El Parlamento Europeo ha concedido este jueves el premio Sárajov a la libertad de conciencia a Mahsa Amini y al movimiento ‘Mujer, Vida y Libertad’, la joven iraní de 22 años asesinada por la policía de su país el año pasado.

“El brutal asesinato de Mahsa Amini se ha convertido en un momento crucial. Ha activado un movimiento liderado por mujeres que está siendo histórico. El mundo ha oído el grito de ‘Mujer, Vida y Libertad’, que se ha convertido en un lema para los que defienden la igualdad, la dignidad y la libertad en Irán”, ha ensalzado la presidenta de la Eurocámara en el hemiciclo, Roberta Metsola. La propuesta de conceder este premio vino de la mano del Partido Popular Europeo y, en consonancia, fue respaldada por los socialdemócratas y los liberales.

El galardón lo otorga la Eurocámara a personas y grupos que se abanderan de la libertad de pensamiento y los derechos humanos. Mahsa Amini y el movimiento feminista han sido las premiadas este 2023 pero, en la lista de candidatos, también figuraban la abogada nicaragüense Vilma Núñez Escorcia por su defensa de los Derechos Humanos; el obispo Rolando Álvarez Lagos, del mismo país; y, en conjunto, la polaca Justyna Wydrzynska, la salvadoreña Morena Herrera y la estadounidense Colleen McNicholas, por su lucha en favor del aborto legal, seguro y gratuito.

Las protestas iraníes por Mahsa Amini

Amini fue detenida hace algo más de un año atrás por la Policía de la Moral de Teherán por no llevar puesto el hiyab o el velo islámico, es decir, iba con el pelo suelto y al descubierto. Tal y como reza la interpretación de la Sharía o la ley islámica en Irán, las mujeres están obligadas a cubrirse el pelo y llevar ropa holgada y hasta los zapatos.

Tras su injusta muerte, tanto en Irán como en otros puntos de la comunidad internacional, se convocaron sendas manifestaciones en señal de protesta contra la violencia de la Policía de la Moral y contra la mordaza que se ejerce en Irán contra las mujeres. Sin embargo, estas movilizaciones también incrementaron la oleada de violencia, provocando cientos de muertes de civiles por defender derechos básicos.

Pese a que ha trascurrido un largo tiempo desde entonces, la Policía de la Moral de Teherán continúa actuando con el mismo nivel de represión. A principios de este mes de octubre, organizaciones activistas acusaron a estas autoridades de golpear a una menor de 16 años en el metro de la capital iraní, sacándola a la fuerza del vagón del tren.

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Un año después

Pese a que la movilización por la muerte de la joven kurda asesinada supuso en Irán un antes y un después para los derechos de la mujer, aún queda mucho por hacer. En este país, la participación de las mujeres en el ámbito laboral o en las instituciones es una de las más bajas a nivel mundial debido a que este sector de la población -como se ha mencionado en líneas anteriores- está sometido a la Sharía, la cual impone duras y regresivas normas para ellas que abarcan desde restricciones en el matrimonio y en el divorcio, la custodia de los hijos, la manera de vestir o viajar solas.

En conversaciones con este periódico, Daniel Bashandeh, analista político especializado en Oriente Medio, en el marco del aniversario de la muerte de Amini, aseguró que, a pesar de todas las represalias del régimen que las mujeres iraníes deben hacer frente a diario, han demostrado ser ejemplo de “resistencia y supervivencia” para todo el mundo: “Las mujeres buscan la libertad y la educación es el billete ideal para hacerse respetar”, defendió.

Ante este punto de inflexión, positivo en la lucha por los derechos de las mujeres, pero con connotaciones negativas ante un horizonte aún complejo: “Legalmente no ha cambiado nada, pero sí que hemos visto como el régimen ha tenido que hacer la vista gorda para evitar levantamientos y lavar su imagen internacional. El régimen busca normalizar la situación para volver a imponer medidas drásticas”, señaló el experto a ElPlural.com.