En un reciente giro de los acontecimientos, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha instado al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a considerar un cambio de gobierno en respuesta a la intensificación de las críticas internacionales hacia la actual campaña de Israel en la Franja de Gaza. Biden ha señalado que Netanyahu se enfrenta a una "decisión difícil" y necesita redirigir el curso de su administración. El presidente estadounidense ha descrito al gobierno de Netanyahu como "el más conservador en la historia de Israel", criticando su falta de interés en una "solución de dos Estados", la cual es promovida por la ONU como medio para resolver el prolongado conflicto.

Biden ha expresado su preocupación por la disminución del apoyo internacional a Israel en su ofensiva contra Hamás y ha sugerido que Netanyahu "fortalezca y cambie" su gobierno para facilitar una resolución duradera al conflicto palestino-israelí. Es importante recordar que Estados Unidos ha sido un aliado clave de Israel, respaldando históricamente sus decisiones y acciones militares en territorios palestinos.

La recomendación de Biden llega en un momento crítico, ya que la comunidad internacional observa con creciente inquietud la situación en la Franja de Gaza. La presión para que Israel adopte un enfoque más conciliador y busque una solución pacífica es cada vez mayor. La propuesta de una solución de dos Estados ha sido durante mucho tiempo un tema de debate, y la insistencia de Biden en este punto subraya la urgencia de encontrar un terreno común.

El liderazgo de Netanyahu ha sido objeto de escrutinio tanto dentro como fuera de Israel. Sus políticas y estrategias han polarizado la opinión pública y han llevado a cuestionar la viabilidad de una paz sostenible en la región. La posibilidad de un cambio de gobierno podría abrir nuevas vías para el diálogo y la negociación, aunque también plantea incertidumbres sobre el futuro político de Israel.

La relación entre Estados Unidos e Israel, aunque sólida, se enfrenta a desafíos significativos en el contexto actual. La administración de Biden ha mostrado una voluntad de abordar estos desafíos de manera directa, lo que podría significar un cambio en la dinámica tradicional entre ambos países. La respuesta de Netanyahu a la recomendación de Biden será determinante para el curso de los acontecimientos futuros y podría marcar un punto de inflexión en la historia de las relaciones israelí-palestinas.

Canadá, Australia y Nueva Zelanda condenan la violencia de Israel y piden respetar el Derecho Internacional Humanitario

Por otra parte, en un comunicado conjunto emitido por los gobiernos de CanadáAustralia Nueva Zelanda, se ha reconocido el derecho de Israel a defenderse frente a los recientes ataques perpetrados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) el 7 de octubre. Sin embargo, han instado a Israel a adherirse estrictamente al Derecho Internacional Humanitario.

Los representantes de Ottawa, Canberra y Wellington han expresado su preocupación por la reducción de áreas seguras para los civiles en Gaza, enfatizando que "el costo de derrotar a Hamás no debe traducirse en el sufrimiento continuado de la población civil palestina". Han rechazado los ataques de Hamás y la violencia contra los civiles, que han resultado en la muerte de aproximadamente 1.200 personas y la toma de 240 rehenes.

Los países de la Commonwealth han valorado positivamente la tregua de una semana mediada por Estados Unidos y Qatar, que resultó en la liberación de más de cien rehenes. Han hecho un llamado a las partes para que reanuden el cese de hostilidades y han respaldado los esfuerzos por un alto el fuego duradero.

Además, han subrayado que Hamás no debe tener ningún papel en la gobernanza futura de Gaza y que este territorio no debe ser utilizado como base para actividades terroristas. En cuanto a Cisjordania, han reiterado que los asentamientos israelíes son ilegales bajo el Derecho Internacional y constituyen un obstáculo significativo para una solución de dos Estados.

La preocupación también se extiende a la posibilidad de que el conflicto en la Franja de Gaza y las respuestas de otros países como Yemen o Líbano desencadenen un conflicto regional. Los tres países han condenado el aumento del antisemitismo, la islamofobia y el sentimiento antiárabe, reafirmando su compromiso con la lucha contra el prejuicio, el odio y el extremismo violento.

El comunicado concluye con una condena a la violenta contraofensiva de las Fuerzas de Defensa de Israel en respuesta a los ataques de Hamás, que ha dejado un saldo de más de 18.400 muertos y 50.000 heridos en la Franja de Gaza.

“Asesinato deliberado” de periodistas palestinos

Por otra parte, la oficina de prensa de las autoridades de Gaza ha cifrado en 86 los periodistas "asesinados de forma deliberada" por las fuerzas de Israel en el marco de su "guerra brutal" contra la Franja de Gaza. "Buscan asesinar la narrativa palestina y ocultar la verdad al impedir que la información y las noticias lleguen a la opinión pública regional e internacional", ha denunciado.

"Es un intento de intimidar a los periodistas sobre el terreno y forzarlos a permanecer en silencio", ha explicado en un comunicado publicado a través de su cuenta en Telegram, antes de hacer hincapié en que "los periodistas palestinos han contribuido de una manera inédita a la hora de exponer los crímenes de la ocupación contra los civiles (...) con gran valentía, audacia y heroísmo".

Asimismo, ha acusado a las tropas israelíes de arrestar a otros seis periodistas en el marco de su ofensiva, algo que ha descrito como "una violación flagrante de todas las leyes internacionales", antes de pedir a todas las organizaciones de prensa que "condenen los crímenes de la ocupación israelí contra los periodistas palestinos y presionen para la liberación de los detenidos, que son sometidos a interrogatorios, torturas y presiones psicológicas".