Borrell, después de que este domingo Alemania se desmarcara de la idea de una compra conjunta y apostara por que fueran los propios Estados miembros quienes lideren esas compras.

Unas dudas de Alemania a las que el Alto Representante ha quitado hierro, afirmando que “nada está excluido”. “El objetivo es mandar la munición. De forma rápida, barata y en las cantidades necesarias. Seamos prácticos y si Alemania puede hacerlo, nada lo excluye, lo importante es ir lo más juntos posibles", ha afirmado, recordando que los proyectos de la EDA ya cuentan con la participación de 15 Estados miembros.

Se espera que los ministros europeos lleguen a un acuerdo político en la cita del lunes para el envío de munición de artillería de los arsenales de los ejércitos europeos. Con el objetivo de suministrar obuses con la máxima celeridad, Borrell pide tirar de los arsenales propios y financiar su reposición con un paquete de 1.000 millones de euros, a través del Mecanismo de Paz Europeo.