Alemania se enfrenta por primera vez en décadas al auge de la ultraderecha. La Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Friedrich Merz se ha alzado este domingo con la victoria en las elecciones generales con un 28,6% de los votos. El conservador podrá convertirse en el canciller y relevar a Olaf Scholz, pero tendrá que cumplir con su compromiso de no pactar con Alternativa para Alemania (AfD), el partido de ultraderecha de Alice Weidel. Con el respaldo internacional de Elon Musk y la cúpula de Trump, los socios de Vox en Alemania han logrado un 20,4% de los votos, el mejor resultado de la ultraderecha desde la caída del nazismo.

La derecha es, sin duda, la gran vencedora de este domingo en Alemania. El lider conservador podrá gobernar, pero tendrá que recurrir a las matemáticas. Merz ha sido tajante nada más conocerse los resultados, y ha asegurado que no pactará con la ultraderecha: "Quieren todo lo contrario de lo que queremos nosotros, y, por tanto, no es posible gobernar con ellos", ha asegurado durante el debate postelectoral con el resto de candidatos. El SPD de Scholz, actual canciller, vive una noche amarga tras caer al tercer puesto y conseguir el 16,3% de los votos, su peor resultado desde la reunificación de Alemania, a la espera de los resultados definitivos.

Merz reitera su 'no' a la ultraderecha tras ganar las elecciones

El candidato conservador fue claro desde enero en su cierre de filas ante el ascenso de la ultraderecha. La ex canciller y antigua lider del CDU, Angela Merkel, afeó su ruptura del cordón sanitario a Alternativa para Alemania en una votación parlamentaria sobre política migratoria. Ahora, Merz ha regresado a su discurso inicial tras su victoria, por debajo del 30% que pronosticaban las encuestas y el histórico resultado de los ultras. "Hemos ganado estas elecciones", ha dicho en su primer discurso tras los comicios. "El mundo no espera y tampoco nos espera a nosotros, ni a largas y difíciles negociaciones de coalición. Tenemos que sentar pronto las bases para que Alemania vuelva a ser bien gobernada. Esta noche lo celebramos, mañana por la mañana volvemos al trabajo".

La euforia del CDU contrasta con el "amargo resultado electoral" del SPD, en palabras de su lider, el canciller Olaf Scholz. En la peor noche electoral de su historia, los socialdemócratas miran ahora hacia el actual canciller, que tras solo tres años de mandato ha tenido que adelantar las elecciones. El ministro de Defensa, Boris Pistorius, principal candidato para suceder a Scholz al frente del partido, ha calificado el resultado como "devastador y catastrófico", y dice estar "dispuesto a dialogar" con la CDU. Mientras, el futuro excanciller, ha confirmado que no estará en un gobierno conservador

Los socialdemócratas quedan relegados al papel de posible bisagra para asegurar que AfD no entre en el Gobierno, que hasta ahora dirigían en coalición. Sus socios, los Verdes de Robert Habeck, quedan con un 12,3% de los votos, mientras que la izquierda de Die Linke salva un 8,5% tras resurgir en la campaña electoral. La formación progresista ha sido la más votada en el estado-capital, Berlín.

La ultraderecha alemana, socios de Abascal y aupados por Elon Musk

Por el momento, la ultraderecha no entrará en las instituciones del país más poderoso de Europa, pero será el principal partido de la oposición. Alice Weidel, la candidata de Alternativa para Alemania, ha conseguido los mejores resultados para la ultraderecha en unos comicios federales en décadas. Su discurso xenófobo y ultraconservador ha logrado calar especialmente en los estados del este del país, sirviendo como gasolina para sus socios en el resto del continente europeo.

La AfD ha sido una de las insignias del partido Patriots.eu, la coalición comunitaria que preside el lider de Vox, Santiago Abascal, y que integran partidos de ultraderecha europeos como la Agrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia, la Liga de Matteo Salvini en Italia o la Unión Cívica Húngara de Viktor Orbán en Hungría. La delegación europea de la 'internacional ultraderechista' vive estas semanas su momento de máximo esplendor, bajo el 'Make Europe Great Again' como lema de sus cumbres, como la vivida en España a principios de este mes, hospedada por Santiago Abascal.

El apoyo externo a Alice Weidel ha venido de muy lejos, concretamente desde Washington, donde la nueva administración de Donald Trump trabaja para forjar su red internacional de socios que ya integran Javier Milei en Argentina o Giorgia Meloni en Italia, y que sueña con alcanzar algún día la ultraderecha española. Abascal estuvo presente este fin de semana en la cumbre 'trumpista' donde el presidente de Estados Unidos le dedicó un caluroso saludo. Al mismo tiempo, la mano derecha de Trump, el magnate Elon Musk, mostró su apoyo a AfD, y auguró que "Vox ganará las siguientes elecciones" en España en X, la red social que dirige.

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