[[{"type":"media","view_mode":"media_large","fid":"36482","attributes":{"class":"media-image alignnone size-full wp-image-143604","typeof":"foaf:Image","style":"","width":"650","height":"350","title":"El jefe del Gobierno italiano, Mario Monti (izda), al recibir el traspaso de poderes de Silvio Berlusconi en el Palacio Chigi de Roma, Italia, el 16 de noviembre del 2011. EFE\/Archivo ","alt":"El jefe del Gobierno italiano, Mario Monti (izda), al recibir el traspaso de poderes de Silvio Berlusconi en el Palacio Chigi de Roma, Italia, el 16 de noviembre del 2011. EFE\/Archivo"}}]]Mario Monti se va. La dimisión del primer ministro italiano, técnicamente, no implica nada, más allá de un adelanto electoral de unas semanas, pero supone un gesto de dignidad después de que la derecha le retirase su apoyo. “He  llegado a la conclusión de que no se podía seguir así”, anunció el jefe de Gobierno ayer por la noche, después de una reunión de dos horas con el presidente de la República, Giorgio Napolitano. Monti se irá, eso sí, con los deberes hechos, cuando haya aprobado, a mediados de diciembre, la Ley de Estabilidad que incluye los presupuestos italianos.

El viernes, el partido de Silvio Berlusconi, como antesala al anuncio de Il Cavaliere de su enésima vuelta a la política, había dado a entender que retiraba su apoyo a Mario Monti para gobernar. El encargado fue Angelino Alfano, secretario general del Popolo della Libertà (PdL), en un duro discurso en la Cámara, donde acusó a Monti de ser “el hombre de las tasas y del fracaso”.

Espantada berlusconiana
 El anuncio de Monti ha pillado por sorpresa a las fuerzas políticas, que este viernes estaban manteniendo reuniones con el presidente de la República para establecer una hoja de ruta en pos de acabar la legislatura en orden, tras la espantada berlusconiana. Se quería adelantar las elecciones de abril al 10 de marzo, pero la futura dimisión del primer ministro supone que los comicios deberán ser en febrero.

Sacar adelante los presupuestos
En las próximas horas, Monti espera reunirse con los líderes de los partidos para poder establecer un calendario de trabajos parlamentarios y asegurarse que el PdL, a pesar de su traición, sí votará los presupuestos, que se intentarán aprobar el 18 de diciembre. Desde el partido de Berlusconi aseguran que sí darán su apoyo “por responsabilidad”, ya que la alternativa sería prorrogar las actuales cuentas.

Monti, posible candidato
Después Monti dimitirá y se disolverán la Cámara y deberán celebrarse elecciones en un mínimo de 45 días y un máximo de 70, lo que coloca la fecha electoral a finales de febrero y supone un adelanto de dos meses frente a lo previsto. Con la incógnita Berlusconi ya resuelta y las esperanzas de la izquierda puestas en la gran coalición progresista que liderará Pier Luigi Bersani, del Partido Democrático, la mayor duda es si Mario Monti se presentará a las elecciones.

Trabajo entre bambalinas
El actual primer ministro, que llegó al cargo sin pasar por unas elecciones, no lo rechaza y fuentes cercanas a él aseguran que se lo está pensando. Entre bambalinas ya trabaja el actual presidente de la Cámara, Gianfranco Fini y el líder de los democristianos, Pier Ferdinando Casini, para presentar una lista unitaria de centro que lidere Mario Monti.

El viaje de Fini
Fini, líder de la antigua Alianza Nacional (posfascista), integró a su partido en el de Berlusconi, pero acabó abandonando a Il Cavaliere en 2010, haciendo caer su gobierno al llevarse a un nutrido grupo de diputados tras él. Frente al populismo de Berlusconi y sus intentos de usar su cargo para esquivar a la Justicia, Fini se fue labrando una imagen de seriedad. Incluso se le llegó a señalar como la verdadera oposición al magnate, en comparación con la debilidad de la izquierda. Pero, a pesar de su viaje al centro, aún no parece querer postularse para liderar una alternativa.