Oriente Medio sigue siendo una quimera. Pese a que todos los ojos se centran en la Franja de Gaza y el brutal asedio que está sufriendo por parte de Israel como respuesta a los ataques de Hamás del pasado 7 de octubre, las réplicas de esta contienda cada vez va a más en toda la región. En este sentido, este domingo el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha confirmado un ataque lanzado este domingo por la insurgencia huti contra su destructor 'USS Carney' y contra el carguero británico 'Unity Explorer' en el mar Rojo. Los hutíes han confirmado el ataque. 

Según el comunicado del Pentágono, recogido por la corresponsalía en Washington de la cadena Al Arabiya, el destructor norteamericano "abatió en un primer momento un avión no tripulado de la insurgencia huti en su dirección mientras navegaba por el sur del mar Rojo".A continuación, el destructor observó que "un misil balístico había sido disparado contra un carguero civil, identificado como el 'Unity Explorer'". El misil impactó en las inmediaciones del barco, de bandera bahameña pero operado desde Reino Unido.

Fuentes del diario israelí 'Haaretz' han confirmado el ataque contra este carguero y destacan que la compañía británica que lo opera es propiedad de Danny Ungar, hijo del magnate comercial israelí Rami Ungar, otro de cuyos barcos fue interceptado hace dos semanas.

Más tarde, un portavoz de las fuerzas militares de los hutíes, el general Yahya Sari Qasim Sari, ha confirmado un ataque en aguas del mar Rojo y menciona tanto al 'Unity Explorer' como al 'Number Nine', ambos "buques israelíes".

Los dos estaban cerca de Bab al Mandab cuando los huthis lanzaron un misil de crucero contra el 'Unity Explorer' y atacaron al 'Number Nine' con un avión. "Los dos buques habían desoído los mensajes de advertencia de las fuerzas navales yemeníes", ha explicado Sari en un mensaje en Telegram.

"Las Fuerzas Armadas yemeníes seguirán impidiendo que buques israelíes naveguen por el mar Rojo y el mar Arábigo hasta que cese la agresión contra nuestros hermanos de la Franja de Gaza", ha destacado Sari.Los huthis han insistido así en su "advertencia" a todos los buques "israelíes o relacionados con israelíes" que son ahora "un objetivo legítimo".

El movimiento huti, de insurgencia local a actor geopolítico

Los hutíes, conocidos oficialmente como Ansar Allah (Partidarios de Dios), son un movimiento político y militar chiíta islamista que surgió en la gobernación de Saada en Yemen en la década de 1990. Predominantemente compuesto por chiítas zaidíes, el liderazgo del movimiento proviene en gran medida de la tribu huthi. Bajo la dirección del líder religioso zaidí Hussein Badreddin al-Houthi, los hutíes emergieron como un movimiento de oposición al entonces presidente de Yemen, Ali Abdullah Saleh.

El grupo acusó a Saleh de corrupción y de estar respaldado por Arabia Saudita y Estados Unidos, criticando su intento de complacer a estos países a expensas del pueblo yemení y de la soberanía de Yemen. En 2003, el eslogan de los hutíes, "Dios es grande, muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, maldición a los judíos y victoria del islam", se convirtió en la marca registrada del grupo. Tras resistirse a la orden de arresto de Saleh, Hussein fue asesinado en Saada en 2004 junto con varios de sus guardias por el ejército yemení, lo que desencadenó la insurgencia huti en Yemen. Desde entonces, el movimiento ha sido liderado por su hermano Abdul-Malik al-Houthi.

Los hutíes han participado en la revolución yemení de 2011, participando en protestas callejeras y coordinándose con otros grupos de oposición. Se unieron a la Conferencia de Diálogo Nacional en Yemen como parte de la iniciativa del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) para negociar la paz tras los disturbios. Sin embargo, más tarde rechazarían las disposiciones del acuerdo del CCG que estipulaban la formación de seis regiones federales en Yemen, alegando que el acuerdo no reformaba fundamentalmente la gobernanza y que la federalización propuesta "dividía Yemen en regiones pobres y ricas". Los hutíes también temían que el acuerdo fuera un intento de debilitarlos dividiendo las áreas bajo su control entre regiones separadas.

A finales de 2014, los hutíes repararon su relación con el expresidente Saleh y, con su ayuda, tomaron el control de la capital y gran parte del norte, y anunciaron la caída del gobierno de Abd Rabbuh Mansur Hadi. Desde entonces, han mantenido un control significativo sobre gran parte del norte de Yemen, incluida la capital, Saná.

El reciente ataque a un destructor estadounidense y a un buque mercante en el mar Rojo, confirmado por los hutíes, es un ejemplo de la continua tensión en la región. Según informes, un buque de guerra estadounidense interceptó drones y misiles cerca de la costa de Yemen, derribando 4 misiles de crucero y 15 drones durante un período de 9 horas. Los proyectiles se dirigían hacia el norte a lo largo del mar Rojo, y su trayectoria dejaba pocas dudas de que estaban destinados a Israel. Este incidente subraya la capacidad de los hutíes para lanzar ataques más allá de las fronteras de Yemen y la posibilidad de que estos ataques puedan escalar el conflicto en la región.

La situación en Yemen y los ataques recientes en el mar Rojo destacan la complejidad de la geopolítica en la región y la necesidad de una solución diplomática y pacífica que aborde las raíces del conflicto y promueva la estabilidad y la seguridad para todos los involucrados.