La periodista y autora Margot Saville, adjunta a la redacción de 9News, plantea una crítica mordaz tras el desembarco la semana pasada de la nave Majestic Princess en las dependencias portuarias de Sidney, con 3.300 pasajeros a bordo y más de 660 infectados de Covid. La autora del libro Teal Revolution se pregunta: ¿No hemos aprendido nada del desastre que causó hace casi tres años el crucero Ruby Princess, dejando un reguero de víctimas del Covid, además de 28 muertes? 

En el caso del Majestic, la única advertencia que se les ocurrió a los dirigentes de la empresa naviera antes del desembarco fue recomendar a los viajeros no montarse en transporte público. Viajeros que, en muchos casos eran personas de 70 años o más, lo que suponía mayores riesgos si enfermaban o necesitaban atención médica. En este contexto, el doctor Kerrey Chant, jefe del Departamento médico encargado de analizar y controlar las nuevas variantes de la pandemia, dijo que las 24 horas del pasado jueves los casos positivos se multiplicaron por tres después del desembarco.

Por su parte, Stuart Allison, vicepresidente de la empresa motriz naviera Carnival, espetó que todos los pasajeros, sin excepción, tenían que llevar a bordo las mascarillas puestas y bien ajustadas y, por otro lado, agradeció a los servicios médicos de salud del Estado de Nueva Gales del Sur las ayudas que están prestando a los pasajeros. Mientras tanto, Robert Booy, profesor y experto en enfermedades infecciosas, en declaraciones al programa de television Nine's Today, explicó que en los cruceros se mezcla mucha gente dando lugar a enfermedades o infecciones.

'Gangas' de viajes para visitar los encantos de Nueva Zelanda

Analizando los costes del viaje a razón de 150 dólares diarios por los doce días que visitaron Nueva Zelanda, parecía a todas luces una ganga "y siendo tan barato, se explica porque era tan popular" remarcaba Margot Saville. Según un estudio de investigación publicado por Cruise Market Watch, 88.800 personas viajaron a bordo del Majestic Princess durante el año 2021, con ganancias que rondan por los 130 millones de dólares americanos. Pero los beneficios fueron a parar a la compañía matriz, Carnival Corporation Plc, cuya sede se reparte en dos compañías independientes: una registrada en el paraíso fiscal de Panamá y la otra en el Reino Unido.

Todo esto significa que mientras que el departamento de impuestos de Camberra no recibe ni un solo dólar de beneficios fiscales, los australianos tienen que hacerse cargo de los costes millonarios causados por los cientos o miles de viajeros a bordo de cruceros que necesiten atención médica a causa de la pandemia.

El Covid no es el único factor negativo asociado con buques navieros

Según fuentes periodísticas, la industria del sector causa también grandes cantidades de polución en las aguas marinas, sobre todo cuando los buques amarran en instalaciones portuarias y derraman gases, desperdicios, aguas sucias o aceitosas. Como botón de muestra en el año 2013, una terminal de cruceros fue instalada en la Bahia de White en lugar de Barangaroo, después que decenas de adultos y menores sufrieron síntomas de quebraderos de cabeza y problemas respiratorios. En el año 2015, Lisa-Marie Murphy telefoneó a la emisora de Alan Jones, de la cadena radiofónica, para decirle que "estaba horrorizada al conocer que las toxinas provienen de los humos de buques navieros". Eventualmente, el problema fue identificado.

Puestas así las cosas, las protestas de la comunidad dieron origen a una investigación parlamentaria y en el 2020 los cruceros tuvieron que hacer una modificación del combustible, regulando al 0,5% de sulfuro, una hora después de navegar en aguas marinas australianas. Sin embargo, en Estados Unidos y países europeos las regulaciones exigen solamente 0,1% por ciento del gas.

Perspectiva de los cruceros de cara al futuro

Poco antes del 2020, las compañías de cruceros contemplaban un incremento de 19 buques a los 278 que flotaban alrededor de los cinco continentes. Eran otros tiempos cuando, según los datos de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros, la industria del sector gozaba de gran apogeo ofreciendo empleos a más de 1.200.000 personas con un coste salarial de 46.500 millones de euros, mientras que las ganancias a repartir sumaban 140.000 millones de euros. 

Sin embargo, con las variantes del Covid en pleno desarrollo será difícil mantener el mismo ritmo, sobre todo teniendo en cuenta que los temores y los miedos son malos compañeros de viaje. Y añadía que, en principio, los primeros que podrían sentir la crisis serían muchos empleados que no teniendo contratos de larga duración estarían expuestos a ser despedidos.