La comparecencia del ex president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, en Les Cort Valencianes, a donde se suponía que acudía a dar cuenta de sus actuaciones el día de la DANA, no ha hecho más que avivar el descontento de las víctimas. El principal señalado por la gestión que se cobró la vida de 229 personas ahondó en su pose victimista, en lo que parecía una preparación de su futura defensa judicial, y volvió a esparcir bulos. “Una comparecencia ad hoc, para él y a su medida”, lamentan las asociaciones de víctimas.

Aplaudido por la extrema derecha en la sala, a la que no dejaron acceder a los familiares de los fallecidos, el líder del Partido Popular (PP) valenciano leyó su discurso, no respondió a las preguntas y se fue. “No contestó absolutamente a nada. Un cinismo increíble, pero bueno, sabíamos que iba a ser así”. Esta es la estrategia con la que el conservador pretende salir airoso y, a la par, dejar despejado el camino a su sucesor, que parece que será Juan Francisco Pérez Llorca.

El designado por Alberto Núñez Feijóo, a quien los mandatarios provinciales tampoco le dieron más opción, gusta a la extrema derecha, contenta con el continuismo. “Es más de lo mismo”, denuncia Rosa Álvarez, presidenta de la Asociación de Víctimas Mortales de la DANA, la elección del actual secretario general del Partido Popular de la Comunitat Valenciana y hombre de máxima confianza de Carlos Mazón. “No ha sido elegido por las urnas, ni por los valencianos, ni por nadie”, espeta. Una nueva cesión de los conservadores a la ultraderecha, que se frota las manos mientras sigue preparando las futuras elecciones valencianas.

Elevar a Pérez Llorca es tan solo una jugada más de los de Santiago Abascal. “Ha sido una imposición de Vox, que es su candidato. No parece ni que sea el candidato del PP”, expone la presidenta de la asociación de víctimas, para la que ni siquiera eso es lo verdaderamente importante. “Pedimos una convocatoria electoral y que salga lo que salga”, reclama. Además, asegura que la necesidad de unos comicios radica en el detonante de la crisis, que está muy lejos de asemejarse a las habituales pugnas por la corrupción, causas judiciales abiertas, Presupuestos u otras materias nada importantes al lado de una vida.

“Esto no es de sobres (en referencia a la corrupción) ni nada, estamos hablando de 229 vidas sobre la mesa, que no se tenían que haber perdido. No es cuestión de sobres o no sobres, malversación, estamos hablando de vidas”, ha explicado la razón por la que las víctima insisten en pedir un adelanto electoral. Sin embargo, las víctimas siguen sin ser escuchadas y la pretensión de PP y Vox es seguir adelante, culpando al Gobierno central y fingiendo que el 29 de octubre de 2024 un president no estaba de sobremesa mientras ciudadanos se ahogaban.

Elecciones y Mazón a la cárcel

Las víctimas ya han dejado claro que lo que entienden como justicia implicaría que, como mínimo, Mazón afrontase ante un tribunal sus responsabilidades. "¿Cuántas veces tiene que morir mi padre para que los responsables de nuestras muertes reconozcan sus errores, paguen por sus inacciones y podamos descansar?", se preguntaba hace poca más de una semana Álvarez, durante su comparecencia en la comisión del Congreso de los Diputados.

“El primer paso ya es una realidad: Mazón dimisión”, repetía la presidenta de la asociación de víctimas uno de los lemas que más ha sonado durante las protestas de los últimos 12 meses. “Nos queda el segundo paso: Mazón a prisión”, entonaba las otras tres palabras que más han retumbado por las calles de Valencia. No obstante, la herida de "la de la incompetencia, la ineptitud y la falta de humanidad de quienes solo son hombres y se sienten tan por encima de los demás que ni siquiera han pedido perdón” no la curará ni la prisión de Mazón ni unas nuevas elecciones.

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