"Señor primer ministro, cuente con nuestra colaboración. Todo lo que nosotros podamos, ayudaremos. Le deseo coraje, nervios de acero y mucha suerte. Porque su suerte es nuestra suerte", éstas han sido las palabras del líder de la oposición en Portugal, Rui Rio. Algo muy diferente está ocurriendo en España, donde los principales partidos de la oposición centran sus energías en criticar y no apoyar al Gobierno de Pedro Sánchez en la lucha de esta crisis sanitaria mundial provocada por el coronavirus.

Durante esta crisis sanitaria la postura de todos los líderes políticos debería ser remar uniformemente en la misma dirección, algo que se ha conseguido prácticamente en toda Europa, donde se ha conseguido aislar a la ultraderecha y se ha evitado la crispación. España es una de las excepciones, donde la derecha y la ultraderecha se han encargado en las últimas semanas de criticar al Gobierno con graves acusaciones, además de difundir bulos y cayendo en continuas contradicciones.

Este discurso de Rui Rio ha sido muy aplaudido y difundido por las redes sociales como un gran ejemplo a seguir. Pero cabe recordar que ya antes había apelado a los bancos ayudar: "Los bancos deben mucho a todos los portugueses", pero también ha propuesto que las entidades bancarias tengan beneficio cero en 2020 y 2021: "La banca no puede ganar dinero con la crisis. Si la banca presenta en 2020 y 2021 lucros abultados, esos lucros serán una vergüenza".

La situación es España, del discurso de odio que ha llegado incluso a pedir un golpe de estado, ha llegado hasta la prensa internacional. El periódico británico Financial Times resaltó la semana pasada el elemento que diferencia a España del resto de países en la lucha contra el coronavirus, y no es otro que la rivalidad política.