El masivo despliegue de tropas rusas en la frontera con Ucrania ha provocado un movimiento unánime entre los miembros de la OTAN, que observan como este escenario, tensionado por los movimientos recientes y en constante amenaza por la posibilidad de que se produzca nuevo choque armado, se ha convertido en epicentro de la geopolítica mundial. El Gobierno de España no se ha quedado atrás y ha puesto a disposición de los países aliados los cazas del Ejército del Aire y dos buques de La Armada, preparados para cualquier actividad necesaria en la zona cero.

Por el momento, la batalla está lejos de convertirse en algo más que una escalada dialéctica y repleta de egos. Tanto Estados Unidos, líder en sus advertencias, como el resto de países miembros de la OTAN, han utilizado esta semana palabras tan duras como “algo nunca visto” o “devastadoras” para medir y ejemplificar el resultado de una hipotética respuesta a una operación militar rusa. Sin embargo, por el momento, todas las piezas del tablero continúan abogando por una pacificación progresiva y fruto del diálogo: "La posición de España, como de la OTAN en su conjunto, es que la respuesta sea diplomática y haya una desescalada", ha explicado Margarita Robles.

La titular de Defensa ha defendido su papel principal en la OTAN, y ha asegurado que, como es habitual, se protegerá la integridad de cualquier país que muestre deseo de entrar a formar parte de los 29 países que actualmente la conforman. Es precisamente esta posible entrada de Ucrania al Tratado Atlántico Norte el motivo que Rusia ha expuesto para justificar la demostración de fuerza llevada a cabo junto a la frontera ucraniana. Desde el Kremlin consideran que la OTAN estaría provocándoles si decidiese aceptar a Ucrania, principal enemigo del gobierno ruso desde 2014. Con los Acuerdos de Minsk convertidos en papel mojado, el propio Vladimir Putin ha deslizado en más de una ocasión que no se quedaría de brazos cruzados si se cruzan ciertas líneas rojas.

En paralelo, tanto Europa como la Casa Blanca amenazan en sentido contrario, admiten estar preparados y alerta y ponen sobre aviso a un gobierno ruso del que desconfían: “Queremos este diálogo, queremos que los conflictos se resuelvan en los órganos formados con este fin. Pero si la situación se deteriora, si hay más ataques a la integridad territorial de Ucrania, responderemos con sanciones económicas y financieras masivas", ha indicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. "Si cometen una invasión, van a pagar, sus bancos no podrán negociar en dólares", anunció este martes Joe Biden, que si bien no cree que Rusia quiera quiera abrir una guerra “en toda regla”, amenaza con consecuencias “desastrosas” si falla en sus pronósticos. “Pagará un alto precio (...) y creo que se arrepentirá de ello", sentenció el presidente norteamericano.

¿Ucrania dentro de la OTAN?

No ha gustado a los países miembros que Rusia haya decidido adoptar esta posición amenazante ante el miedo a que Ucrania entre en la OTAN. "Los medios y altos funcionarios occidentales y ucranianos han estado amplificando estos días las especulaciones sobre un supuesto ataque inminente de Rusia a Ucrania. (...) El objetivo de esa campaña es crear una cortina de humo informativa para propiciar sus propias provocaciones, incluidas las militares, que podrían tener consecuencias nefastas para la seguridad regional y global", ha aseverado la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zajarova.

La portavoz ha señalado que el envío de armas y tropas por parte de Reino Unido y Canadá a Ucrania no hace más que "confirmar los temores de Moscú de que se estarían planificando provocaciones en este sentido". Así, el Kremlin insiste en que esta respuesta no es más que un movimiento orquestado de desinformación para hacer extensibles las advertencias de sanciones económicas y sociales llevadas a cabo por los máximos mandatarios de occidente.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha insistido en que no ha gustado que Rusia trate de presionar para limitar el poder de decisión de los miembros. El español Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Política Exterior, en una rueda de prensa conjunta con la ministra de Exteriores canadiense, Mélanie Joly, ha añadido en la misma línea que lo que trata de hacer el Kremlin es amedrentar mediante “provocaciones pasadas de moda” para conseguir una reconfiguración del orden mundial.

Finalmente, el inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, ha añadido que Ucrania entrará tarde o temprano a pasar parte de la OTAN, aunque ha explicado que es un debate todavía prematuro porque el país presidido por Volodimir Zelenski aún no cumple con las exigencias: “La probabilidad de que Ucrania se incorpore a la OTAN a corto plazo no es muy probable ya que tienen que trabajar mucho más en términos de democracia y en algunas otras cosas que están pasando allí”.

Rusia saca los tanques a la calle

El Gobierno ruso ha anunciado este mismo jueves que su Ejército prevé realizar maniobras militares hasta el mes de febrero en las que se cubrirán las “zonas adyacentes a territorio ruso, así como importantes zonas en el mar”. Concretamente, el Ministerio de Defensa ha detallado en un comunicado que el despliegue constará de 140 buques de guerra, unas 60 aeronaves y más de 10.000 efectivos.

En plena escalada de las tensiones con Ucrania, el objetivo es poner en marcha labores de entrenamiento que permitan "proteger los intereses de Rusia y defender al país de amenazas militares" en el mar, recoge el texto. Por otra parte, el país realizará maniobras conjuntas con Irán y China en el golfo de Omán, un ejercicio que durará hasta este sábado.