El rey emérito Juan Carlos I ha vuelto a situarse en el ojo del huracán. La pasada semana la Audiencia Nacional pidió a la Fiscalía suiza información sobre la supuesta donación millonaria que hizo a su amiga íntima Corinna zu Sayn-Wittgenstein. El escándalo ha trascendido fronteras, llegando incluso a Le Monde.
Desde las páginas del diario francés aseguran que “La fortuna secreta de Juan Carlos sacude la monarquía española”. En este artículo, relatan los hechos que se precipitaron a finales de la pasada semana, cuando el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón solicitó información para estudiar si reabre la pieza 5 del caso Tándem, conocida como Carol, la cual se abrió a mediados de 2018 y se archivó provisionalmente dos meses después debido a la falta de pruebas y a la inviolabilidad de Juan Carlos I en el momento de los hechos.
Dicha pieza se abrió cuando se difundieron una serie de audios grabados en 2015 por el comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo en una conversación con el empresario Juan Villalonga y la propia Sayn-Wittgenstein. Ella afirmaba que el rey emérito había cobrado comisiones por la negociación de la adjudicación a una UTE española de las obras del AVE a la Meca y señalaba a la mujer de un difunto traficante de armas como la encargada de repartirlas.
Le Monde pone el foco en los 100 millones de euros que Juan Carlos I habría recibido de Arabia Saudí, tal y como publicó el periódico suizo Tribune de Genève. Asimismo, explica que Unidas Podemos, socio de Gobierno del PSOE, se posicionó del lado de otras formaciones de izquierdas e independentistas que pidieron la apertura de una comisión de investigación en el seno del Congreso de los Diputados.
El asunto ha llegado al punto de que la propia Corinna denunciará a al rey emérito en los tribunales de Londres por amenazas y el acoso que dice sufrir desde 2012, cuando salió a la luz su relación después del viaje que realizaron juntos a Botsuana, para que no revele secretos de Estado que, según ella, le acusan de tener en su poder.
Juan Carlos I ya ha copado varias portadas internacionales por sus negocios. Antes que Le Monde, Tribune de Genève desveló que “Juan Carlos I escondía 100 millones en Ginebra”.
El medio helvético destacó que "entre 2008 y 2012, al amparo de una sociedad panameña y con él como único beneficiario, el rey emérito había confiado en total discreción 100 millones de dólares al Banco Mirabaud”. La Justicia ginebrina abrió entonces una investigación por blanqueamiento de capitales y se sospecha que es un pago al soberano por parte del rey de Arabia Saudita, Abdallah, como atribución por la construcción de una línea ferroviaria entre Medina y La Meca por empresas españolas".
Del montante total recibido, unos 60 millones de euros fueron a parar a los bolsillos de Corinna.
