La exoneración de los cargos imputados contra el oficial de policía, Zachary Rolfe, por la muerte de Kumanjayi Walker hace tres años, ha causado gran consternación en todas las comunidades indígenas del país. Poco después de conocerse el veredicto en la Corte Suprema de Justicia, en la ciudad norteña de Darwin, familiares de la víctima y representantes de agrupaciones de aborígenes salieron de las dependencias judiciales, gritando y maldiciendo la decisión de los jueces.

Ned Jampi-jm Hargraves, dirigente aborigen de su comunidad se levantó de su silla de ruedas, protestando a gritos sobre la decisión de la corte, ante un nutrido grupo de periodistas australianos e internacionales

"Enough, is enough [basta, basta ya...]", Y a continuación, protestó "el sistema judicial australiano nos ha vuelto a defraudar". Acto seguido, el dirigente aborigen recriminó al estamento policial el uso de armas que, con frecuencia, dan lugar a sucesos como el que quitó la vida al joven Kumanjavi. "No guns, no guns" gritó Jampi-jm, aludiendo a las armas de fuego.

Por su parte, Warren Japanangka, representante indígena de su comunidad, cuestionó la forma en que fueron nombrados los jueces, aludiendo que ninguno tenía ancestros indígenas. Y, para finalizar sus lamentaciones, añadió, "cuando llegará el día que tengamos justicia en este país". 

Por otro lado, jóvenes aborígenes en representación de sus comunidades del Territorio del Norte, expresaron su dolor por el trágico suceso del año 2019. Fueron dolorosas sus explicaciones, y al mismo tiempo con la esperanza de vivir en el futuro en una sociedad, más justa y acorde con las necesidades de los indígenas.

Por otro lado, según el informe del juez de instrucción, Kumanjavi, después de recibir tres impactos de bala, llegó herido a las dependencias policiales y poco después murió, mientras que familiares de la víctima protestaban en las inmediaciones de la comisaría policial.  

Paul Mc Cue, presidente de la Asociación de funcionarios policiales, lamentó que el joven aborigen perdiera la vida. Pero, refiriéndose al suceso, dijo que los agentes tuvieron que enfrentarse a una situación violenta, en la que el joven amenazó a dos agentes policiales con tijeras y, para concluir añadió: “La policía está adiestrada para resolver situaciones difíciles de acuerdo a las normas que dictan los cursos de entrenamiento”.

Sin embargo, miembros de la comunidad aborigen claman que, mientras las autoridades no tomen conciencia de la situación a través de organismos que sean reconocidos políticamente, poco se puede avanzar.

La madre de JC, otra joven aborígen muerte por los disparos de un policía que acabó exonerado, protesta ante los juzgados

La madre de JC, otra joven aborígen muerte por los disparos de un policía que acabó exonerado, protesta ante los juzgados

Puestas, así las cosas, cuando ElPlural.com se puso en contacto con la emisora aborigen Koori 3KND, 93.7 FM para preguntar si el Gobierno daría marcha atrás y haría concesiones sobre las inquietudes de los líderes aborígenes de que la policía se abstenga a utilizar armas, o al menos las usen con más mesura, la aborigen Jessica Cox contestó que, por más que protesten las comunidades indígenas, el Gobierno actual no hará ninguna concesión.

En este contexto, del periódico de Melbourne The Age, remarcaba en su editorial que es muy raro que, después de tantas víctimas mortales en enfrentamientos con la policía a lo largo de la historia, ningún agente de la seguridad fuese inculpado en los tribunales de justicia.

Cuántos aborígenes murieron en Australia desde los tiempos de la colonización

Hace poco más de 30 años, concretamente en 1991, sondeos estadísticos apuntaban a que 500 nativos murieron mientras estaban cumpliendo condenas carcelarias. Una noticia que, por aquel entonces, causó una gran consternación por parte de líderes indígenas y activistas políticos.

Fuentes del grupo editorial 9News destacan que fue, precisamente, en ese mismo año, cuando la llamada Royal Commission, (Comisión gubernamental) propuso 339 recomendaciones con el fin de reducir el número de víctimas mortales.  

Pero, remontándonos a 1788, en los comienzos de la colonización, cuando los británicos pisaron tierra firme y clamaron a los cuatro vientos que este inmenso continente isla era "tierra nullius", (tierra de nadie) es difícil, muy difícil, cuantificar el número de muertes y masacres de indígenas australianos.

Sin embargo, en 1836 el enfrentamiento en Waterloo Creek, en el Estado de Nueva Gales del Sur, fue uno de los casos más resonantes de la historia, en el que murieron entre 120 y 300 indígenas y tan solo cinco colonialistas perdieron la vida. Fuentes periodísticas del diario Daily Mail destacan que fue una lucha brutal entre ambos bandos, pero sin duda los aborígenes fueron los más sufridos.

Modus operandi de los policías

En principio, el documento destaca que todos los imperios que han invadido países, o islas cercanas, tienen como principal objetivo erradicar por completo a los indígenas.

Y hablando de islas en Australia, el objetivo más claro fue en la isla de Tasmania, cuando la población Palawa, fueron casi todos exterminados en solo tres décadas.

Tanto es así que, en 1835 solamente 400 lograron sobrevivir encarcelados en campamentos en condiciones denigrantes, y a la postre ninguno quedó vivo.

Pero, aparte de los trágicos acontecimientos en la isla de Tasmania, el documento de investigación destaca que, entre 1820 y 1930 las masacres contra los aborígenes eran sistemáticas y planificadas con el objetivo bien claro de exterminar a la población nativa.

En el año 1920. en las demarcaciones estatales del Territorio del Norte y Australia Occidental, las fuerzas policiales con el respaldo de destacamentos militares, protagonizaron brutales enfrentamientos contra los indígenas. Enfrentamientos desiguales, por cuanto las autoridades militares, disponiendo de pistolas, rifles, o bayonetas eran muy superiores a las defensas de los nativos.