Más allá del partido, y en plena resaca tras la fiesta madridista después que el club blanco consiguiera su Champions número 14, muchas miradas siguen puestas en lo ocurrido en los aledaños del Stade de France el pasado sábado, en torno a la puerta Z. Allí, un auténtico pelotón de aficionados, en su mayoría del Liverpool, se agolparon para intentar entrar al partido. El problema es que no solamente lo hicieron ellos, también había personas con entradas falsas- algunos intentando acceder al estadio saltando las vallas- y pandilleros que buscaban hacer su agosto en una fecha que solo debería haber sido una fiesta.

En medio del barullo, la UEFA sigue sin conceder explicaciones. La prensa y la inmensa mayoría de la sociedad apuntan a la organización y a la seguridad parisina como máximas responsable de una catástrofe que, afortunadamente, no pasó a mayores.

Sin embargo, podría haber ocurrido algo más grave. De hecho, a más de uno se le vino a la mente la tragedia de Heysel de 1985, cuando en la final de la Copa de Europa de ese año, nuevamente con el Liverpool como uno de los equipos que pelearon por la orejona -el otro fue la Juventus de Turín- se produjo una avalancha humana provocada por aficionados ingleses que terminó con la vida de 39 personas.

El dispositivo parisino, muy señalado

En esta ocasión la culpa no se vierte sobre la afición red, aunque se apunta también al retraso por parte de algunos hinchas a la hora de entrar al estadio, ya que la grada estaba llena de camisetas blancas y, sobre todo; a la falta de tickets . Sin embargo, todos los expertos coinciden en que los responsables primeros del caos fueron la UEFA y la policía de la capital francesa.

Para empezar, el protocolo de seguridad que se sigue en un dispositivo de final de Champions o eventos de este tipo está compuesto por tres anillos. En el primero de ellos se lleva a cabo la criba entre las personas que tienen y no entrada, mientras que en el segundo se realiza un control más detallado y en el tercero se pasa al reparto de las localidades.

Pero nos detenemos en el primer anillo. Allí se situaron aficionados del Liverpool con y sin entrada, y muchos de ellos se lo saltaron o, al menos, lo intentaron. Esto derivó en una situación de caos, en la que también fallaron los lectores QR.

El comienzo del partido se retrasó en primera instancia quince minutos, aunque finalmente fueron 36. El hecho de que el encuentro comenzara más tarde fue el menor de los problemas en una noche que terminó con 68 personas detenidas, de las cuales 39 fueron encarceladas; más de 200 heridos y un cúmulo de tensión y nervios que acabaron, en muchos casos, en desmayo por parte de algunos aficionados, la dispersión por el lado de las autoridades con gas pimienta y con una imagen absolutamente negativa a ojos de todo el mundo.

Miedo en la afición y críticas en la prensa (también francesa)

“La organización un desastre, ha habido peleas, una auténtica locura… la zona no es la mejor pero tampoco estaba bien organizado. El señor que llevábamos atrás en el avión llevaba la cara reventada…”. Estas declaraciones de un seguidor del Real Madrid en Hora 14 el día después de la final reflejan muy bien los momentos de tensión que se vivieron en Saint-Denis.

Así las cosas, se suceden todavía las críticas por la mala organización y por el no blindaje (no al menos el suficiente) ante la posibilidad de que pandilleros fueran únicamente con la intención de robar y atracar a seguidores.

Así las cosas, los hechos siembran dudas en los medios también franceses en un territorio que va a acoger la Copa del Mundo de Rugby en 2023 y los Juegos Olímpicos (JJOO), en 2024. Con ello, han podido leerse titulares como La fiesta arruinada en el diario L’Équipe o Noche Caótica o Autopsia de un fiasco en algunas crónicas de Le Parisien.

Hasta 50 entradas falsas

Los responsables políticos se hacen también eco de una media hora fatídica pero nadie rinde cuentas. El Gobierno francés culpa a los hinchas ingleses y la UEFA apunta a los propietarios del Liverpool que portaban billetes falsos -se detectaron a personas hasta con 50. Los reds juzgan, por su parte “inaceptable” el trato que recibieron sus seguidores y exige una investigación.

Este lunes se reúnen en París representantes del Gobierno francés, de la policía y la UEFA para abordar los disfuncionamientos del sábado y sacar lecciones para eventos deportivos.