Mientras Gaza se hunde en una crisis humanitaria sin precedentes y los bombardeos israelíes dejan decenas de muertos cada día, el Ejecutivo de Benjamin Netanyahu impulsa la construcción de más de 3.000 viviendas para colonos en Cisjordania. El proyecto, ubicado en el polémico corredor E1, aislará comunidades palestinas y acelerará el desmantelamiento de su continuidad territorial.

El ministro ultraderechista de Finanzas, Bezalel Smotrich, presentó el plan como una victoria estratégica. “La aprobación de los planes de construcción en E1 entierra la idea de un Estado palestino”, declaró, reivindicando que se trata de “el sionismo en su máxima expresión: construir, asentar y fortalecer nuestra soberanía en la Tierra de Israel”. Con esta iniciativa, se prevé añadir 3.515 nuevas viviendas al barrio Tzipor Midbar de Ma’ale Adumim, elevando el total a 6.916 y proyectando la llegada de 35.000 nuevos residentes en los próximos años.

Un corredor que rompe Cisjordania

El área E1 ha sido motivo de controversia internacional durante más de dos décadas. Su urbanización uniría físicamente Jerusalén Este con Ma’ale Adumim, partiendo en dos Cisjordania y dificultando cualquier posibilidad de un Estado palestino contiguo. Organizaciones como Peace Now advierten que la medida consolidará un “archipiélago” de enclaves palestinos aislados por asentamientos y carreteras exclusivas para colonos.

Grupos de derechos humanos y comunidades beduinas llevan años denunciando que la construcción en E1 implicaría desplazamientos forzosos y la demolición de aldeas enteras, en violación de la Cuarta Convención de Ginebra, que prohíbe la colonización de territorios ocupados. Jordania, uno de los pocos países árabes con relaciones diplomáticas plenas con Israel, ha calificado el plan de “violación flagrante del Derecho Internacional” y advierte de que su ejecución podría “inflamar aún más la región”.

Gaza, bajo asedio y con cifras récord de víctimas

La noticia de E1 coincide con una de las fases más sangrientas de la ofensiva israelí en la Franja de Gaza desde octubre de 2023. Según datos del Ministerio de Sanidad gazatí y la ONU, más de 61.000 palestinos han muerto en estos diez meses de guerra, la mayoría mujeres y niños. En las últimas 24 horas, los bombardeos sobre la Ciudad de Gaza han causado 123 víctimas mortales.

El gabinete de seguridad israelí ha aprobado un plan para tomar el control total de Gaza City como primera etapa de una operación militar más amplia que alcanzaría otras áreas densamente pobladas, incluidos los campos de desplazados de Nuseirat y Bureij. El jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, dio su visto bueno tras semanas de debate interno, pese a las advertencias sobre el impacto en la población civil y el riesgo para los rehenes aún retenidos por Hamás.

El resultado es una población atrapada en un territorio devastado, sin acceso estable a alimentos, agua potable o atención médica. El Programa Mundial de Alimentos alerta de que el 100 % de los habitantes de Gaza vive en inseguridad alimentaria grave y un 20 % enfrenta condiciones de hambruna. El bloqueo impuesto por Israel y Egipto limita severamente la entrada de ayuda humanitaria: solo un 14 % de los suministros necesarios han ingresado en las últimas dos semanas.

Presión y condena internacional

La reacción internacional a ambos frentes —la expansión de asentamientos en Cisjordania y la ofensiva en Gaza— ha sido inmediata. Veinticinco ministros de Asuntos Exteriores, entre ellos los de España, Francia y Reino Unido, han exigido “una avalancha” de ayuda humanitaria para Gaza y han condenado la política de asentamientos israelí. El Consejo de Europa ha solicitado a sus 46 miembros suspender las exportaciones de armas a Israel.

Estados Unidos, tradicional aliado de Israel, ha reiterado su oposición a la construcción en E1, aunque no ha anunciado medidas concretas para frenar el proyecto. La ONU, por su parte, ha recordado que la Corte Internacional de Justicia dictaminó en 2024 que la ocupación israelí de todos los territorios palestinos, incluida Gaza, es ilegal y debe cesar “sin demora”.

Un patrón de control territorial

El anuncio de E1 no es un hecho aislado. Forma parte de un patrón que Israel ha seguido desde la ocupación de Cisjordania, Jerusalén Este y Gaza en 1967: declarar tierras palestinas como “estatales” o “zonas militares”, desalojar a sus habitantes, instalar colonos y conectar los asentamientos mediante carreteras y servicios exclusivos.

En Cisjordania, más de 490.000 colonos viven hoy en asentamientos reconocidos por el Estado de Israel pero ilegales según el Derecho Internacional. Jerusalén Este, que los palestinos reclaman como su futura capital, ha visto un aumento constante de desalojos y demolición de viviendas palestinas, reforzando la presencia israelí.

En Gaza, pese a la retirada formal de colonos en 2005, el control militar y el bloqueo han mantenido al enclave bajo dominio efectivo israelí. La ofensiva actual refuerza esa dinámica, reduciendo aún más el margen para una solución negociada al conflicto.

Súmate a El Plural

Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos.

hazte socio