El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha anunciado que las tropas israelíes ampliarán su ofensiva militar a Rafah, en el extremo sur de Gaza, en la zona fronteriza con Egipto. Así lo ha expresado a través de un comunicado remitido por la Oficina del Primer Ministro, en el que también ha ordenado a los dirigentes de seguridad el diseño de un plan para evacuar a los civiles antes de proceder con los ataques. "Es imposible lograr el objetivo de la guerra de eliminar a Hamás y dejar cuatro batallones en Rafah", justifica también el texto.

El líder del Gobierno israelí ha solicitado a sus fuerzas militares y aparatos de seguridad que presenten ante el gabinete de guerra un "plan combinado para la evacuación de la población y destruir los batallones de Hamás" que permanecen en Rafah según el propio Netanyahu, aunque no ha aportado ningún dato ni fuente que así lo corrobore. "Está claro que una operación masiva en Rafah requiere la evacuación de la población civil de las zonas de combate", ha agregado en el comunicado.

 

Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, ve cumplidos sus avisos de las últimas semanas con este nuevo movimiento, ya que había declarado en varias ocasiones que Israel avanzaría hacia Rafah después de completar sus ataques sobre Jan Yunis, la ciudad más grande del sur de Gaza y donde se han centrado los esfuerzos israelíes durante las dos últimas semanas, tiempo en el que Rafah también ha sido hostigada, aunque sin combates. Actualmente, Rafah está considerado como el último lugar seguro para los civiles palestinos, situación que cambiará de inmediato con estas nuevas hostilidades.

En concreto, los ataques han comenzado en la madrugada del viernes. Los bombardeos han dejado varios muertos, y desde el jueves hasta la tarde del viernes, han perdido la vida 107 palestinos en Gaza, de acuerdo con el Ministerio de Sanidad del enclave.

EEUU alerta del peligro de esta operación

Por su parte, Estados Unidos ha advertido en numerosas ocasiones de los peligros de llevar las ofensivas a Rafah, con motivo del elevadísimo número de civiles que allí se encuentran, y porque el paso homónimo que hace frontera con Egipto es actualmente la única vía de entrada de ayuda humanitaria a Gaza. El departamento de Estado estadounidense avisó de que de no planificarse adecuadamente la evacuación, las consecuencias de la operación podrían ser completamente desastrosas.

En la misma línea se han pronunciado la ONU y otras organizaciones y agencias humanitarias. El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, denunció este jueves a través de Twitter la complicada situación humanitaria que se está viviendo en Rafah. "La mitad de la población de Gaza se encuentra actualmente hacinada en Rafah, sin ningún otro sitio al que ir. Las informaciones sobre las intenciones del Ejército israelí de centrarse en Rafah próximamente son alarmantes. Una acción como esa empeoraría exponencialmente lo que es ya una pesadilla humanitaria con consecuencias regionales impredecibles".

 

A su vez, el fondo de la ONU para la infancia, UNICEF, transmitió su consternación ante los más de 600.000 niños y sus respectivas familias que han quedado hacinados en el paso fronterizo, además de los que ya han fallecido. "Una escalada de los combates en Rafah, que ya está siendo tensa por el extraordinario número de personas que han sido desplazadas de otras partes de Gaza, marcará otro giro devastador en el conflicto. Necesitamos que los últimos hospitales, refugios, mercados y sistemas de agua que quedan en Gaza sigan funcionando. Sin ellos, el hambre y las enfermedades se dispararán y se cobrarán más vidas infantiles", argumentó UNICEF, en referencia a que en Rafah aún están en funcionamiento algunos centros médicos y algunos servicios básicos, una situación que no se da en el resto del enclave, donde todos los servicios han quedado arrasados o fuera de servicio.

Tras cuatro meses de hostilidades en esta nueva fase del conflicto a raíz de los ataques de Hamás del 7 de octubre, en los que 1.200 personas murieron, la respuesta israelí deja ya 27.900 palestinos sin vida, además de casi 67.500 heridos y 2 millones de desplazados, el 85% de la población gazatí.