Pues sí. Parece que ahora los malos son los bombardeados -a la vista quedan las últimas acciones de Israel sobre el pueblo palestino-. Después de haber lanzado una ofensiva completamente desproporcionada y desmedida contra Gaza tras el ataque de Hamás del pasado 7 de octubre, Israel sigue justificando sus intensos e indiscriminados bombardeos sobre la Franja de Gaza y, para colmo, le ha terminado por declarar la guerra también a la Organización de Naciones Unidas (ONU).

La reprimenda israelí contra la ONU ha llegado después de que su secretario general, António Guterres, pidiese en el Consejo General de las Naciones Unidas a Israel un alto el fuego humanitario inmediato en Gaza, señalando que el ataque de Hamás no puede justificar “el castigo colectivo del pueblo palestino” y recordando que “ninguna parte en un conflicto armado está por encima del derecho internacional humanitario”. Además, Guterres señaló que los hechos del 7 de octubre no se pueden interpretar en “el vacío”, sino que se corresponden con la situación de ocupación histórica de los territorios palestinos: “Es importante recordar también que el ataque de Hamás no viene de la nada. El pueblo palestino ha sido sometido a 56 años de ocupación… su gente fue desplazada y sus hogares demolidos. Sus esperanzas de una solución política se han ido desvaneciendo”.

Tras ello, Israel ha reaccionado con una fiereza sin igual contra las Naciones Unidas, sin hacer siquiera una mínima autocrítica sobre sus incesantes bombardeos sobre la población civil de Gaza, o la opresión, apartheid y bloqueo al que han sometido al pueblo palestino desde hace más de cincuenta años. Así, el representante permanente de Israel en el organismo, Gilad Erdan, ha declarado este miércoles que su país no piensa expedir más visados a los representantes de la ONU, una decisión que Israel no ha tardado en hacer efectiva.

“Ya hemos rechazo un visado para el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Martin Griffith (…) Ha llegado el momento de enseñarles una lección”, ha sostenido Erdan después de haber reclamado la dimisión de Guterres. Porque, a su parecer, no hay “justificación” posible ni se puede mostrar “comprensión” hacia “las acciones más terribles contra los ciudadanos de Israel”.

Pero estas no han sido las únicas críticas que ha recibido el secretario general de la ONU, ya que el ministro de Exteriores israelí, Eli Cohen, también le ha preguntado a Guterres “en qué mundo vive”, sosteniendo a la par que Israel no solo tiene “el derecho a defenderse”, sino también un “deber” por el “mundo libre”.

6.500 muertos y un empeño por destruir la franja

Sin embargo, la realidad es muy distinta a la que quiere pintar Israel. ¿Está justificado haber matado a más de 6.500 personas como respuesta a un ataque terrorista? ¿Puedes oprimir, apartar y bloquear a un pueblo que tiene el mismo derecho que tú a vivir? ¿No puede Rusia invadir Ucrania pero sí Israel invadir Palestina? ¿Por qué la comunidad internacional mira impasible ante esta masacre?

El ejército israelí acaba de matar a 755 personas en Gaza en el día más letal de sus bombardeos y están dejando entrar a cuentagotas la ayuda humanitaria urgente que necesita el pueblo palestino -y no los terroristas de Hamás contra los que supuestamente lucha Israel-. El balance oficial del Ministerio de Sanidad gazatí se ha elevado este miércoles a 6.546 palestinos muertos, de los que 2.704 son niños, y a más de 17.400 heridos. En las últimas horas, Israel habría cometido 44 “masacres” que han dejado más de 750 víctimas mortales, entre ellas 344 niños, así como más de 1.100 heridos.

La realidad también es que las actuales cifras ya cuadriplican el número de muertos en la campaña israelí de 2008-2009, la más sangrienta de los últimos quince años hasta la presente. Y es que, en el día 17 de la guerra, las bajas israelíes se situaban en 1.400, mientras las gazatíes superaban las 6.000.

Se han bombardeado hospitales, escuelas… ¿dónde está el límite? ¿Son todos estos palestinos asesinados de Hamás? Porque según las autoridades israelíes, han pedido a los palestinos residentes en el norte de la Franja de Gaza que se vayan al sur para así poder acabar con Hamás. Lejos de acabar con Hamás, Israel está acabando con el pueblo palestino de Gaza.

No obstante, aunque Gaza está siendo el punto de referencia crucial de la guerra declarada por Netanyahu para “acabar” con Hamás, en los otros territorios palestinos, como Cisjordania, se está sufriendo también los efectos de la ofensiva. Desde los atentados de Hamás el 7 de octubre, las fuerzas israelíes y los colonos han matado a 95 palestinos en los territorios del oeste del Mar Muerto. Y, en este mismo periodo, la agencia de la ONU sobre tierra palestina, UNWRA, ha registrado 35 víctimas mortales en el conflicto y 40 ataques a sus instalaciones.

Mientras todo esto pasa, con una cifra de muertos que no deja de aumentar, los llamamientos para el alto al fuego se multiplican, pero no llegan al Gobierno israelí de Benjamin Netanyahu, que con el apoyo firme de Estados Unidos -tal como se ocupó Joe Biden de trasladar en su viaje a Israel la pasada semana- prepara una inminente ofensiva terrestre.