Esta es la cuestión que propone Greg Bailey a los lectores del periódico The Age, de Melbourne, en la sección de cartas al director. A continuación, plantea en su misiva los continuos temores de los principales medios de comunicación incluyendo el aquí mencionado.

En este contexto, Bailey hace referencia a un artículo reciente de Mick Ryan, sembrando discordias y malos augurios sobre una invasión de China en la isla de Taiwán. Una opinión que según el articulista también comparte el ex primer ministro Kevin Rudd.

En este aspecto, lo que dijo en realidad el exmandatario laborista fue que todo dependería de la estabilidad que pueda ejercer Estados Unidos en los próximos cinco años en la región de los países Indo Pacíficos (Australia, China, Corea del Sur, India, Indonesia y Japón). En la práctica, esto podría significar que si consigue la seguridad y solidez de los territorios de la región, no solo Estados Unidos, sino también  Australia, daría lugar a un paso importantísimo en sus relaciones diplomáticas y comerciales en el continente asiático.

Estados Unidos, comprometido en conflictos bélicos

Bailey añadía en su carta al director del diario que Estados Unidos, desde que se independizó hace 240 años del imperio británico, asedió a otros países y, solamente contando a partir de la II Guerra Mundial, invadió en seis ocasiones. Por lo general fueron invasiones bajo falsas pretensiones o argumentaciones ilegales.

Asimismo, el firmante de la carta subraya que las desigualdades económicas y sociales en el país estadounidense son enormes y la democracia frágil. Finalmente, lamenta refiriéndose a la cultura, que en los últimos 50 años esta ha calado hondo en Australia, pero no necesariamente de manera óptima.

Paul Keating (Australia) defienda los intereses de Taiwán

El ex mandatario Paul Keating sostiene que hay una gran confusión sobre las ambiciones de China y recomienda a gobiernos australianos no inmiscuirse en un conflicto geopolítico sobre la soberanía de Taiwán.

En una conferencia que dio en la universidad de la Trobe de Melbourne, publicada el domingo en el rotativo The Weekender Australian, destacó que "no tendríamos que prestar mayor atención sobre el sistema político de la isla taiwanesa, que en otros países como Vietnam o Kazajistan".

Además, dudaba que el gobierno de Estados Unidos, interviniera, en el caso hipotético de que la isla fuese amenazada. Por lo que atañe de cara al futuro, el ex primer ministro australiano recalcó que China tiene una gran influencia en el mundo, pero sus ambiciones van mucho más lejos del continente asiático. El gobierno de Xi Jinping ha diseñado un plan estratégico conocido bajo las siglas (BRI) un corredor o cinturón en países africanos e incluso en Pakistán, Afganistán y países bálticos

En total, añadía Keating, el ambicioso plan del llamado gigante asiático ofrece cobertura a 147 países, y algunos ya están recibiendo inversiones millonarias en proyectos e infraestructuras de envergadura para construir puertos, ferrocarriles, carreteras, puentes, y centrales eléctricas de carbón.

En resumen, el exmandatario australiano en el curso de su conferencia dio a entender que China es una potencia mundial a tener en cuenta y con la que es mejor optar por el diálogo en lugar del enfrentamiento.

Una idea que durante el mandato del anterior gobierno liderado por Scott Morrsion fue totalmente en contra, aludiendo que el gobierno de Xi Jinping estaba creando grandes problemas y ventajas en los países limítrofes del Pacifico Sur. 

Pero el reproche más contundente fue del líder de la Oposición del parlamento Federal, Peter Dutton, quien argumentó que "era inconcebible no armarse hasta los dientes para defender al régimen democrático de Taiwán. Un régimen que sin el apoyo de Australia, abandonaríamos una la larga trayectoria de la política exterior que compartimos con Estados Unidos".

Retomando las deliberaciones en el foro de la conferencia el coordinador del evento, el profesor Robert Manne destacó que durante un cuarto de siglo la voz y el pensamiento de ex primer ministro Paul Keating continúa siendo de actualidad para muchos australianos.

Y refiriéndose por último sobre el gobierno que lidera el primer ministro laborista, Anthony Albanese, espetó que no deja de ser el mismo perro con diferente collar.